Como hijo de buen contratista, Manuel A. Suárez Miranda (Manolito) comenzó su trayectoria en AGC-PR temprano en su carrera profesional, uniéndose al Comité de Jóvenes de la organización. Tras 18 años de labor ininterrumpida en la asociación, el galardonado al premio Alejandro S. Herrero 2025 (premio ASH) ha corrido todos los comités y ocupado todos los puestos en la Junta de Directores, la cual presidió en el 2012.

Manolito es observador, hacedor y de pocas palabras. Sobre el premio ASH habló lleno de emoción y con voz entrecortada. Describió esta distinción como una “de mucho significado para mí, porque es un honor que me comparen con personas a quienes he admirado toda mi vida”. Entre ellos, mencionó a su padre, el ingeniero Manuel Suárez Méndez, quien presidió la asociación en 1994 y recibió el premio ASH en 2008. Acto seguido, y con una sonrisa traviesa, aseguró que “lo escogieron porque este año no tenían a más nadie”. Relató que comenzó a sospechar que sería uno de los candidatos cuando, después de 12 años, en esta ocasión le denegaron estar en el comité que evaluaría y escogería al galardonado.

La labor de Manolito en AGC-PR tiene un valor incalculable; asiste a todas las actividades, es parte de la Junta de directores y dirige el Comité de Convención. Sobre su sentido de responsabilidad con AGC-PR, indicó que “su motivación siempre ha sido representar efectivamente a la industria y mantener la reputación de AGC-PR”. Aseguró, además, que permanecerá activo en la asociación “hasta que me boten”.

Manolito lleva a AGC-PR en su ADN. Se conoce la misión de rabo a cabo: desde organizar exitosas reuniones y eventos sociales para socios y miembros de la industria hasta las frecuentes interacciones con el ente gubernamental, las cuales están basadas en una relación de trabajo única y duradera.

“Los eventos de AGC son el punto de encuentro de todos los que quieren hacer negocios en la industria de la construcción, pero es más el trabajo que se hace en las agencias de gobierno”, indicó el también presidente de RB Construction, una reconocida empresa de construcción de capital local fundada en 1972 por su padre y el ingeniero Raúl Betancourt.

Para el recipiente del premio ASH 2025, pertenecer a AGC-PR rinde beneficios significativos. Entre ellos, mencionó la oportunidad de crear conexiones con contratistas, subcontratistas, contratistas especializados y suplidores de la construcción; y las relaciones y el acceso que la asociación mantiene con las agencias de gobierno para resolver los problemas que impactan a la industria de la construcción. “La dinámica que mantenemos con el gobierno es para resolver”, puntualizó, al tiempo que recordó algunas de las situaciones que enfrentó durante sus primeros años en la Junta de AGC-PR. Por ejemplo, las manifestaciones en contra del desarrollo de Paseo Caribe en la entrada a la isleta de San Juan y el impago de la Autoridad de Acueductos.

Como ingeniero civil, Manolito se siente orgulloso de construir obras que “se quedan” y que sirven a la población. Por muchos años, ha trabajado en la construcción y remodelación de hospitales, proyectos que requieren mucha coordinación. Hasta ahora, su proyecto más “retante” ha sido la remodelación en el 2012 de la sala de emergencias del Centro Médico en San Juan, debido a que la instalación se mantuvo abierta durante toda la construcción.

Sobre el futuro de la industria de la construcción, Manolito aseguró que habrá “mucho trabajo”. Explicó que, a diferencia de otras industrias, en la construcción, la inteligencia artificial no puede reemplazar todo el trabajo físico que realizan personas de carne y hueso. Asimismo, afirmó que, mientras la humanidad exista, habrá demanda para construir y mantener las estructuras que sirven las necesidades de las personas, como vivienda, carreteras y hospitales, entre otras.

Su consejo para las nuevas generaciones de ingenieros y profesionales de la construcción es que se envuelvan en AGC-PR, empezando por el Comité de Jóvenes.

“Así estarán fomentando la sostenibilidad de la industria, conexiones duraderas y destrezas de liderazgo”, concluyó.

Sobre el Premio Alejandro S. Herrero

El Capítulo de Puerto Rico de la Asociación de Contratistas Generales de América (AGC-PR) instituyó, en 1978, el premio Alejandro S. Herrero como su máximo galardón para honrar la memoria de uno de sus socios fundadores. A partir de entonces, anualmente, por los pasados 45 años, un comité de socios de AGC-PR escoge a uno de sus pares por su extraordinaria trayectoria.

¿Quién fue el Ing. Alejandro S. Herrero?

Herrero dejó una huella profunda. Su legado es reflejo de su hombría de bien, idoneidad como hombre de negocios y extraordinaria capacidad como profesional y excelente ser humano. Herrero fue parte del grupo de diez pioneros de la industria que asumieron la tarea de establecer una organización en Puerto Rico para que fuera la voz principal de la industria de la construcción y defendiera los intereses de todos sus componentes. Como presidente de Corporación Raymond S.A., Herrero creó el premio Maxwell M. Upson para reconocer la obra de contratistas generales destacados por su obra y aportación a la industria de la construcción. Con el premio Alejandro S. Herrero, se honra, además, el legado de un gran hombre, profesional y amigo, y se reconoce la huella de aquellos contratistas generales que, como él, viven comprometidos con la industria y con Puerto Rico.