Las circunstancias que provocaron la decisión tomada por Amanda Serrano de cancelar el combate contra la alemana Nina Meinke al filo de que ambas debían caminar al ring levantan múltiples interrogantes.

Hemos leído y escuchado las versiones de los acontecimientos a través de los medios tradicionales, digitales, programas de televisión y otros plataformas, pero todavía quedan dudas que merecen espacio. Puede que nos tengamos que conformar con las explicaciones ofrecidas hasta la fecha, sin embargo, resulta justo colocar en el tintero algunas preguntas para analizar y para que así cada cual llegue a sus propias conclusiones.

Según los relatos, todo comenzó un jueves, en la víspera de que Serrano tenía una cita con los oficiales de la Comisión de Boxeo Profesional de Puerto Rico para el pasaje oficial. Después de que una estilista de cabello le terminar unas trenzas y le colocara un gel fijador, Serrano salió a completar una carrera nocturna para alcanzar las 128 libras.

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Al parecer, gotas de sudor deslizaron hasta aterrizar en el ojo y se lo frotó.

Primero, ¿Amanda tiene la costumbre de correr la noche antes de un pesaje? Si existe algo por lo que ella se enorgullece es que posee la disciplina requerida para hacer el peso con suficiente tiempo de antelación. Resultado extraño que haya tenido la necesidad de correr la noche antes, pero tampoco es algo extraordinario.

El bando de Serrano sostiene que el viernes ella se quejó de dolor en ambos ojos y, en particular, que el izquierdo estaba inflamado.

¿Alguien le hizo semejante señalamiento a la Comisión para que la examinaran? En ninguna de las versiones ofrecidas aclararon. ¿Por qué?

Miguel Laureano, presidente de la Comisión de Boxeo, indicó que no se percató de algo irregular en los ojos de Serrano. De hecho, los médicos adscritos a la Comisión realizan unas pruebas de rutina a cada un de los boxeadores. Miden la presión arterial y los latidos del corazón, entre otros, para así confirmar que el boxeador está apto para subir al ring.

Amanda Serrano (derecha) posa junto a Jonathan "Bomba" González durante el pesaje oficial en la víspera de la cartelera el 2 de marzo.
Amanda Serrano (derecha) posa junto a Jonathan "Bomba" González durante el pesaje oficial en la víspera de la cartelera el 2 de marzo. (Suministrada / Comisión de Boxeo Profesional de Puerto Rico)

¿Nadie levantó una bandera de que Serrano tenía los ojos enrrojezidos?

Horas después, Serrano se presentó al District T-Mobile con gafas oscuras para los actos mediáticos de los pesajes con los demás protagonistas de cartelera. La reacción inicial fue que las gafas eran más bien como parte de un acuerdo de promoción. No parecía algo fuera de la norma.

Hasta ahí, todo parecía en orden ante las miradas de los demás sin sospechar que Amanda ocultaba algo.

El evento en el Coliseo de Puerto Rico el 2 de marzo corría normal, sin mayores contratiempos. Las peleas preliminares transcurrieron y el ambiente en el ‘Choliseo’ era de expectativas porque el turno de Amanda había llegado.

Sin embargo, todo cambió cuando la propia púgil subió al ring para anunciar que no tenía la autorización de la Comisión por la situación del ojo. Eso creó confusión. La explicación que dio el cofundador de Most Valuable Promotions (MVP), Nakisa Bidarian, fue que Serrano sufrió una lesión en un ojo a causa de un químico. La empresa circuló una comunicación escrita en el que afirma que comenzará las gestiones para devolver el dinero por los costos de los boletos a los que deseen.

¿Por qué no citaron una conferencia de prensa uno o dos días después par que Amanda y su séquito ofrecieran las explicaciones que entiendan pertinente?

En su lugar, abordaron un avión rumbo a Nueva York para reposar y, a su vez, acudir a unos especialistas para tratar la situación que la dejó imposibilitada de pelear.

Serrano repitió que llegó al ‘Choliseo’ con la intención de pelear hasta que el médico de la Comisión recomendó que no era una sabia decisión para evitar consecuencias negativas en el ojo. Si ella estaba en condiciones, ¿por qué la esquina de Serrano no insistió que la situación no era de gravedad? A distancia, da la impresión de que aceptaron la determinación sin resistencias.

Los comentarios y reacciones de que MVP Promotions tuvo suficiente tiempo para aplazar el evento no se sostienen. Existían demasiados compromisos económicos. Zafarse de ellos no era tarea fácil.

MVP tenía que pagar el venue, las compañías que montaron las luces, el ring, los contratos de los boxeadores que sí pelearon, los oficiales de la Comisión, ambulancias y seguridad, entre otros. La lista puede ser interminable y MVP estaba en una situación complicada.

Además, negocios pagaron por los derechos del tener señal en circuito cerrado, Caribbean Cinemas reservó salas para vender boletos y DAZN sumó clientes, precisamente, por el interés de observar a Serrano.

MVP se encontró de espaldas contra la pared e hizo el mejor intento de cumplir.

¿Qué ocurrirá con la carrera de Amanda? Es algo prematuro para predecir. Obvio que lo mejor sería que la situación fue solo un susto, un desafortunado accidente y que ella recibirá la oportunidad de cumplir sus próximos objetivos.

Mientras tanto, resultaría adecuado que la Comisión de Boxeo nombre a una persona externa y se inicie una investigación para detallar los hechos no para señalar culpabilidad, más bien con la intención de establecer unas guías para evitar que situaciones similares se repitan, si así los comisionados lo encuentran necesario.

El tiempo dirá.