“El lío de Wapa”, así tituló mi amiga Milly Cangiano su columna del pasado lunes. Un escrito lleno de inexactitudes, que merece ser aclarado. Mi interés no es polemizar con esta colega. Por el contrario, dejar en contexto lo que, lamentablemente, ocurre en una institución que por 70 años ha servido bien a Puerto Rico.

Primero, mi querida Milly, no subestimemos al público. Nuestra gente es astuta, inteligente y solidaria. Con solo ver en una fotografía a casi la totalidad de los reporteros de “Noticentro” en una línea de piquete pueden concluir que algo no anda bien. ¿Cuándo fue la última vez que viste colegas periodistas protestar en una situación que no está relacionada a la negociación de un convenio colectivo? Si no es la primera vez, debe ser de las primeras. ¡Así de seria es la situación! Mencionas que “cómo es posible que algunos dentro de ‘Noticentro’ ganen miles por dar cara en televisión y se quejan”. Es bien sencillo. El dinero no compra la conciencia. Tenemos dignidad. Ejercemos el derecho a indignarnos y levantar nuestra voz ante lo que no es correcto.

Relacionadas

Mencionas “que los apretaron” y por eso tal vez nuestro berrinche. ¡Qué mezquindad! Ese informante suyo no conoce nuestra idiosincrasia. Nuestro reclamo no es capricho y mucho menos un supuesto “over time” recortado o controlado que pudiera motivar alguna “pataleta”. Si así te fue explicado, te manipularon.

Nuestro reclamo no es solo de los reporteros. Milly, hablamos por todo un Departamento. Somos la cara de unas 92 personas. El “meollo” del asunto se puede resumir de la siguiente manera, ya que fue magistralmente plasmado en el comunicado del Overseas Press Club. Adjunto la cita:

“Entre los reclamos de los colegas periodistas de ‘Noticentro’ están los cambios en horarios y turnos de trabajo que desestabilizan las operaciones, interpretaciones acomodaticias del convenio, desconocimiento del funcionamiento del periodismo televisivo, acciones que atentan contra el balance en la cobertura noticiosa y un estilo administrativo desafiante y prepotente. Estas situaciones han forzado la renuncia de casi 40 miembros del equipo de noticias en el último año”.

Milly, ¿tu fuente mencionó las renuncias en el último año? ¿Los retiros prematuros? A qué no. Eso levanta bandera en cualquier departamento de Recursos Humanos. Me preocupa que levantes un argumento que pudiera rayar hasta en calumnia. No lo voy a dejar pasar. Conozco la integridad de todos los periodistas de “Noticentro”, el primero del país. Te puedo garantizar que no somos carga maletas de nadie. Mucho menos de políticos. No le dejamos pasar ni una y ejercemos con extrema eficacia nuestra labor de fiscalización. Hacemos las preguntas por el centro del plato y más de uno se ha marchado molesto, al punto que no regresan por un tiempo.

Otra cosa, querida Milly, hablemos de Rafael Lenín López. Quien te dijo que bajo Lenín los “ratings” no eran buenos, te engañó. Esto no es cierto. Si algo me consta y tengo los datos, es que los números siempre nos colocaban en la primera posición. Todas las ediciones eran dominantes en su horario. Mencionas que se debería dar una buena reunión. ¡Sería excelente! Dile a tu fuente que propicie una. Es más, la deseamos, para decirnos las cosas frente a frente.

¿Sabes que, al momento, no nos han llamado para preguntarnos el por qué de nuestro malestar o por qué acudimos a la calle a piquetear? Milly, ¿sabes que en más de un año después de ser nombrada, no se ha dado una reunión entre nuestra directora de Noticias y todos los reporteros a la vez? La pregunta es ¿por qué? Sólo pedimos ser escuchados.

Nosotros venimos de la escuela de Enrique “Kike” Cruz, hombre de profundo conocimiento periodístico. Celoso del contenido noticioso. De la verticalidad. Con amplio bagaje administrativo. Guiaba, corregía, apostaba al diálogo y siempre estaba presente. A toda hora. Kike era una persona con gran sensibilidad y empatía.

Después de esa escuela, Milly, ¿no te parece que sería de mediocres aspirar a menos?