María del Rocío Arroyo, quien fue Miss Puerto Rico en el 1996, se sinceró. Siente miedo y pánico.

Y es que el 8 de diciembre recibió la desgarradora noticia de que padecía de cáncer de tiroides y que tiene nueve nódulos que tienen que ser extraídos quirúrgicamente. El cuadro empeoró cuando descubrió que su cáncer es de categoría 4 y, hasta que no sea operada el 14 de febrero en Tampa, no se sabrá si se ha regado a otros órganos.

“Todo ha cambiado completamente. La ansiedad es bien fuerte, no te puedo mentir”, confesó a Primera Hora.

“Al principio, yo lo tomé como si fuera que me dio COVID, algo sencillo (y estaba) positiva. Te dicen todo el tiempo, ‘tienes que estar positiva, porque el cáncer es muy emocional, se riega’ y yo digo ‘no es fácil acercarse a la fecha del 14 de febrero y pensar que ese día te van a operar, van a saber exactamente en qué condiciones estás, si se regó o si no se regó y eso no se sabe’”, agregó.

Relacionadas

Pese a esto, ha sido el abrazo del pueblo puertorriqueño que la ha mantenido con fe, esperanza y le ha dado fortaleza. En San Sebastián, Lares y Moca han creado cadenas de oración para ella. Muchos le han expresado palabras de apoyo y aliento. Otros han aportado monetariamente.

María del Rocío Arroyo acude al buen corazón de los puertorriqueños.

“(El respaldo del pueblo) ha sido espectacular. Las personas me ven como si yo fuera su hija, su nieta. Me cogen un cariño sin conocerme, simplemente al ver que yo fui Miss Puerto Rico. ‘Tengo una deuda pendiente con ella, porque ella me representó’. Eso es lo que me dicen. Y eso es bien bonito escucharlo”, aseguró al adelantar que, “después de que pase todo esto”, se dedicará a educar a la población sobre el cáncer.

El día antes de la operación viajará desde Puerto Rico hacia Tampa, acompañada de su mamá- quién será su cuidadora. Al día siguiente, llegará al hospital en ayuna, se someterá a un último sonograma y será operada por un “‘team’ espectacular” que incluye a dos cirujanos y dos patólogos, quienes determinarán si se regó el cáncer o si necesitará tratamiento.

“Me siento con mucha ansiedad y con ganas de llorar. Hoy fue un día que yo tenía ganas de llorar y yo, pues, lloré, porque hay que sacar las emociones, pero no te niego que le tengo pánico”, agregó.

¿Cómo ayudar?

Para ayudar a Arroyo a costear la cirugía que le salvaría la vida, puede enviar donaciones a las cuentas de ATH Móvil con los números: 787-470-2121 o 787-346-6391. También, puede aportar a través de PayPal al mariaarroyorivera@gmail.com.

“Con un dólar yo llego”, afirmó.