Xavier "Xavi" Jiménez Benceví lloró y se abrazó a sus abogados cuando escuchó que pasará el resto de su vida en prisión, luego de que un jurado compuesto por siete mujeres y cinco hombres decidieran por unanimidad no condenarlo a la pena de muerte por el asesinato de la informante federal, Delia Sánchez Sánchez.

Luego de leer el veredicto del jurado -a quienes les tomó poco menos de cinco horas el proceso de deliberación-, el juez José A. Fusté, del tribunal de los Estados Unidos para el distrito de Puerto Rico, destacó que en su opinión, este caso no ameritaba ser uno de la pena capital.

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"Hoy sentencié a tres individuos que son peores que él y no fueron certificados para la pena de muerte. En mi humilde opinión, no hay consistencia en este tipo de casos cuando los comparas con casos típicos. No hay un estándar claro de cómo se manejan estos casos. Son evaluados en Washington D.C. por burócratas de escritorio que posiblemente nunca han visto un caso en el tribunal. La pena de muerte es un castig, pero para el caso que lo amerite, no para todos los casos y él es un ejemplo de esto", expresó Fusté, quien agradeció al jurado su labor.

Fusté citó la lectura de sentencia para el 6 de agosto próximo, a las 9:30 a.m. Ahí se determinará a cuál institución carcelaria en los Estados Unidos cumplirá la condena.

Los abogados John Martin y Laura Maldonado sentaron a más de una docena de testigos para presentar factores mitigantes, relacionados mayormente a la crianza de su representado.

Entre los testigos estuvieron cuatro de sus 14 hermanos, Brenda, Rebecca, Rubí y María, quienes narraron el "infierno" que vivieron en el caserío Brisas de Bayamón, donde su padre los golpeaba y usaba sustancias controladas al frente de ellos, y su madre que no los protegía ni cuidaba, y que les enseñó a robar si querían comer o tener efectos escolares.

"Estamos sumamente alegres. Los 12 jurados, todos se pusieron de acuerdo y el Tribunal mismo dijo que este caso nunca debió ser de pena de muerte. Estaba esperanzado de que éste sería el resultado, pero cualquier cosa puede pasar. Fue víctima de una historia tan triste. La muerte terminó hoy", manifestó contento Martin, quien dijo que su cliene estaba "súper feliz y aliviado".

Los fiscales federales José Capó, Ilianys Rivera, James Dennis Peterson y Luke Cass, presentaron el historial criminal de Jiménez Benceví como agravantes, como el asesinato de Eduardo Cabrera en el 2007, que disparó a tres agentes encubiertos y tiroteó a ciudadanos en el Victory Shopping Center en Bayamón, supuestamente porque unos hombres se quedaron mirando a su pareja.

"La fiscalía federal respeta la decisión del jurado. Se hace justicia cuando un jurado decide. Seguiremos procesando criminales que cometan delitos violentos. Los casos que cualifican para la pena de muerte, seguiremos obedeciendo las regulaciones federales y en el Comité de Pena de Muerte certifican o no el caso. La ley contempla el castigo de pena de muerte. Lo que sucede es que el juez que preside un caso no tiene conocimiento del protocolo interno del Departamento de Justicia federal, que no es partícipe de esa parte, pero es un proceso bien riguroso que se sigue en Washington D.C. y nos regimos por eso", señaló Capó.

El 30 de abril pasado, el mismo panel de jurado encontró culpable al convicto de 28 años de edad, por el asesinato de la informante federal Sánchez Sánchez en hechos ocurridos el 21 de junio de 2010, en la urbanización extensión Forest Hills en Bayamón.

La mujer pretendía dar información a las autoridades de los actos de Jiménez Benceví como dueño de un punto de drogas en el caserío Falín Torrech, pero él se enteró y conspiró con otros para encontrarse con ella frente al colmado Hernández, donde trató de llevársela en su auto, pero ella se resistió. Fue entonces que el convicto sacó un arma y la asesinó, actos que fueron captados por una cámara de seguridad y vídeo que se presentó ante el jurado.

Durante el proceso judicial nunca asistieron familiares de la víctima ni del acusado, aunque la presencia de las hermanas de Xavier fue para declarar a su favor.

En el exterior del edificio federal, decenas de personas de la Coalición Puertorriqueña contra la Pena de Muerte celebraban el veredicto del jurado. Entre ellos estaba Carlos Negrón, padre de Karla Michelle, quien falleció al recibir un tiro en la cabeza en la despedida de año 2011.

"Lo que queremos es paz. Con matar a una persona por decir que se hace justicia, eso no es justicia, es un asesinato. Que desistan de la pena de muerte en Puerto Rico. Yo soy víctima del crimen y no creo en la pena de muerte, ni para quien mató a mi nena, ni para nadie", dijo Negrón.

Desde el 2003, se han visto siete casos de pena de muerte en el Tribunal Federal en la Isla y todos han sido sentenciados a cadena perpetua. En lo que va de año, se han visto tres.

Ningún convicto ha sido condenado a la pena de muerte en Puerto Rico desde 1927, tras ser prohibida en 1929, medida que fue proscrita en 1952 en la Constitución del Estado Libre Asociado.

Los únicos casos que se han ventilado han sido evaluados por el Tribunal Federal, que expandió las causas para impartir la pena capital en todas las jurisdicciones estadounidenses a partir de la aprobación de una ley en 1994.