La barriada de La Perla, en el Viejo San Juan, se ha convertido en “prácticamente en una comunidad fantasma” desde el asesinato ocurrido allí el pasado sábado de un turista en medio de lo que, según la información que manejan las autoridades, habría sido una fallida transacción de sustancias controladas.

La situación, explicó el líder comunitario Ángel “Chago” Marcano, está complicando la subsistencia y los empleos de muchas personas, así como los logros que había conseguido la comunidad para convertirse en un atractivo turístico.

“Ahora mismo, es triste, porque (La Perla) se ha convertido prácticamente en una comunidad fantasma. Todo un esfuerzo que se había hecho en los últimos años, en cuestión de días se ha perdido”, lamentó Marcano. “Lo que me dicen comerciantes y residentes es que hay oficiales de la policía que no están dejando bajar a nadie que no sea residente. Los comercios están vacíos desde ese hecho, lamentable”, que ocurrió”.

Relacionadas

Marcano se refería al crimen que acabó con la vida del turista Tariq Quadir Loat, cuyo cuerpo calcinado fue encontrado el domingo en Vega Baja.

El líder comunitario interrumpió su comentario para aprovechar la entrevista con Primera Hora y enviar un mensaje de condolencia y solidaridad a la familia de Loat.

“Y yo quiero aprovechar para enviar el pésame, de parte de la comunidad, y un abrazo solidario de la comunidad a la familia de ese joven”, afirmó, añadiendo que. “nosotros condenamos lo ocurrido”.

Sin embargo, Marcano también quiso enviar un mensaje a quienes están arremetiendo contra toda la comunidad de La Perla por lo sucedido.

“Hay personas que piensan que toda La Perla es un punto de droga. Y eso no es así. Por eso mi reclamo. Nosotros condenamos lo sucedido. Pero es injusto que culpen a todos los residentes por lo que pasó”, insitió.

Lamentó que las autoridades estén cerrando el paso a visitantes y cuestionó “si en Ocean Park, en Condado o en Isla Verde hubiese ocurrido algo así, no creo que le hubieran cerrado el paso a la gente”.

“¿Con qué intención lo hacen? No lo sé. Pero nuestro pedido al gobernador (Pedro Pierluisi) es que mire esto. No sé si son instrucciones de arriba o qué. No nos han dado explicación alguna. Pero todo el esfuerzo que se había hecho, se está afectando”, aseveró.

Marcano afirmó que “sabemos que (los visitantes) quieren bajar” a La Perla, pero no saben “cuánto va a durar eso, si la policía los va a dejar bajar (a los visitantes)”.

El líder comunitario recordó que el popular video del tema “Despacito” le dio “un impulso adicional” a todo el trabajo comunitario que se estaba haciendo en La Perla. “Y desde ese video venía más gente. Hay como 15 negocios que crecieron, y son empleos para la misma gente de la comunidad, muchachos que en vez de estar mirando a otro sitio, están empleados por la misma comunidad”.

“Mi llamado al puertorriqueño que sigue pensando que esto es un antro de delincuencia, es que eso no es así. Yo no soy delincuente, no soy narcotraficante. No toda La Perla es mala, ni es un punto de drogas. Aquí, quien quiera bajar, va a encontrar un buen ambiente, seguro, familiar, y van a disfrutar. Van a pasarla bien, con tus hijos, con tus nietos”, reiteró.

Admitió que “por supuesto, no todo el mundo es santo. Hay cosas, como en cualquier lugar. En cualquier urbanización o en cualquier residencial siempre hay una calle, una esquina que es candela. Eso lo ves en cualquier comunidad, y es lamentable. Y no es solo en Puerto Rico, también en los Estados Unidos, en Europa, en Asia, en cualquier sitio, te comentan, mira mejor no vayas por allí, evita esa calle. Hay gente mala en todas partes. Pero eso no nos representa. Por una cosa mala que hagan unos, estamos haciendo muchas cosas buenas”.

Lamentó que algunos estén usando el crimen para difundir “cuentos” de que ese lugar no se puede visitar, “que van a raptar a la gente, a picarlos y tirarlos a los tiburones”. Condenó además “ese chistecito de que en cuanto alguien dice La Perla dicen que van a buscar drogas y cosas así”, así como el hecho de que no es hasta que ocurre un suceso negativo que se habla de La Perla, y sin embargo no se habla de las cosas positivas que estaban ocurriendo, “todo lo bueno que se había levantado aquí, como se puede venir a disfrutar”.

“¡Por favor! Yo llevo 45 años viviendo en La Perla. Mis abuelos son de La Perla, criaron a mi mamá en La Perla. Crié a mis hijas aquí, y tengo ya nietos, y viven en La Perla. ¡Por favor!”, dijo Marcano. “Aquí vive mucha gente buena, trabajadora. En cualquier momento tú puedes bajar, y tirar fotos y sacar videos en la cancha, en la playa, y hablas con nosotros, y te das la cervecita y puedes disfrutar. Y eso pasa todo el tiempo, baja mucha gente, educados, sacan fotos, videos, y no hay problemas”, afirmó.

“Yo no puedo hablar de lo que pasaba en los años 70 y 80 (décadas del 1970 y 1980), cosas de hace muchos años, de gente que estaba en el narcotráfico. Pero eso que andan diciendo de que si viene alguien aquí, que si viene un turista y que lo matan. ¡Por favor, eso no es cierto! Aquí el exgobernador Alejandro García Padilla bajaba sin escoltas a jugar baloncesto con nosotros, aquí vienen artistas, médicos, abogados, gente famosa, y no pasa nada de eso”, insistió. “Aquí se ha hecho un trabajo de muchos años, y La Perla se había convertido en un sitio turístico”.

El líder comunitario comentó que, por el momento no cree necesaria ninguna acción, “como alguna marcha o alguna otra actividad”, porque entiende que una “en cuanto la policía deje pasar otra vez, todo va a volver a como estaba”.

“Mi opinión es que inmediatamente la policía deje de parar el tráfico peatonal, la gente va a volver a bajar. Mucha gente nos apoya, nos han escrito que van a volver, que lo han pasado bien aquí. Saben lo que se disfruta allá abajo y van a volver”, comentó.

En cambio, llamó a las autoridades a ser más vigilantes con el “pequeño grupo” de turistas que viene a causar problemas, no solo en La Perla, sino en también en otros lugares.

“Desde hace unos meses venimos teniendo ese problema, con turistas que venían a formar líos, se orinan en las calles, evacúan en las esquinas, dejan los condones usados tirados por ahí. Es un pequeño grupo, pero no se saben comportar, no respetan nada. Estaban hasta partiendo pedazos de la muralla y llevándoselos”, comentó. “Y quizás las autoridades debieron ser más fuertes desde el principio y no permitir eso”.

Agregó que cuando hay personas que “llegan con esa actitud a La Perla, se sacan”.

“Aquí hay unas reglas, como pasa en cualquier lugar, y la comunidad respeta esas reglas. Aquí en La Perla hay reglas para respetar al visitante, y no se le puede robar, ni que le dañen el carro. Eso no se permite, y si pasa, inmediatamente bajan, se busca a la persona, ¿cómo estaba vestido?, mira, ¿fue este? Sí. Pues llevátelo, que aquí no lo queremos”, sostuvo.

“Pero vienen esos, es un pequeño grupo, pero piensan que pueden hacer lo que les da la gana. Ensucian, gritan, tiran la basura en la calle con un zafacón cerca, están borrachos, y no les puedes llamar la atención, porque se ponen agresivos. No respetan nada. Y mira, ahora pasa eso con ese muchacho, que para nada se justifica, y lo reprochamos. Pero eso pasa donde quiera que vaya alguien a buscar lío. Nosotros hemos abierto La Perla al turismo, y molesta que ese pequeño grupo venga a dañar todo lo que se ha construido”, reiteró.

Según ha transcendido de la investigación policial en torno al suceso que desencadenó en el asesinato, Loat y otro turista identificado como James V. Jackson entraron el sábado en la noche a La Perla a hacer algún tipo de transacción con sustancias controladas. Sin embargo, se alega que ignoraron advertencias de que no consumieran allí drogas ni tomaran fotos y videos, lo que provocó una trifulca con varias personas.

Se cree que los turistas fueron agredidos con varios objetos y luego hubo varios disparos. Jackson se pudo escapar e intentó huir del lugar en la guagua Nissa Rouge en que habían viajado allí, chocando varios vehículos. Eventualmente pudo pedir ayuda. En cambio, se presume que Loat no pudo escapar y le dieron muerte allí y luego llevaron su cadáver a Vega Baja, donde fue encontrado, con dos impactos de bala y calcinado. Ambos turistas tenían amplio expediente criminal, y en la guagua se ocuparon tres envases y una bolsita con lo que se cree son sustancias prohibidas.