Frances Marie Acevedo Ceballos, quien llegó a ser durante el cuatrienio del 2017 al 2020 una de las empleadas mejores pagadas de la Cámara de Representantes por realizar labores como “recepcionista-secretaria” en la oficina de la exlegisladora María Milagros “Tata” Charbonier, será sentenciada esta tarde por haber aceptado un sueldo de $8,000 mensuales a cambio de pagar sobornos a su entonces jefa.

La imposición de la pena de cárcel se dará durante una vista citada a las 2:30 p.m. en la sala de la jueza federal Silvia Carreño Coll, del Tribunal federal de Distrito en Hato Rey. Dicha sentencia se dictará a casi cuatro meses de que la mujer levantara las manos y se deshiciera de una docena de cargos para aceptar culpa solamente por un solo cargo de “soborno relacionado con programas que reciben fondos federales”.

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La pena solicitada por la Fiscalía federal fue de 46 meses de cárcel -o lo que representa tres años y 10 meses bajo confinamiento- por haber “robado más de $100,000 al gobierno de Puerto Rico”, para pagarle sobornos a la convicta exrepresentante, según surge del memorando de sentencia radicado en el expediente de Acevedo Ceballos.

Según trascendió durante el juicio federal contra Charbonier Laureano y su esposo, Orlando Montes Rivera, a Acevedo Ceballos se le infló el salario en varias ocasiones hasta llevarlos a $8,000 mensuales para que esta devolviera a la familia entre $1,000 a $1,500 bisemanales. Se alude que, bajo este esquema de comisiones ilegales (kickbacks), la exlegisladora habría recibido unos $100,000 desde septiembre de 2017 hasta verano del 2020, los cuales no reportó como devengados ni en sus planillas contributivas, ni en sus informes éticos.

La exrepresentante María Milagros "Tata" Charbonier Laureano.
La exrepresentante María Milagros "Tata" Charbonier Laureano. (David Villafañe/Staff)

Muchas de las transacciones las realizó Acevedo Ceballos al acudir directamente al banco a depositar el dinero en la cuenta del matrimonio. También los transfirió por ATH Móvil, dejando claro con un mensaje que el dinero era “De Tata” o “Para Tata”.

Por los delitos cometidos en este esquema, Charbonier Laureano y Montes Rivera fueron encontrados culpables por un jurado el pasado 12 de enero. Está previsto que sean sentenciados el próximo 10 de abril.

La Fiscalía federal dejó claro en el expediente judicial de la exempleada legislativa que la imputación en su contra fue de haber robado esos $100,000 al gobierno de Puerto Rico para pagar los sobornos a su exjefa.

Además, la Fiscalía federal reprochó en el memorando de sentencia que radicó contra Acevedo Ceballos que, “aunque, nominalmente, ha aceptado la responsabilidad por el delito en que se declaró culpable, las declaraciones de Acevedo sugieren que ella todavía tiene que apreciar plenamente el impacto material de su conducta. Acevedo lamentó haber sido demasiado ‘confiada’, pero no expresó arrepentimiento significativo en su papel en la apropiación de fondos públicos. Además, Acevedo ha trató sistemáticamente de desviar a los investigadores y a la Corte en cuanto al rol de Charbonier en el esquema”.

En el juicio contra Charbonier Laureano, que se realizó entre diciembre y enero pasado, el nombre de Acevedo Ceballos resonó en múltiples instancias. Sin embargo, la exempleada no figuró como testigo. En cambio, la Fiscalía federal usó un audio de una llamada telefónica grabada mediante la intervención del exdirector de la oficina legislativa, quien era su amante y sirvió de cooperador con el Negociado Federal de Investigaciones (FBI, en inglés), Jonathan Alemán, para hacer constar los delitos cometidos.

Tal llamada ocurrió el 12 de julio de 2020, un día después que el FBI entrevistara a Acevedo Ceballos.

“Ellos (FBI) lo saben todo, todo, todo”, se le escuchó decir a la exempleada legislativa, al hablar de los $1,500 que transfería cada dos semanas a Charbonier Laureano.

Trascendió que durante la visita del FBI al apartamento de Acevedo Ceballos esta pidió permiso para ir al baño, pero lo que hizo fue solicitar el teléfono móvil de la persona con la que compartía la vivienda para llamar a Montes Rivera y alertar a la exlegisladora de la investigación federal. Se alegó que en tal llamada Charbonier Laureano habría instruido a su entonces empleada cómo responder a las preguntas. Además, una de las testigos, Sheila Mangual, afirmó que lo que hizo la ahora convicta fue achacarle la responsabilidad a Alemán y a ella, quien fue directora de la oficina legislativa de verano de 2019 a verano de 2020.

Por otro lado, una analista del FBI, Belinda Soars, testificó en el juicio contra la exlegisladora y su esposo cómo recurrentemente se le aumentó el salario de Acevedo Ceballos para que pudiera pagar los sobornos.

Según la información ventilada, Acevedo Ceballos ganaba un salario neto promedio de manera bisemanal, tras las deducciones, de $755 en el 2013, de $810 en el 2014, de $848 en el 2015 y de $926 en el 2016. Pero, en el 2017, cuando el Partido Nuevo Progresista al que pertenecía Charbonier Laureano estaba en mayoría, pasó a cobrar $2,564 bisemanal.

Para el 2018 el salario de Acevedo Ceballos era de un promedio de $2,768 bisemanales. Los aumentos continuaron de manera recurrente hasta que en el 2020 ganaba un salario bisemanal de $2,873.

De este salario devengado, la exfuncionaria se quedaba con alrededor de $1,200 y transfería alrededor de $1,500 a Charbonier Laureano.

Una amiga de la ahora convicta y quien es compañera del también convicto exalcalde de Cataño, Félix “El Cano” Delgado, Roxana Sifre Maldonado, testificó que Acevedo Ceballos tenía múltiples problemas por el salario inflado que recibía, ya que le acumuló una alta deuda con el Departamento de Hacienda.

Trascendió durante el juicio que Charbonier Laureano y su esposo usaban el dinero que recibieron en sobornos para pagar sobre $300,000 en deudas que tenían con el Servicio de Rentas Internas Federal y sus préstamos estudiantiles.

El cuarto acusado en este caso lo fue el hijo del matrimonio, Orlando Montes Charbonier. Este recibió por un periodo las transferencias que hacía Acevedo Ceballos a través de ATH Móvil.

El joven se libró de ir a juicio ya que se acogió a un programa de desvío, en el cual tendrá que aceptar un grado de responsabilidad y cumplir ciertos criterios que le impondrán. Cuando sean cumplidos, se le desestimarían los cargos.