“El amor es intensidad y por esto es una distensión del tiempo: estira los minutos y los alarga como siglos”. Octavio Paz.

¿En qué momento San Valentín se convirtió en un día en donde el mundo se detiene?

Nunca he sido muy partidaria de celebrar San Valentín, soy de las que piensa que el amor y la amistad se celebran todos los días y no hace falta un día al año para demostrar lo que se siente. Pero, como es parte de la cultura popular, tengo que lidiar con lo que supone “celebrar” ese día.

San Valentín es la excusa perfecta para comer dulces, ser “cheesy”, andar feliz en nombre del amor y -quienes están enamorados- gritar a los cuatro vientos cuánto aman al otro.

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Ahora bien, cuando era estudiante, amaba San Valentín. En el colegio donde estudié, la ocasión era un evento. Cuando era niña y adolescente, adoraba ir con mi madre a comprar paletas, las tarjetitas pequeñas que se les regalaban a los compañeros y ni hablar de los globos gigantes en forma de corazón que le impedían la vista al que se sentaba en el pupitre de atrás en el salón.

Con la adultez, todo cambió, atrás quedaron los globos en forma de corazón y las tarjetitas pequeñas para el corillo. Ahora, si hay break, un mensaje de texto reafirmando lo importante de la amistad, pero como les dije, todos los días celebro a mis seres amados.

Este San Valentín es diferente, pues como el ser humano es contradictorio, a diferencia de como pensaba unos años atrás. Este año celebro junto a mi prometido la bendición de habernos encontrado y juntos compartir un proyecto de vida en común.

Muchas veces uno se pregunta, ¿cómo saber si lo que sientes es amor? La verdad del caso es que nunca he sido una persona de romantizar el amor, lo cierto es que con el pasar de los años uno va haciendo las paces y va descubriendo que cuando uno ama, ama. Y es que cuando hablamos de amor inmediatamente pensamos en el amor de pareja, pero ciertamente ese no es el único tipo de amor que existe. Cuando pienso en la palabra amor, inevitablemente pienso en Dios, en cuánto nos ama, que nos envió a su hijo al mundo para que muriera por nosotros.

Luego pienso en el amor de mi familia, mis amigos, mis estudiantes y el público. Pero realmente cuando se ama, es una fuerza que va más allá de ti. Es ese algo que invade tu sistema y provoca sensaciones jamás pensadas. Es electricidad, paz, calma, angustia cuando algo no anda bien, y complicidad absoluta. A veces, no es hasta los momentos más difíciles en donde reafirmamos cuánto amamos a quienes amamos. ¡Que bendición es amar y ser amado! Y que mucho miedo se siente cuando ese ser amado enferma, sufre o padece.

Este puño es una invitación a amar y a cuidar a todos aquellos a quienes amamos. Son en los pequeños detalles y, sobre todo en las pruebas, donde demostramos el amor que sentimos. Cuando esos seres que amas ocupan la mayor parte de tus pensamientos al día, se llama amor. Cuando han pasado apenas segundos y ya extrañas, se llama amor. Cuando hay algo que te inquieta y no permite que avances, es amor.

Ama y déjate amar, se siente bien. Que hoy, al igual que todos los días de nuestra existencia, sea un día maravilloso, hermoso, lleno de mucho amor y, sobre todo, de mucha magia.

Celébrense, ámense y agradézcanle a la vida por otro día más en amor. Todos los días son día de San Valentín.