La hazaña que intentó realizar el sacerdote Adelir Antonio de Carli, de 42 años, se ha convertido en un hito en redes sociales. El religioso se ató a 1,000 globos inflados con helio con el fin de obtener recursos para construir un centro de descanso para camioneros en su parroquia.

El sacerdote intentaba ‘viajar’ desde Paranaguá, al sur de Brasil, hasta Dourados, cerca de Paraguay, en un vuelo de 20 horas; tenía paracaídas, chaleco salvavidas, un GPS y dos celulares. También un equipo de acompañamiento, quienes reseñaron cuál fue la última comunicación que tuvieron con el hombre.

“¿Están viniendo o no están viniendo?”, fueron las últimas palabras que se le escuchó decir, según indican sus acompañantes de aventura.

Relacionadas

La historia ocurrió el 20 de abril de 2008 y desde entonces los habitantes de la región de Paranaguá, Paraná, en Brasil, recuerdan con amor al sacerdote, quien tras perder el rumbo fue hallado flotando sin vida en el mar.

La misión del sacerdote Adelir Antonio de Carli era romper el récord mundial de 19 horas de vuelo en globo, mientras sus colaboradores recaudaban fondos para la iglesia.

Los medios brasileños reseñan que el sacerdote era paracaidista, tenía experiencia y conocimientos de supervivencia, pues no era la primera vez que se enfrentaba a este tipo de ‘aventuras’, ya que en enero de 2008 había completado una hazaña usando 600 globos con helio, que lo llevó a un viaje de 4 horas a 5,200 metros de altura.

Durante el segundo viaje en globos del sacerdote, todo marchaba como se esperaba durante las primeras 8 horas, pues hasta ese momento, un controlador aéreo conocía la ubicación del religioso, pero pasado ese tiempo, su rastro se perdió por completo.

De inmediato, equipos de rescate y aeronaves rastrearon la zona, buscando al sacerdote, sin poder localizarlo; fue hallado dos días después, cuando encontraron los globos flotando en el océano, cerca de la última posición satelital que se conoció.

El cuerpo del sacerdote no fue recuperado sino hasta julio de 2008, cuando los resultados de pruebas de ADN confirmaron que el cuerpo sin vida, encontrado por dos tripulantes de un remolcador que trabajaban en el mar, pertenecía al sacerdote Adelir Antonio de Carli, de 42 años.

“Estábamos casi seguros de que se trataba del sacerdote por diversos elementos, como la ropa y el material utilizado en el viaje en globo. El ADN solo confirmó nuestras sospechas”, dijo el jefe de policía de Macaé, Daniel Bandeira.

Las investigaciones confirmaron que el GPS que portaba el religioso tenía problemas, pero logró enviar un mensaje donde informaba que “sentía mucho frío, pero bien”.

Denise Gallas, coordinadora de la Pastoral de Carreteras de Paranaguá, dijo que el último contacto del padre con la iglesia fue a las 19:40 del domingo, unas siete horas después de su partida. “Ya estaba sobre el mar”, sostuvo.

“Él vio a un estadounidense que voló 19 horas cargado por globos, y como nuestro párroco es valiente, dijo que podía estar más tiempo en el aire. Lamentablemente, el viento cambió y lo llevó hacia el mar”, concluyó.