El mar desató su furia en las costas del Oeste y puso en alerta a las autoridades de manejo de emergencias que se mantenían alertas ante la posibilidad de inundaciones o erosión del terreno.

“Las costas un poco deterioradas. La marejada está subiendo más de lo acostumbrado y eso nos mata con la erosión”, sostuvo Héctor Martínez, subdirector de Manejo de Emergencias en el pueblo de Rincón, una de las zonas más afectadas por la entrada a tierra del mar.

En un recorrido de este medio por ese municipio se pudo apreciar la fuerza del mar en áreas como las parcelas Stella, el balneario y el antiguo Club Náutico de Rincón.

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Mientras, en Aguadilla, el oleaje arropó el Paseo Real Marina, por lo que fue necesario cerrar el acceso a la carretera, según confirmó el subdirector de la agencia estatal para el manejo de Emergencias en esa región, Juan Ríos. 

“El mar es nuestra principal preocupación, sobretodo, los curiosos y las comunidades donde podría entrar el mar. Por ejemplo, en el barrio Espinal de Aguada, el mar está bastante alto”, destacó Ríos.

De igual modo, varios ríos de la zona se salieron de su cauce, como el Río Grande de Añasco, que se desbordó cerca de la comunidad Miraflores y afectó algunas fincas de la zona. Mientras, el río Culebrinas obligó el cierre parcial de la carretera PR-115 en Aguada, entre otros.

Sin embargo, no hubo reportes de pérdidas de vida a raíz de la crecida de los cuerpos de agua.

“La ciudadanía ha respondido bien. Todo el mundo ha estado alerta y se han preparado. Hemos visto una respuesta positiva de la ciudadanía”, sostuvo Martínez.

“Vamos a seguir monitoreando el mar y los ríos porque esto no se ha acabado. Esperamos que la gente colabore con nosotros para evitar tragedias”, sentenció Ríos.