Esta semana las alianzas han sido el tema del momento. Por primera vez en Puerto Rico dos partidos políticos, con visiones distintas, se unen para ganar terreno en el campo electoral. Buscan ganar la elección o, cuando menos, colocarse en mejor posición en el ámbito gubernamental de tal forma que puedan adelantar las posturas que en común consideran que traerán un mejor gobierno para la Isla. El Partido Independentista Puertorriqueño y el Movimiento Victoria Ciudadana realizarán una campaña novedosa como nunca la hemos visto, pidiendo el voto por candidatos propios y por los del otro partido.

Para algunos la llamada alianza es una gran demostración de desprendimiento, para otros un acto desesperado que solo culminará con papeletas dañadas y votos perdidos. Mírelo como usted quiera, pero sin duda la próxima elección será un experimento interesante. Existe una frase muy cierta que dice que no se puede hacer siempre lo mismo y esperar un resultado distinto. Pues aquí va el experimento electoral más grande en Puerto Rico en muchas décadas, a ver cómo sale.

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La verdad es que hasta mediados del siglo pasado las alianzas entre partidos eran comunes y hasta hace poco la ley electoral las permitía. Ahora con o sin ley, los electores realmente pueden votar como les venga en gana. Veremos cómo los boricuas reciben este junte, que aunque inusual para las nuevas generaciones en Puerto Rico, es muy común en otras partes del mundo. En España, por ejemplo, el presidente Pedro Sánchez acaba de ser reelecto mediante una alianza con grupos regionales. El primer ministro de Israel se colocó en el poder mediante alianzas con sectores conservadores. Y en toda Latinoamérica las segundas vueltas electorales provocan alianzas sin las cuales no se puede formar gobierno.

Es cierto que aquí las elecciones son distintas. Nuestra tradición y nuestras leyes no incluyen segundas vueltas, ni elecciones parlamentarias Los gobernadores se eligen contando voto a voto, ese es el sistema que escogimos y que nos ha servido bien. Pero desde hace ya varias elecciones se ha hecho claro que los electores están dispuestos a pensar diferente. Desde que en el 2004, hace ya casi 20 años, Rogelio Figueroa corrió solito de manera independiente, muchos otros se han atrevido a dar el paso, a correr sin partido, a pensar y plantear cosas distintas. Rogelio hablaba de una agenda diferente, de la necesidad de proteger el medioambiente, de mirar la energía renovable. Se alejó del discurso de estatus que ha dominado la conversación electoral por más de un siglo. Luego fundó el Partido Puertorriqueños por Puerto Rico que corrió en un par de elecciones. Se atrevió a pensar “fuera de la caja”, o como dicen en el idioma de Shakespeare “outside the box”. Inspiró a otros candidatos independientes y nuevos partidos como el Movimiento Unión Soberana, el Partido Pueblo Trabajador, más reciente el Movimiento Victoria Ciudadana y el Proyecto Dignidad. Estos últimos con un éxito nunca antes visto han colocado legisladores en varios escaños, acabando con los años de las supermayorías rojas o azules que dejaban poco o ningún espacio a las agendas particulares que no tuviesen que ver con el estatus.

Me parece que la zona de confort en la clase política y el gobierno, no es buena para el País. Por eso cualquier iniciativa que jamaquee el palo es ganancia para los ciudadanos, llámese alianza o candidaturas independientes. Ellos y los partidos de siempre, querrán escucharte para ganarse tu confianza y eventualmente tu voto. Tú, amigo que me lees, aprovecha la coyuntura histórica y deja saber tu sentir.