Cáncer de mama

En Estados Unidos se diagnostican alrededor de 230,000 mujeres con cáncer de mama al año. Es preocupante saber que 1 de cada 8 mujeres desarrollarán cáncer invasivo de mama durante su vida. En las mujeres puertorriqueñas la incidencia es un poco menor, afectando a 1 en cada 13 mujeres. Usualmente, el cáncer de mama afecta a las mujeres a partir de los 50 años, pero un cuarto de las mujeres son diagnosticadas con cáncer de mama a edades menores de los 50.

Existen algunas mujeres que tienen un alto riesgo de desarrollar cáncer de mama. Hay evidencia científica de que la obesidad aumenta el riesgo de tener cáncer de seno. Si estamos obesas, producimos más estrógeno y progesterona, dando así un posible alimento a las células de cáncer de mama. Los estudios han demostrado que la actividad física o el ejercicio ayudan a la disminución del riesgo de padecer cáncer de seno, especialmente en las mujeres posmenopáusicas.

Hay causas genéticas que predisponen a una mujer a tener cáncer de mama. Una de las más importantes es el gen BRCA. Cargar esta mutación en la genética te predispone a desarrollar cáncer de seno de un 45 a un 70% durante la vida. Usualmente, este gen existe en aquellas mujeres que tienen o tuvieron cáncer de seno u ovario a edades menores de los 50 años.

La prueba genética de BRCA está indicada para personas con cáncer de seno cuyo diagnóstico haya sido antes de los 50 años, para personas que tengan más de dos familiares con cáncer de seno, para personas con cáncer de seno triple negativo, para mujeres con historial de cáncer de ovario, para personas con dos o más diagnósticos de cáncer y para hombres con diagnóstico de cáncer de mama.

El uso de terapia hormonal para aliviar los síntomas de la menopausia en las mujeres ha sido asociado a un aumento de cáncer de seno. La terapia combinada de estrógeno y progesterona puede acelerar el desarrollo del cáncer, también su efecto podría perdurar años después de haber dejado las pastillas. Se recomienda usar métodos alternos para ayudar a aliviar los síntomas de la menopausia que no estén asociados a el uso de las pastillas hormonales, como duchas frías, tomar líquidos fríos, meditar y hacer yoga.

Los estudios han demostrado un aumento en la incidencia de cáncer de mama para las mujeres que nunca tuvieron hijos. Este aumento también se refleja si el primer hijo fue después de los 30 años. Tener múltiples embarazos y tener hijos a temprana edad parece ser un factor protector contra el cáncer de seno.

Hay mucha evidencia que demuestra la asociación entre fumar y el uso de alcohol con el cáncer de mama. Se aconseja no ingerir más de una copa al día de vino o alcohol, ya que tomar más puede aumentar el riesgo de padecer de esta enfermedad.

El cernimiento de cáncer de mama debe comenzar con la mamografía a partir de los 40 años, pero si tienes familiares cercanos con cáncer de mama, debes hacerla antes. Aunque no es una forma de prevenir el cáncer de mama, sí sirve para detectarlo en etapas tempranas. De esta forma, los tratamientos serán menos agresivos y tu sobrevida será más larga.

Consulta con tu médico y discute cuáles son tus factores de riesgo para desarrollar cáncer de mama.

Cáncer hepatocelular (hígado)

Se estima que habrá 42,000 casos nuevos de cáncer de hígado y sus conductos en el 2021 en Estados Unidos. Este afecta más a los hombres que a las mujeres.

El cáncer hepatocelular (que se origina de una célula del hígado) es menos común que el cáncer que afecta al hígado por una metástasis que viene de otra parte del cuerpo. Aunque ambas lesiones están presentes en el hígado, se tratan en forma diferente. El cáncer que afecta el hígado por una metástasis se debe tratar con quimioterapia dirigida a la célula del tumor de origen. Es decir, si es metástasis de cáncer de colon al hígado, debe administrarse tratamiento contra el cáncer de colon.

El factor de riesgo más común del cáncer de hígado es la infección crónica con el virus de la hepatitis B (HBV) o el virus de la hepatitis C (HCV). Estas infecciones causan cirrosis del hígado y son las responsables de que el cáncer de hígado sea el tipo de cáncer más común en muchas partes del mundo. Las personas con cirrosis tienen un mayor riesgo de cáncer de hígado. La mayoría de las personas que padecen cáncer de hígado ya tienen cierta evidencia de cirrosis. La cirrosis también se debe a otros factores como el abuso de alcohol y el hígado graso.

Algunos de los síntomas más comunes del cáncer de hígado son la pérdida de peso inexplicada, pérdida del apetito, sensación de llenura tras comer poco, náuseas frecuentes, llenura debajo de las costillas del lado derecho, dolor en el abdomen derecho, hinchazón o acumulación de líquido en el abdomen, picor en la piel y coloración amarillenta de la piel y los ojos.

El diagnóstico de cáncer de hígado se hace a través de imágenes como el CT Scan abdominal o el MRI de hígado. Aquí se descubrirá la presencia de una masa a la cual debe hacérsele una biopsia para confirmar si es cáncer hepatocelular o si es una metástasis. La prueba de sangre AFP (alfafetoproteína) puede ser usada para ayudar en el diagnóstico. Muchas veces, el nivel de AFP está elevado en sangre cuando la masa es de origen de hígado. Una vez el diagnóstico esté hecho, la AFP puede ser usada para medir la respuesta al tratamiento, pues su valor irá disminuyendo, a la vez que el tumor vaya desapareciendo.

Sigue estos sencillos consejos para prevenir el cáncer hepatocelular:

  • Evita el alcohol: Se conoce que el consumo excesivo de alcohol daña las células del hígado, desarrollando cirrosis y, con los años, propicia el desarrollo del cáncer hepatocelular.
  • Evita la exposición al virus de la hepatitis B y C: Estos virus son adquiridos a través de transfusiones de sangre contaminadas, del compartir jeringas contaminadas o de transmisión sexual por alguien que ya tiene el virus. Si crees que estás a riesgo de contagio, existe la vacuna de la hepatitis B, la cual te ayudará a disminuir tu riesgo de contagio. Pregúntale a tú médico por la vacuna contra la hepatitis B.
  • Evita el tabaco: El consumo de cigarrillos se ha vinculado con un riesgo más alto de cáncer de hígado. El riesgo aumenta con el número de cigarrillos que se consumen por día y el número de años que la persona ha fumado. Si eres fumador, deja de fumar.
  • Evita el sobrepeso y el hígado graso: El hígado graso es una condición que provoca cirrosis (cicatriz del hígado) y que, con los años, puede producir cáncer de hígado. Evita el desarrollo del hígado graso, siguiendo una dieta baja en grasas y en carbohidratos. Si eres diabético, asegúrate de mantener tu azúcar en sangre en niveles óptimos.

La autora es Board Certified Oncologist del Centro de Cáncer de la Mujer, en Ponce.