La delicada situación por la que atraviesa el zoológico Dr. Juan A. Rivero de Mayagüez ha escalado al punto de que miles de personas han firmado una petición para que cierre definitivamente ese recinto y trasladen a los animales a otros santuarios con capacidad para atenderlos.

Bajo el título Close the Zoo in Puerto Rico (Cierren el zoológico en Puerto Rico), la organización Pet Friendly PR ha iniciado una campaña de recogido de firmas a través de la página change.org para esos fines.

La solicitud, que arrancó la semana pasada, ya contaba el pasado martes, 4 de julio con el respaldo de más de 18,000 cibernautas que se unieron a la campaña.

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Sylvia Bedrosian, presidenta de la organización Pet Friendly y activista en pro de los derechos de los animales, fue quien le dio vida a esta iniciativa, que va dirigida al Departamento de Agricultura de Estados Unidos, y aunque entiende que será muy cuesta arriba que en definitiva cierren el parque, al menos espera que los animales grandes puedan ser removidos del lugar.

“El zoológico no funciona. No ha funcionado. Somos pillos, somos corruptos. Nos robamos el dinero y esos animales están miserables”, lamentó Bedrosian en conversación telefónica con este medio.

La última controversia con relación al manejo de los animales en el zoológico de Mayagüez surgió luego que las activistas en favor de los animales Susan Soltero y Carla Cappalli, entre otros, denunciaran a través de las redes sociales la muerte de cinco cachorritos en circunstancias que no estaban claras y el sacrificio de un tigre de Bengala que llevaba años enfermo sin supuestamente recibir atención adecuada.

“Tan pronto Susan (Soltero) y Carla (Cappalli) anunciaron en las redes lo que estaba pasando con el zoológico, me sentí responsable de publicarlo y crear un movimiento en las redes. Empecé a ver el apoyo de la gente, que estaba indignada. Muchísima gente me escribió por inbox y empezó a aparecer un montón de información sobre las cosas que ellos habían visto”, manifestó Bedrosian.

La petición espera recaudar 25,000 formas antes de que el Departamento de Agricultura federal tome cartas en el asunto.

“Sabemos que va a ser muy difícil que cierren el zoológico. Estoy convencida que es una cuestión política. Ellos reciben cerca de tres millones anuales en fondos federales y no lo van a cerrar así de fácil. Pero por lo menos, que el Departamento de Agricultura Federal esté al tanto de que esto está pasando otra vez en Mayagüez y que podamos sacar de allí al león Oloxy y al elefante Mundi... si no tenemos cómo cuidarlos y la gente no les interesa ir a verlos, porque cada vez entra menos gente, pues vamos a dejar que esos pobres animales tengan una mejor vida”, sostuvo la reconocida activista.

Bedrosian dijo que ya entabló comunicación con directivos de zoológicos en Central Park y Nueva York para conocer de primera mano el debido protocolo que se lleva a cabo a la hora de practicarle la eutanasia a un animal en cautiverio, así como otros aspectos administrativos que puedan servirle de barómetro para evaluar el trabajo que se ha estado realizando en el parque mayagüezano.

Mientras, La Fortaleza anunció la semana pasada la creación de un comité especial que tendrá como tarea principal investigar los sucesos, evaluar la infraestructura del parque y velar el estado de salud en que se encuentran los animales.

El ente, que presidirá el Dr. Luis Martínez, cuenta con la bióloga Lourdes Meléndez, la directora del Parque de las Ciencias de Bayamón, Janette Pagán, Soltero y Cappalli, presentará un informe con recomendaciones y medidas correctivas, según se informó mediante comunicado de prensa de Fortaleza.

“Vamos a darle break a ese comité a ver si logran hacer algo, porque también hay que ser justos. Toda la culpa no es de esta administración”, sostuvo Bedrosian.

De igual forma, la representante Maricarmen Más, quien preside la Comisión cameral e Desarrollo Integrado de la Región Oeste, tenía previsto celebrar una vista ocular esta semana para investigar los hallazgos recientes en ese parque.

Dicha comisión había denunciado en el pasado el uso de medicamentos y alimentos expirados para los animales del zoológico, entre otros señalamientos.