Ante un centenar de entusiastas seguidores, Ricardo Rosselló llamó a la unión de los estadistas en la lucha por convertir a Puerto Rico en otro estado de los Estados Unidos, en su primera presentación pública en la Isla tras su abrupta renuncia a la gobernación y posterior salida de Puerto Rico en medio de masivas manifestaciones de repudio, en el verano de 2019.

Rosselló, hablando desde un camión frente a la Casa Barbosa en Bayamón, y en medio de un extenso contingente policial, llamó además a sus seguidores a convertirse en “delegados” por la estadidad acudiendo a Washington a reclamarla.

Rosselló aprovechó además para condenar al liderato legislativo del Partido Popular Democrático (PPD), por negarle el espacio a hablar ante la Cámara de Representantes luego de que ese cuerpo lo citara a deponer sobre el trabajo de los delegados por la estadidad en Washington.

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“Lamento que no tengan el coraje, la gallardía y la valentía para permitir que lo que se discute hoy, se discuta en la Cámara de Representantes como lo habían citado originalmente”, denunció Rosselló, al tiempo que, usando una pantalla digital en otro camión, mostraba una presentación con parte de lo que, según él, era el propósito, trabajo y uso de fondos públicos de los delegados por la estadidad en Washington.

“La misión es muy clara lograr la igualdad ciudadana para los más de tres millones de ciudadanos que vivimos en Puerto Rico. Esa es la misión para todos los estadistas, ese es el esfuerzo que tenemos que llevar”, afirmó Rosselló.

Condenó también las críticas y burlas a las personas que se han parado con carteles reclamando la estadidad frente al Capitolio en Washington, y comparó esas acciones con las luchas de mujeres y afroamericanos por el derecho al voto, y con las luchas de la comunidad LGBTTQI por sus derechos.

“Vamos a expresarnos, aunque traten de silenciarnos. Vamos a hacerlo porque la gesta es grande, el objetivo es enorme y la causa es noble”, afirmó.

Llamó a sus simpatizantes a unirse a la delegación en busca de la estadidad, para que, en lugar de seis delegados, se unieran a una delegación extendida de miles de delegados por todos los estados.

Al centenar de simpatizantes de Rosselló se unieron algunos líderes y legisladores del Partido Nuevo Progresista (PNP).

Asimismo, un puñado de manifestantes en contra de Rosselló protestaron en otra zona que la Policía había separado para esos propósitos.