El caso de un hombre que acuchilló a una vecina molesto por los ladridos del perro de ésta deja de manifiesto el problema de intolerancia que hay en Puerto Rico, donde la agresión física y verbal es la primera opción que buscan muchos ciudadanos para resolver sus conflictos.

Así lo analizó el psicólogo Carlos Sosa, al conocer los detalles del lamentable incidente ocurrido el lunes en Trujillo Alto, cuando David Sánchez Hernández agredió en el rostro y apuñaló en la espalda a su vecina Zulema Gómez, utilizando como justificación su molestia por los ruidos que hacía el can.

"Es un ejemplo claro de cómo el nivel de tolerancia de las personas está al límite, al extremo que consideran a la violencia como la herramienta más útil para solucionar sus problemas. Esto sin buscar otras alternativas como lo es el diálogo o la comunicación afectiva hasta llegar al entendimiento", expresó especialista en conducta humana.

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El psicólogo agregó que la conducta violenta entre ciudadanos que pierden la paciencia ante cualquier conflicto con sus pares es también reflejo del problema de salud mental que hay en la Isla.

"Lo hemos dicho constantemente, pero siempre es bueno repetirlo, vivimos en una sociedad donde las principales instituciones encargadas de promover la educación han fallado en promover valores como el respeto. Aquí se habla mucho de valores pero no basta con mencionarlo, hay que aplicarlos y hacer campañas mucho más efectivas", dijo quien durante los pasados tres años ha trabajado sobre este tema a través de la propuesta "Estrategias para minimizar la prevalencia de conducta violenta dirigida a niños con deficiencia en el desarrollo". Este programa trabaja a través del Consejo de Deficiencia del Desarrollo y desde su implantación ha impactado a más de 200 escuelas públicas del país.

"Vemos la violencia manifestada en todas las generaciones: niños, adolescentes, adultos… y eso me da mucha frustración. Pero lo interesante es que con el niño y el adolescente podemos trabajar porque tienen las capacidades de poder cambiar y generar otra actitud. Pero necesitamos el apoyo de todos…este no es un trabajo de unos cuantos", destacó.

Y es que según Sosa, el control de la violencia empieza "por nosotros mismos". "Tenemos que tener la mentalidad de pensar 'soy parte de la solución de la violencia'. Con esto en mente pensaremos antes de actuar. Tendremos el cuadro mental de lo que puede pasar o el resultado que tendrá nuestro comportamiento. Por ejemplo, este señor que apuñaló a su vecino, posiblemente, irá a la cárcel. Y esa será la consecuencia de su acción violenta", expresó.