El pasado 15 de septiembre se efectuó un evento deportivo, sazonado con elementos musicales, en el Coliseo José Miguel Agrelot. Allí, la estrella profesional del tenis, Venus Williams, enfrentó en un juego amistoso a la medallista olímpica Mónica Puig.

Fue en este escenario donde Cary Pierluisi, directora ejecutiva de la Oficina del Gobernador, recibió un fuerte abucheo. Ello debió despertar las alarmas del equipo del primer ejecutivo.

El sonoro suceso se dio ante una concurrencia compuesta, mayormente, por personas de clase media-alta, pudiente y educada. Una audiencia que uno pensaría, incluiría una buena cantidad de simpatizantes de la fórmula que representa la señora Pierluisi y que, aunque no fueran seguidores, saben mantener las composturas.

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Sin embargo, expresaron su malestar. Su descontento y desafecto. Es señal clara de la insatisfacción que sienten.

El estribillo de “haciendo que las cosas pasen!”, no vende. No cala. No hace eco.

La campaña millonaria de logros y mejoría económica cae en oídos sordos. La obra, no vende. Usted puede enseñar mil papeles, pero la percepción general es que no existe tal obra, o que está muy lenta.

Ahora, bien es ¿realidad que se está haciendo obra? ¿Basta con montarse en un carro y caminar por todo Puerto Rico para verla? Eso argumentó el gobernador Pedro Pierluisi en Patillas este martes.

Veamos un hecho concreto.

El 14 de octubre de 2021, FEMA anuncia en su página más de $26 millones para realizar un moderno estadio en Yabucoa. El Félix Millán, cómo se conocía el parque de béisbol de la Ciudad Azucarada, quedó destruido totalmente por el huracán María. El director del COR3, Manuel Laboy, se armó de esa noticia y se paseó por los medios anunciando que sería el símbolo de la reconstrucción del país y la avanzada de millones y millones.

Pues sepa que no será hasta hoy, 20 de septiembre de 2023, que pondrán la primera piedra de esta obra. Prácticamente, tomó dos años desde que se anunció hasta que se da el primer paso en la construcción.

Este es un claro ejemplo de cómo caminan las cosas. ¿A ese son, quién baila? Es una lentitud inaceptable a la ciudadanía.

Esta es la lectura que hace la comisionada residente Jenniffer González y sus números internos, se lo corroboran. Ahora bien, no es una determinación fácil.

La primaria del PNP será una extenuante, visceral y que marcará heridas. El gobernador es el incumbente. Tiene el poder del gobierno, la estructura de su partido y $3 millones a su disposición. Además, como gobernador puede empujar la obra a los alcaldes que estén con él y atrasar a los que salten la valla.

Jenniffer tiene la intención de un electorado descontento, que está por verse si se moviliza. Una masa crítica que simpatiza con su ideal, pero no con su partido. No cuenta ahora mismo con el mismo nivel de dinero en caja que el primer mandatario, pero cuenta con amigos dispuestos a abrir la cartera. Es mejor debatiente que Pierluisi y domina mejor el juego mediático.

Su embarazo entrará en etapa culminante en importantes meses. Tendrá que sortear estratégicamente una posible ausencia, mientras el gobernador se comerá la calle.

El primer ejecutivo sabe que su futuro está en juego, ante una oponente complicada.

Ese es el tablero que tenemos adelante. Las candidaturas abren el 1 de octubre. A solo días del tiro de salida, el abucheo en el Choliseo tira por la borda la seguridad política del señor Pierluisi y, de seguro, sus estrategas se lo han dicho.

Todo el mundo a ajustarse el cinturón y a comprar mucho pop corn, pues como decía un viejo locutor deportivo: “No se vaya nadie, que esto se pone bueno”.