Muchas veces la palabra radical tiene un contexto negativo, pero tras ver la película protagonizada por Eugenio Derbez, que se titula, precisamente “Radical”, cualquiera que tenga conciencia social logra comprender el verdadero significado de la palabra. Cuando buscas en el internet ¿qué es ser radical?, encuentras lo siguiente: “El radicalismo, en sentido amplio, es todo conjunto de ideas y doctrinas de quienes, en ciertos momentos de la vida social, pretenden reformar profundamente el orden político, científico, moral e incluso religioso”.

Entonces, al ver la película de Derbez todo cobra sentido.

En un momento en donde la educación en la mayor parte del mundo tiene un sistema diseñado en el siglo 19, con maestros del siglo 20 y estudiantes del siglo 21, es menester ver la película “Radical” y prestar atención a la misma. Esta cuenta la historia de un maestro en Matamoros, México, que se rebela contra el sistema. Basada en hechos de la vida real, muestra la metodología que utiliza el Prof. Sergio Juárez en su afán de rescatar a los estudiantes de sexto grado de una escuela elemental pese a las adversidades de un entorno hostil y violento en la frontera norte de México. Esta gesta es ejemplo de cómo la escuela rescata, salva y resalta la importancia de la misma en una sociedad.

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La película cae como anillo al dedo, precisamente en momentos en donde una vez más nuestro sistema de educación recibe críticas por parte de los maestros, quienes hacen de tripas corazones para dar lo mejor de sí. Cada vez son más los retos que enfrentamos en las salas de clases. La pregunta obligatoria es: ¿Estamos listos para estos retos?

El mundo ha avanzado, y con ello, nuestros estudiantes no son como eran antes. Así que toca que el sistema capacite a los maestros a través de nuevas metodologías. El maestro mexicano según nuestra la película, utilizó a su favor el internet, y cumplió con lo que exige el currículo que el sistema ha diseñado, de una manera distinta. No utilizó la metodología tradicional, pero aun así completó los objetivos esperados. De hecho, lo sobrepasó, pues logró retener a sus estudiantes en la sala de clases, así que fue más allá. Esta gesta es sinónimo de que el orden de los factores no altera el producto, si sabemos estar atentos a los retos que cada año escolar presenta.

Se supone que la escuela es el espacio donde nuestros estudiantes deben ser felices. En donde nuestros niños y jóvenes deben prepararse para ese camino que se llama vida. El aula se convierte en ese segundo hogar e, inevitablemente, los maestros en parte de su entorno familiar y, tristemente, en ocasiones son los mismos familiares quienes le quitan la autoridad a la figura del educador.

Cuando en el camino de la educación aparecen maestros que se salen de la norma y les roban el corazón a sus estudiantes, no faltan aquellos maestros que, anquilosados en sus costumbres y tradiciones, comienzan a criticar a aquel que también lo está haciendo bien, pero de una manera distinta. Recuerdo los días en que era maestra de escuela, la cantidad de veces que tuve problemas con algunos maestros, por mi metodología. Claro, en mi caso soy profesora de teatro, y a través de ello, puedo dar fe de la cantidad de estudiantes que he podido salvar y rescatar.

Fui incomprendida muchas veces. De hecho, en una ocasión una maestra me culpó de que una estudiante no estaba prestando atención por estar en ensayos de teatro, a lo que mi respuesta fue: ¿Qué está haciendo usted para enamorar a los estudiantes y retenerlos? En otra ocasión una maestra llamó payaso a uno de mis estudiantes, al frente de toda la clase, por el simple hecho de estar en personaje poniendo en práctica un ejercicio de performance. Y así muchas veces tuve que nadar contra la corriente, pero siempre con la satisfacción que solo da el deber cumplido.

La escuela es ese lugar donde se materializan los sueños. Los maestros, los responsables de acompañarles en su caminar y darle las herramientas para soñar despiertos. Por supuesto que la estructura, disciplina, rigurosidad y compromiso son fundamentales para lograr grandes resultados. ¡Que vivan nuestros maestros y estudiantes!