Para el hematólogo y oncólogo Fernando Cabanillas, la lucha contra el COVID-19 comenzó desde antes de que corriera la información de que una persona que llegó en crucero al País había sido hospitalizada por el virus.

Un paciente suyo padecía de linfóma y había recibido un trasplante de médula ósea, pero convalecía en el hospital con un cuadro clínico que le daba sospecha a Cabanillas de que se estaba enfrentando por primera vez a este enemigo viral.

“El primer paciente diagnosticado aquí en Puerto Rico fue un paciente mío. Yo tuve que pelear muchísimo para que me mandaran las pruebas porque en aquel tiempo no se hacían y se mandaban al CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades). Después de estar peleando un montón de tiempo, nos dieron el diagnóstico… tenía COVID”, recordó Cabanillas.

También puede leer: Médico denuncia cinco posibles casos de coronavirus en la Isla

Se trataba del primer caso “autóctono”, como le llamaban en aquel entonces. No hubo manera de salvar la vida del paciente, por lo que hoy día el oncólogo lamenta no haber tenido los conocimientos que tienen en la actualidad para reconocer y enfrentar el virus, y poder ayudar a su paciente a ganar esa batalla.

“Cuando el paciente ingresó al hospital, en ese tiempo, no teníamos el protocolo, no sabíamos la importancia de usar la cortisona y el paciente, lamentablemente, murió. Eso me impactó bastante porque era un paciente mío que tenía linfoma y le habíamos hecho un trasplante de médula ósea. Pienso que, quizás, si el paciente se hubiese presentado en esta época, cuando ya tenemos un plan de cómo manejarlo, probablemente estaría vivo”, dijo entristecido el hematólogo.

También puede leer: Conmovido el doctor Fernando Cabanillas por la muerte de su paciente con coronavirus

A pesar de esa dura experiencia, Cabanillas destaca que, en estos ocho meses de pandemia, ha podido llevarse la satisfacción de combatir de tú a tú contra este enemigo invisible, ya que se ha encargado de preparar todas las armas posibles en base a los conocimientos adquiridos.

“A nivel personal, puedo decir que estoy muy satisfecho con el protocolo que usamos para tratar esta enfermedad. Hasta ahora, de 190 pacientes que tenemos registrados, solamente se nos ha muerto uno. Solamente dos se han ido en fallo respiratorio, cuando la predicción es que se iban a ir en fallo respiratorio unos 19”.

El aprendizaje dentro de esta pandemia, que en Puerto Rico alcanzó este sábado la dramática cifra de 1,012 fallecimientos, ha sido clave para darle la guerra al COVID-19.

También puede leer: Puerto Rico sobrepasa la fatídica cifra de 1,000 muertes por COVID-19

“Hemos aprendido qué pacientes necesitan tratamiento y qué pacientes se pueden quedar tranquilos en sus casas. Definitivamente, uno va aprendiendo a medida que va tratando pacientes. Hemos logrado tratar a la gran mayoría en sus casas, dándoles tratamientos por vena y monitoreamos la oxigenación. Eso ha sido bien satisfactorio”, afirmó el doctor Cabanillas.

No obstante, el médico no puede esconder su preocupación tras el reciente aumento de casos que adjudica a las elecciones generales y la alta tasa de mortalidad que se registra.

“Estoy muy preocupado con el brote que ha ocurrido que creo que, en gran parte, se debe a las elecciones. La incidencia de casos nuevos iba aumentando, pero no tan rápido. Pero, ya después de las elecciones, se disparó de forma dramática y eso coincide con el tiempo de incubación del virus. Espero que ya por lo menos siga bajando la curva, siga mejorando”, dijo.

Sin embargo, Cabanillas teme que ahora –que el País se aproxima a celebrar las festividades de Acción de Gracias y Navidad– ocurra otro aumento en esa curva de contagios, lo que podría poner en peligro la vida de muchas personas.

“Las últimas dos o tres semanas me llaman por lo menos cuatro veces al día para pacientes nuevos. No hay duda que la situación se ha ido fuera de control. Yo espero que comience a bajar, pero me temo todo lo contrario con las festividades, y por ahí vienen las Navidades. La gente tiende a congregarse en la casa y ahí, definitivamente, va a aumentar la mortalidad”, recalcó el oncólogo, quien aprovechó el espacio para hacer un llamado a los puertorriqueños.

“La gente tiene que estar bien consciente que este año deben suspender la festividad de Acción de Gracias o hacerla virtual porque si se siguen reuniendo en las casas, van a contaminarse muchos de ellos. Tienen que asumir una actitud mucho más responsable, especialmente los muchachos jóvenes (20 a 29 años) que son el grupo más grande que se está contagiando. Ellos se consideran indestructibles, que no les va a pasar nada, y tienen razón, a ellos no les pasa nada, pero pueden infectar a sus familiares”, finalizó el doctor Cabanillas.