Para todo hay una primera vez y en los próximos meses vamos a vivir una campaña política como nunca hemos visto. Un gobernador incumbente enfrentado por la segunda en su gobierno: la comisionada residente; la misma que hace cuatro años lo acompañó en la papeleta, hizo campaña con él y levantaba su mano en señal de victoria en cuanta tarima y mitin político hubo. Bueno, que las cosas evolucionan y las circunstancias pueden llevar a cualquiera a cambiar de rumbo y de opinión. A eso tiene derecho todo el mundo.

Lo que pasa es que nunca había pasado con un incumbente, que tiene el control sobre la repartición de chavitos. El que firma las resoluciones para asignar fondos a comunidades y municipios y el que tiene la llave del dinero de reconstrucción.

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Contra ese poder, nadie se había atrevido a intentarlo, hasta ahora. Y esa es la novedad en esta campaña: dos incumbentes enfrentándose en el mismo partido. Todavía hay quienes tienen la esperanza de que uno de los dos desista de su aspiración y que no haya primaria que arriesgue la unidad de partido. Yo pienso que eso no va a ocurrir.

Realmente, desde mi punto de vista como periodista, será un buen experimento y ya de una vez vamos a conocer si de verdad el primer ejecutivo está tan protegido por el poder que ostenta.

En el pasado, los partidos principales -PNP y PPD-, aunque este solo una vez, ha tenido primarias para la gobernación. El penepé sí tiene ya mucha experiencia y el ganador de la primaria ha logrado ganar la gobernación, así que ya saben que una primaria no es necesariamente un impedimento para el triunfo electoral

Recordemos que en el 2004 se enfrentaron Luis Fortuño y Pedro Rosselló, y Fortuño ganó luego la elección. En el 2020, fue entre Wanda Vázquez y Pedro Pierluisi y este último ganó la elección general. Pero ese caso fue distinto, pues Wanda Vázquez no fue elegida gobernadora, sino que ocupó el cargo por disposición legal.

El detalle es que, en esta ocasión, se está retando al gobernador electo hace solo tres años, al que se le cuestiona su obra de gobierno. Y la crítica no viene de la oposición, sino de la segunda figura más importante de su gobierno.

La medición de fuerzas comenzó la semana pasada. La comisionada Jenniffer González hizo un anuncio grabado que desató un mar de reacciones, sorpresa y ataques de parte y parte. El anuncio de la comisionada no fue tímido ni conciliador, por el contrario, fue un reclamo y una denuncia fuerte al gobierno de Pierluisi.

Ayer el gobernador hizo un evento abierto al público, que llenó el Centro de Convenciones y en el que se rodeó de líderes del PNP, alcaldes, senadores, representantes y funcionarios para radicar oficialmente su candidatura a la reelección.

Fue una demostración de fuerza que la comisionada no pudo igualar, pues aunque se adelantó al anunciar su aspiración, su mensaje fue grabado y no se organizó una actividad para ello.

Ahora bien, quedan ocho meses de campaña, habrá que esperar para ver cómo se alinean los planetas en torno a esos dos ejes fuertes en el partido azul. Y los rojos que se alisten, porque lo suyo viene por ahí, aunque la primaria en la Pava no da indicios de ser ni la mitad de interesante de lo que será la de la Palma. El tiempo dirá.