Es seguro que la vida te ha servido tu cuota de decepciones, ya sean amorosas, personales o laborales. Nadie está a salvo de ellas; a todos nos llega.

Las personas sabias siempre te dicen: no es lo que te pasa en la vida, sino la actitud que asumes ante las adversidades. Suena a sermón, pero no lo es.

Me gusta distinguir entre ‘fracasos’ y ‘reveses’. El idioma está lleno de palabras que, aunque parecen sinónimos, tienen matices muy importantes que las hacen diferentes.

La palabra ‘fracaso’ implica el final del camino. Es un término con un peso grave, que nos lleva a la vergüenza, la decepción, la derrota. Te noqueas y quedas en el piso a la cuenta de diez. Nunca la uses.

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Los ‘reveses’, por otro lado, reconocen que hubo un golpe que puede hacerte temblar las rodillas, pero no implica que caes inconsciente en la lona. Al contrario, es una fuerza que te despierta, que te da mayor coraje, mayor valor, y te lanza con más ahínco a vencer.

Los fracasos te hacen aceptar la derrota; los reveses, te animan a seguir tu ruta hasta alcanzar la victoria.

Todo está en tu capacidad de ver las cosas con la actitud correcta.

Cuando enfrentas un revés en la vida, es posible que tu mente te quiera llevar hacia el callejón de la pena y los pensamientos de duda, que son tan destructivos. Sal de ahí. Acepta la realidad incambiable de lo ocurrido, procésalo y enfócate hacia el próximo paso para resolver la situación.

Los que me conocen saben que soy un fanático empedernido de la música de los Beatles. Tengo libros, figurillas, camisetas, gorras y hasta un cuadro de sus discos en mi oficina. En mi carro, escucho sus canciones una y otra vez. Me gusta su música porque muchas de sus letras llevan un mensaje con el cual me he podido identificar en algún momento de la vida.

Por ejemplo, una de las canciones más famosas del cuarteto fue una titulada “Let it Be”, que en español se traduciría como “Déjalo ser”. La letra le vino en un sueño a Paul McCartney durante la época difícil en que los Beatles estaban a punto de separarse. En el sueño vio a su difunta mamá, Mary, acercarse a él para decirle, simplemente… “let it be”. Cuando se levantó por la mañana, Paul recordó el sueño y las palabras sabias (“words of wisdom”, como dice la canción) que su madre le vino a compartir. La idea de permitir que las cosas que te pasen en la vida simplemente sean, aceptarlas y dejar que ocurran sin tratar de adornarlas con angustia, temor o frustración, harán que puedas sentirte en paz y en condición de enfrentarlas mejor.

Una buena amiga me dijo recientemente que lo único por lo cual vale la pena llorar o sufrir es por amor; todo lo demás es secundario. Tiene mucha razón. Cuando enfrento un revés, pienso en lo pequeña que es esa situación en comparación con la inmensidad del amor que doy y recibo por parte de mi familia y mis amigos. Ver este contraste pone todo en perspectiva y es como un rayo de energía. Como dicen los Beatles… “All you need is love” (te dije que era fanático de ellos).

A partir de hoy, reconoce los retos que te lanza la vida como reveses, no como fracasos. Enfócate y busca la solución en vez de regodearte en el problema. Toma la energía de toda la gente que amas y te ama para hacerte fuerte.

Respira.

Let it be!