Quien quiera que haya dicho que las navidades más largas del mundo son en Puerto Rico, no se equivocó. Porque, a pesar que ya en muchos países las navidades se acabaron, para nosotros nunca es suficiente y siempre queremos parrandear un “chin chin” más.

Así que por suerte quedan las octavitas y el horario navideño no termina hasta que pasen las Fiestas de la Calle San Sebastián.

Nuestras navidades están llenas de mucha tradición, entre las que se encuentran las misas de aguinaldo, las parrandas, las promesas de Reyes, las octavitas y hasta las Sanse. Todas y cada una de estas festividades nos envuelven con una magia que solo se siente en nuestro país. Y ya que para algunos han terminado, para muchos todavía quedan las octavitas. Y ¿qué son las octavitas?

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Las octavitas son una tradición cultural muy importante en nuestro país. Se celebran durante los ocho días que siguen a la festividad de la Epifanía, que es el 6 de enero. Durante este periodo, los puertorriqueños se reúnen para cantar y celebrar la llegada de los Reyes Magos.

Durante las octavitas se hacen muchísimas actividades, entre las que se destacan las fiestas familiares y las parrandas. A diferencia de las navidades pasadas, esta vez parrandeé solo el Día de Reyes, ya que nos sorprendieron en casa de mi suegro en la promesa de Reyes que ofrecemos desde el año pasado. No les puedo explicar lo que sintió mi corazón al recibirla, pues mientras estábamos terminando nuestra oración a los Santos Reyes, nos sorprende una hermosa parranda con aguinaldos puertorriqueños. Y como dicen que quien canta ora dos veces, confiamos que nuestras promesas serán cumplidas, sobre todo en este año que apenas comienza, año en donde una vez más decidiremos nuestro futuro como país y la sabiduría debe acompañarnos para conseguir el Puerto Rico que nos merecemos.

Las octavitas también son una oportunidad para reunirse en familia y hasta en comunidad para celebrar la cultura puertorriqueña. Es un momento de alegría, música y tradición que refuerza la identidad cultural de la isla. Por esta y muchísimas más razones es que no hay navidades como las nuestras. Quien piense lo contrario, con mucho respeto debo decirle que se equivoca.

A través de las octavitas en Puerto Rico, durante la temporada navideña, se transmiten diversos mensajes y sentimientos. Es el momento perfecto para conectar con familiares, amigos y seres queridos. Se expresan palabras de amor, felicidad, paz y prosperidad para el año que acaba de comenzar. Es una manera de fomentar la tradición y cultura puertorriqueña. Confieso que lo más que disfruté de las fiestas navideñas fue la promesa de Reyes de mi familia, pues la emoción de los niños jugando, corriendo por el campo y luego cantando, me recordó mi infancia. Así que, definitivamente, en esta época se transmite la emoción y la felicidad que se siente durante las fiestas navideñas.

Debemos aspirar a que la unión familiar que se percibe en esta época festiva no se quede solo en diciembre y principios de enero, sino durante todo el año. Es, a través de las octavitas, que se transmite el espíritu festivo, los valores familiares, la tradición y la alegría propias de la temporada navideña en Puerto Rico.

Yo no sé si a ustedes este año les pasó, pero estas navidades se han ido a las millas; ya estamos a 9 de enero y parecería que fue ayer que despedimos el año. Por eso que bueno que la octavitas existen y podemos dejar un tiempito más el árbol de Navidad y la decoración navideña.

Acá entre nos, no encuentro cómo quitar el árbol que me encanta tanto.