La pérdida poblacional que se registró durante los pasados 10 años ha nublado el futuro de Puerto Rico, analizaron investigadores del recinto riopedrense de la Universidad de Puerto Rico (UPR).

La merma poblacional combinado con la baja en la tasa de natalidad ponen el futuro en jaque, por lo que la educación, las universidades y la prestación de servicios de salud están amenazados, analizó el catedrático de ciencias médicas de la UPR, Luis Perichi quien además destacó una notable disminución en la población de 18 años de edad o menos.

“Esta reducción de la población de niños es el futuro de la sociedad puertorriqueña. Y esto quiere decir menos personas que van a entrar al mercado de trabajo, un aumento tremendo en la dependencia de la razón de ancianos a niños, con todas las implicaciones sociales y económicas que esto tiene”, explicó Perichi al asegurar que todos los grupos de edades menores de 65 años han mermado, mientras que la mayor de 65 años continúa en aumento.

Según el Censo 2020, se registró una merma del 11.8% de la población entre 2010 a 2020, cifra que representa más de 400,000 personas. A esto se añade al panorama que la tasa de natalidad también decreció.

Entre el primero de enero al 31 de diciembre de 2021 se registraron solo 18,439 nacimientos, la cifra de natalidad más baja en la historia del País, al menos, desde el Siglo 19. En contraste, el Departamento de Salud reportó que en el 2021 fallecieron sobre 32,800 personas.

Argumentó que la baja población ha sido tan dramática que, a pesar de que aumenten los nacimientos en el futuro cercano, habrá más defunciones que nacimientos por cerca de 30 años.

“Al haber una cantidad de nacimientos muy bajas, ya los nacimientos no compensan la pérdida por inmigración. Y, por otro a lado, dado al envejecimiento de Puerto Rico- aunque las tasas de mortalidad han mejorado- al tener una tasa de mortalidad mucho más vieja del total de defunciones aumenta. Ya tenemos una situación donde en Puerto Rico hay más defunciones que nacimientos. El crecimiento natural entre nacimientos y defunciones es negativo y esa es una situación bien, bien, bien preocupante”, explicó el experto durante la primera conferencia del Primer Encuentro Interagencial-Académico Descenso Poblacional en Puerto Rico: ¿Qué vamos hacer? que busca propiciar una discusión pública sobre los cambios demográficos y sus implicaciones.

“A corto o mediano plazo, por los próximos 20 a 30 años, no hay forma viable que esa situación vaya a cambiar, porque el envejecimiento que se ha dado es tan acelerado que, aunque haya un aumento en la fecundad y siga mejorando la mortalidad, siga aumentando la esperanza de vida, va a seguir habiendo más defunciones que nacimientos”, agregó el catedrático.

Además de la reducción en población, la estructura por edad se ha modificado rápidamente, ya que la mediana de edad en Puerto Rico es aproximadamente 44 años. Para el 1950, esta mediana era 18 años.

Asimismo, en el 2020, el 22% de la población tenía más de 65 años, cifra que muestra un acelerado aumento en este grupo de edad que en el 1990 era 10% y en el 2010 15%.

La población de menores de 18 años, además, se redujo por casi medio millón. Mientras, la reducción entre el 2000 al 2010 era de 17% (188,00) y entre 2010 a 2020 era de 37% (342,000).

“Toda la reducción que se dio, se dio entre las edades de 18 a 64, que es básicamente los segmentos de edad más importantes para los mercados de trabajo”, comentó.

“Este problema de envejecimiento tiene muchas implicaciones, pero podemos pensar en lo que representa a corto plazo para los gastos de servicios de salud. ¿Qué representa en términos del cuidado, la pensión?”, cuestionó.

Proponen estudios y política pública

El fenómeno, que se da a través de toda la Isla, tiene que ser un tema apremiante para el gobierno, indicó el también catedrático y estadístico Hernando Mattei.

“Estas situaciones omniabarcadoras exigen decisiones y políticas públicas concertadas. Ya no se trata de adelantar agendas políticas. Se trata de concertar en el conjunto de la sociedad políticas públicas que tengan consenso, no unanimidad que nunca va a haber”, instó.

Es por esto que, desde la Universidad, se continuará investigando el tema, desde múltiples ángulos, y se conversará en la serie de conferencias. Junto a Perichi y Mattei, también colaboró la estudiante graduada del departamento de matemáticas y candidata a doctorado, Angélica Rosario Santos.

“Esto tiene que acabar. Tenemos que estudiar, entender mucho mejor en dónde estamos parados. Es necesario control este descrecimiento. Estamos acostumbrados a pensar en un mundo se expande. No estamos acostumbrados a pensar en un mundo que se contrae”, reiteró Mattei.

Por su parte, la presidenta interina de la UPR, Mayra Olavarria Cruz, aseguró que promoverá la investigación para conocer la causa y las consecuencias del descenso poblacional.

“Ese sentido de pérdida colectiva puede invocar sentimientos y emociones que son comunes de pérdidas entre seres queridos. A la pérdida le sigue el duelo, al duelo la resignación, y a la resignación el ajuste psicológico a la nueva realidad”, dijo.