Fajardo. Más allá de árboles caídos, socavones en pocas carreteras y tendido eléctrico en el suelo, el impacto del huracán Fiona en los pueblos costeros de Fajardo, Luquillo, Río Grande y Ceiba fue mínimo en comparación con la devastación que provocó el fenómeno atmosférico en la zona central, sur y oeste de Puerto Rico.

A casi 24 horas de las primeras ráfagas y lluvias relacionadas al ciclón -que causaron inundaciones catastróficas en muchos municipios de la isla- los reportes de daños en municipios costeros de la región este se limitaba al recogido de escombros y limpieza en zonas rurales donde hubo caída de arbustos o del tendido eléctrico.

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Hubo muy pocas inundaciones comunitarias, casi todos los ríos se mantuvieron en su cauce y no se movilizaron brigadas para desalojar residentes de barrios cercanos a cuerpos de agua, como ha ocurrido en otros eventos atmosféricos.

Lo que actualmente preocupa a los ejecutivos municipales es la falta de energía eléctrica y el efecto dominó que tiene la ausencia de luz en el servicio de agua potable.

En el caso de Luquillo, el alcalde Jesús “Jerry” Márquez explicó que al mediodía de lunes la ciudad permanecía 100% sin luz, mientras que un 80% no contaba con el servicio de agua.

“Ahora mismo ese es el mayor impacto. Sí tuvimos muchas ramas y cablería en el piso, particularmente en la carretera #984 que conduce a Hato Viejo, pero las brigadas están trabajando en eso”, acotó.

En la llamada Capital del Sol no hubo refugiados, y durante la madrugada del lunes se atendieron dos emergencias médicas “no relacionadas al huracán” en el Centro de Diagnóstico y Tratamiento (CDT).

“Probablemente, hubo gente a la que se metió agua a sus hogares, pero no hemos recibido todavía los reportes. Ese proceso de censo para conocer daños iniciaría hoy”, puntualizó el alcalde al explicar que los ciudadanos pueden reportar daños a través del (787) 889-3193.

En Río Grande la historia es similar. Cierres de tramos de carreteras por deslizamientos de pequeños terrenos, recogido de árboles y del tendido eléctrico ocuparon parte de la jornada de las brigadas de obras públicas en la ciudad de El Yunque.

“Hemos estado trabajando constantemente para abrir muchas carreteras. Sí, puedo decir que en la carretera #960, kilómetro 2.4, hubo un deslizamiento de terreno y ya se está atendiendo”, acotó el alcalde Ángel “Bori” González sobre el socavón que llegó hasta la parte del frente de una residencia del sector Morovis.

Al igual que otros pueblos, la mayoría de los residentes en Río Grande no tienen agua ni luz. En cambio, el alcalde dijo estar en comunicación con personal de LUMA y la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) para aunar esfuerzos que resuelvan la situación.

“De todos modos, estamos todavía bajo vigilancia de lluvias y vamos a estar monitoreando todo el sector de El Yunque, particularmente la carretera #191 en caso de que ocurra alguna emergencia que requiera intervención”, agregó el ejecutivo municipal al indicar que la operación del Centro de Operaciones de Emergencias (COE) se movilizó al estadio Ovidio de Jesús, donde se estarían atendiendo las querellas o reportes de la ciudadanía.

El pueblo de los cariduros, Fajardo, tampoco recibió grandes impactos del huracán Fiona, certificó el director de Manejo de Emergencias del municipio, Heriberto Sánchez.

“Te puedo decir que a eso de la 1:00 o 2:00 de la mañana, cuando se registraron aguaceros bien fuertes, tuvimos que desalojar por prevención a unas personas que viven cerca del desvío que va hacia el barrio Florencio. Fueron unas cuatro familias y se llevaron al refugio localizado en la escuela Berta Zalduondo de la urbanización Monte Brisas. Sin embargo, gracias a Dios no ocurrió nada. Allí sí hay dos residencias que se les mete como tres pies de agua, pero están desocupadas”, manifestó Sánchez.

De otra parte, explicó que durante la madrugada del lunes se atendieron cuatro emergencias de salud, ninguna vinculada al ciclón, y las personas están estables.

“Daños a la propiedad, que se nos hayan reportado, no tenemos. Pero sabemos que hay mucha gente que no tiene cómo comunicarse porque ya no tienen batería en sus celulares. Así que si surgió alguna emergencia en un hogar lo sabremos en los informes y querellas que se vayan preparando durante el día”, puntualizó al recordar que los números de teléfono para reportar incidencias es el (787) 863-1502, el cual está operando 24 horas.

Otro municipio que permanece totalmente o oscuras es Ceiba, según confirmó el alcalde Samuel “Sammy” Rivera, al agregar que el 70% de los residentes tampoco tienen agua potable.

“Al momento, los daños son árboles caídos y postes de electricidad en el suelo. Estamos por verificar si algún puente sufrió daños. Aparte de eso, tenemos en la carretera #978, kilómetro 2.2, un problema de socavón en la carretera. Esta es la única vía que lleva al barrio Chupagallos y decidimos cerrar por precaución, pero hay gente que está removiendo los drones anaranjados y las vallas para pasar. Esto es peligroso. Nuestra exhortación es que no salgan de sus casas en lo que tratamos de resolver”, explicó al filo del mediodía del lunes.

En Ceiba solo se reportó un refugiuado y no hubo que hacer desalojos en comunidades.

Las zonas sur y suroeste de Puerto Rico recibieron ayer el impacto directo del huracán Fiona, cuyo ojo tocó tierra entre Lajas y Cabo Rojo, destruyendo estructuras con vientos en ráfagas de hasta 103 millas por hora. La situación provocó inundaciones y deslizamientos de terreno por la acumulación de entre ocho y 13 pulgadas de lluvia, en lo que ya se perfila como una catástrofe de multimillonarias pérdidas.

Fiona, cuyos efectos se sintieron en todo Puerto Rico, también causó un apagón general, deterioró las condiciones marítimas y dejó más de 1,300 refugiados.

Debido a la crecida de ríos, cientos de personas fueron desalojadas y rescatadas, tanto por la Guardia Nacional como por autoridades municipales, en pueblos como Caguas, Cayey, Maunabo, Yabucoa, Salinas, Guayama y Bayamón, entre otros.