“Aquí está la chota esta”.

Estas fueron las palabras que supuestamente manifestó Juan Luis Cornier Torres, alias Manwe Uno, antes de presuntamente matar con cuatro puñaladas en el cuello a la joven sangermeña Valerie Ann Almodóvar Ojeda.

El desgarrador relato fue narrado por el ahora coacusado por destrucción de evidencia en el caso, Carlos Pacheco Santiago, alias Amarillo, quien se sentó hoy en la silla de testigos por parte del ministerio público en la sala 606 del Centro Judicial de Ponce, ante el juez Daniel R. López González.

Según el hombre, quien admitió que tiene un preacuerdo de culpabilidad con fiscalía, Manwe lo fue a buscar a su casa el lunes, 17 de diciembre de 2018 para que lo ayudara porque “había matado a una muchacha y necesitaba limpiar y botarla”.

Relacionadas

“No le creí y fui con él a la casa… él entró al frente (primero) a la casa, a la sala y después entré, vi el cadáver en el piso de la sala boca abajo, ella estaba tratando de respirar y él le puso el pie en la espalda, la agarró por el pelo y le metió cuatro puñaladas más”, confesó a preguntas de la fiscal Sharlene Rosa de Jesús.

“Le dije que qué hacía y se quedó callado. (Luego), él fue a buscarme 20 pesos pa’ yo curarme y que le ayudara a limpiar. Soy usuario de heroína y cocaína. Había un mapo al lado y una bolsa de Ace, de lavar ropa, para limpiar y tiré un poquito de ACE y cloro en el piso frente al cadáver, había un poco de sangre, le pasé el mapo por encima. Me dio los 20 pesos y me fui a curar… salí por la puerta de atrás a curarme”, agregó.

Sus expresiones fueron parte del segundo día del juicio contra Cornier Torres, quien enfrenta un cargo por asesinato en primer grado y otra acusación por violación a la Ley de Armas.

En sala estaban presentes los familiares de la occisa, quienes a pesar de tener mascarilla como parte de las medidas requeridas por la pandemia del COVID-19, no podían ocultar el sufrimiento que les causaban las palabras del testigo.

“Movimos un chinero que había y entonces, yo salí por la puerta de atrás, había una muchacha trigueña en el baño… parece que estaba orando. Me fui a curar, y no volví”, afirmó el cuarto testigo de fiscalía.

“Me fui a lavar unos carros de Mañaño, terminé, cobré y me fui a capear después, y me encontré a Manwe en la guagua Pathfinder y estaba con la trigueña. (Manwe) me dijo que ya había botado a la muchacha… por el campo. (Después él) se fue para la casa y yo me fui a capear”, relató al señalar que el acusado residía cerca de su casa.

De otra parte, el testigo expuso que el miércoles, 19 de diciembre, Manwe le pidió otro favor.

“Nos veíamos poco. Un día que las noticias iban para la casa, porque él llamó a las noticias… él quería que buscara a los reporteros a la escuela Jaime L. Drew para llevarlos a la casa de Manwe, para que tomaran retrato de la casa, llegué a la casa, ellos tomaron retratos y video y se fueron”, apuntó el cuarto testigo de fiscalía, quien espera su sentencia el próximo 6 de julio por el delito de destrucción de evidencia.

Declaración jurada del testigo contradice expresiones en juicio

En el turno de la defensa del muralista Cornier Torres, el ahora testigo fue confrontado con sus propias declaraciones juradas del 26 y 29 de diciembre de 2018, que contradicen su testimonio expuesto hoy en el juicio.

Esto ya que, aparentemente Pacheco Santiago no mencionó en su primera declaración que Cornier Torres le había confesado que mató a una muchacha.

“¿Usted le dijo a ese oficial que Cornier necesitaba que le ayudara a sacarla? ¿Le dijo a él que, al llegar a la casa, Cornier brincó el cuerpo de la muchacha? ¿Usted le dijo que la occisa estaba en el piso boca abajo? ¿Que Cornier pidió que lo ayudara a envolverla y botarla? ¿Cornier le dijo que dejara eso para horita que venía después cuando caiga la noche?”, cuestionó el letrado, mientras el coacusado respondió que no a los cuestionamientos.

“¿Usted también le dijo al oficial de la Policía en esa misma entrevista, para que Cornier hiciera lo que iba a hacer y no lo involucrara a usted en eso? Mire ver si en la declaración jurada que usted prestó el 26 de diciembre, usted dijo que Cornier brincó el cadáver que estaba en el piso”, continuó el abogado al recibir un “no” de respuesta por parte del testigo.

Al continuar con el contrainterrogatorio, de Jesús Vélez preguntó al testigo si sabía lo que es el delito de perjurio y que conlleva hasta 10 años de cárcel, a lo que Pacheco Santiago dijo no saber de lo que se trataba el asunto.

Mientras tanto, siguió leyendo el documento, “en el párrafo donde dice Manwe se baja primero, entramos por el portón, Manwe abrió la puerta colorá, brincó el cadáver”.

“Acaba de decir que no lo decía y usted lo escribió allí y un cadáver es una persona muerta. Habló ante la prensa y tampoco dijo que Cornier había asesinado a Valerie Ann y, en la segunda declaración tres días después… el 29 de diciembre ante un oficial de la policía o fiscal o quien fuere, dice que ‘el acusado le dio como seis puñaladas a la occisa”, insistió el abogado que fue interrumpido por el testigo para decir “cuatro, ah, no son seis”.

“No dijo que el acusado le daba las puñaladas con ambas manos. En la primera declaración jurada fue como testigo de lo que vio, pero no habló de asesinato, de lo que vio, pero la segunda declaración jurada declara como testigo presencial, para acusar a Juan Luis Cornier”, resaltó uno de los cuatro abogados que integran la defensa.

Declara el mejor amigo de Valerie Ann

Otro de los testigos del ministerio público fue el mejor amigo de Valerie Ann, identificado como Roberto Andrés Rivera Hernández, el cual relató que la vio por última vez el domingo, 16 de diciembre cuando asistieron al taller de marionetas en el Museo de Arte de Ponce.

“Yo era su amigo, consejero, era el mayor de todo el grupo y siempre que ellos estaban tristes y necesitaban consejo acudían a mí”, sostuvo al resaltar que conoció a la teatrera por unos vecinos que también eran amigos de ella.

“Eran como las 11:00 de la mañana, yo llegué primero y ella de 15 a 20 minutos después. Estaba con el marinovio Osvaldo Andrés, se estacionaron en otro lado. Lo conocí por ella quien me lo presentó. Después de la actividad, cada cual se fue por su sitio, yo a mi casa y ellos a comer, lo supe porque Andy estuvo diciendo todo el día que tenía hambre y estaba de mal humor”, relató.

“Tuve conocimiento de ella, el lunes a las 11:00 de la mañana que ella me había texteado que dónde yo estaba, (pero) yo estaba trabajando y vi el mensaje por la tarde.

A las 2:00 p.m., el señor Osvaldo me estaba llamando por texto preocupado por ella. Que si sabía de ella, que si estaba conmigo y le contesté que no sabía de ella”, contó.

“Como a las 5:00 o 6:00 de la tarde que le diera tiempo, que ella aparecía. Cuando ellos se enojaban ella se alejaba, apagaba su celular y no contestaba llamadas a nadie. Pero Osvaldo dijo que no estaban enojados, y le dije que llamara a la Policía si estaba tan preocupado o llama a la mamá y pregúntale por ella…  dijo que lo iba a hacer. El siguió llamando el martes, que si sabía de ella, el 18, le dije que ella va a aparecer ya mismo porque ella se desaparecía cuando estaba molesta”, agregó.

El testigo recordó que se molestó con el novio de Valerie Ann por supuestamente no haberla buscado ya que era su pareja. Asimismo, dijo que “yo hice una gestión con todas las amistades de ella y fuimos a todos los sitios que ella frecuentaba”.

“Constantemente (Valerie Ann) me cogía los textos y las llamadas y siempre me contestaba a pesar de que estuviera enojada con todo el mundo y al no hacerlo me preocupé. El miércoles, 19 cuando salió la noticia del cadáver hallado en el lago Garzas, me llamó Claribel, una amiga, la ex de Manwe que es mi amiga antes de Valerie Ann… Manwe no era mi amigo, ella sí”, manifestó.

Destacó que no tenía contacto frecuente con la expareja de Cornier Torres ya que “Claribel tuvo muchos problemas de pareja con Manwe… él le dio también, por eso la llevaron a un albergue porque se probó que él le dio”.

“Se comunica conmigo preocupada también, ya que ella también había recibido una amenaza de parte de Manwe, que le iba a dar y le dio”, señaló al resaltar que el GPS que tenía la guagua de Valerie Ann ubicaba el vehículo en la barriada Baldorioty a donde fue para corroborar la información.

“Cuando salí de trabajar, decidí pasar por ahí para corroborar que ella estaba en esa casa. Ya Osvaldo Andrés me había dicho que Manwe la había amenazado. Pasé por allí y vi la guagua de Vale dentro del garaje de la casa de Manwe. Le texteé a la mamá de Valerie Ann… creo que la llamé y le informé que había encontrado la guagua”, argumentó al agregar que se estacionó en la calle del frente para validar los detalles de la ubicación del vehículo.

Pero el testimonio del amigo de Valerie Ann no concluyó ahí, sino que Roberto resaltó que recibió un mensaje de texto de Cornier Torres el jueves, 20 de diciembre cerca de las 3:00 de la madrugada.

“Me pidió de favor que me comunicara con Claribel porque los guardias estaban en la casa y necesitaba hablar con ella. Me dijo que no había visto a Valerie Ann, que ella fue por la mañana a la casa, pero él estaba con su madre. Que fue a la casa, dejó la ropa allí y se fue. Fue el mismo día que hicieron la orden de cateo. Enganchó el teléfono y no volvió a llamar más”, sostuvo al agregar que notó a Manwe Uno “como que no sabía lo que estaba pasando”.

“(Valerie Ann) nunca me confesó que salía con él (Manwe). Cinco días antes de su desaparición, Valerie Ann me confesó que él (Manwe) la estaba pintando desnuda y que era una obra bien bonita. Me enojé con ella porque ella sabía lo que estaba pasando con Claribel y a otras”, dijo al responder al contrainterrogatorio de la defensa, a quien le admitió que tenía conocimiento de los problemas que tuvo su amiga con Andy, de quien dijo era “celoso”.