Los nueve hijos se multiplicaron por dos y completaron dieciocho, los nietos. Así he vivido, p. 155

Como hombre de familia, además de sus éxitos en el mundo de la radio y la televisión, don Tommy Muñiz estaba más que orgulloso de sus nueve hijos (ocho naturales y una de crianza). La gran prole que gestó junto a su amada esposa Luz María se multiplicó, como era de esperarse. Después de haber escrito sus memorias, a don Tommy le nacieron cuatro nietos más, así que ahora suman veintidós.

Cinco de ellos compartieron sus vivencias con abuelo Tommy –como le llamaban– y recuerdan algunas de sus anécdotas y analizan su legado a la cultura popular puertorriqueña.

María de Lourdes Muñiz-Medina

Antes de hablar sobre su experiencia con su abuelo Tommy, María de Lourdes aclaró un dato muy importante. “Soy la primera nieta, extremadamente esperada y consentida por su abuelo”, dijo la orgullosa nieta, quien es hija de Félix Antonio (Toño), el segundo de los hijos de don Tommy, quien todavía se dedica a la promoción de espectáculos masivos.

“Vivo orgullosa de ser su nieta”, admitió Muñiz-Medina, quien trabaja en publicidad, como su tío abuelo Félix Muñiz Souffront, productor radial y fundador de la primera agencia publicitaria en Puerto Rico, West Indies Advertising. “Me encanta la publicidad y es a lo que me dedico hace ya muchos años. De esa manera me vinculé a las comunicaciones; era algo innato”, afirmó.

“Mi abuelo era un hombre bien humilde, honesto y justo”, explicó Muñiz-Medina. “No tan solo (fue) pionero en los medios de comunicación, (era) vanguardista en todo lo que gustaba. Yo tuve la dicha de ser su nieta mayor… Tuve el abuelo mas alcahuete del mundo”, reiteró.

Muñiz-Medina evocó la faceta de cocinero que don Tommy ejecutaba con gran destreza. “Me encantaba llegar a su casa y verlo cocinar”, apuntó. “Era algo que él se disfrutaba mucho y siempre fui buen diente, me comía todo lo que hacía. Esos domingos familiares en la casa con todos los hijos y nietos fueron parte crucial de mi infancia”.

En cuanto a su ética de trabajo, Muñiz-Medina reconoció que el éxito de don Tommy no fue gratuito: tuvo que fajarse para lograr su sitial como un ícono de la cultura popular puertorriqueña. “Lo vi trabajar muy duro”, dijo. “Tengo recuerdos desde muy chiquita de ir a al Canal 4 y verlo correr por los pasillos; luego (hizo lo mismo) cuando estaba en el Canal 7″, rememoró. “Todavía recuerdo hasta su oficina. Aprendí muchísimo de él. Siempre (fue) una persona sencilla, sin lujos”, apuntó.

Para la primera nieta de don Tommy, sus prioridades estaban muy claras: “Su familia, sobre todas las cosas, su trabajo y Puerto Rico”.

Gabriela Muñiz-Jiménez

La hija menor de Tomás Gerardo (Tomito), el primogénito de la familia Muñiz-García de la Noceda, compartió a través de unas expresiones escritas, el legado que dejó en ella su vínculo con su famoso abuelo.

“Para mí, abuelo (Tommy) fue este gran genio creativo que tanto actuaba como pintaba. Era mi abuelito, pero era también la figura pública, el empresario, escritor e hípico, cocinero y pescador”, estableció.

“Me enorgullece ser parte de su legado. Su memoria en mí es un abrazo y una sonrisa tierna, un admirador… Siempre apoyó a que fuera artista y aventurera”, admitió. “Tengo este sentimiento o pensamiento que reaparece en distintos momentos de mi vida, como ahora: a pesar de no haber tenido la vivencia de ir de pesca con abuelo Tommy, definitivamente aprendí de su magia, el pescar sueños”, expresó.

Pedro Javier Muñiz López

“Era mi abuelo querido y el de todo el pueblo de Puerto Rico”, dijo con orgullo Pedrito, hijo del productor Pedro Muñiz, quien también administraba el Canal 7 (Teleluz). Su madre, la guionista Elsa López Negrón, de igual forma trabajó en sus inicios como libretista con don Tommy.

Pedro Javier es, en la actualidad, director y editor de cine, con créditos que incluyen la reposición de la serie ‘’Fantasy Island’' que produce y protagoniza Roselyn Sánchez. No obstante, a los doce años vivió la experiencia de participar, como actor, en ‘’Lo que le pasó a Santiago’', la primera película puertorriqueña nominada a los Premios Óscar de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Estados Unidos, en 1989. La cinta, dirigida por Jacobo Morales, fue producida por su esposa Blanca Silvia Eró y Pedro Muñiz, y compitió en el renglón de “Mejor Película Extranjera”.

“Cuando uno es un niño, uno realmente no está cien por ciento consciente de lo que estaba haciendo”, dijo Muñiz-López. “Para mí era estar con mi abuelo, volar chiringas, comer helado… sin que estuvieran otros quince primos encima”, dijo, entre risas. Hay un momento en la película en el que su personaje —“Jerry”, hijo de “Nereida (Johanna Rosaly) y nieto de “Santiago” (Tommy Muñiz)— se despide de su abuelo, y la toma se queda en la carita triste del pequeño. “Cada vez que me encuentro con Jacobo (Morales, el director), me recuerda que, después del corte, el equipo técnico se quedó en silencio porque sintieron la tristeza de aquella despedida”, rememoró el cineasta. “Hace poco, volví a ver la película y me sentí bien orgulloso porque, de verdad, es una historia muy buena”, aseguró.

Muñiz-López recuerda a don Tommy como una persona de poco hablar pero con mucha sensibilidad. “Curiosamente, cuando empecé a participar más activamente en los medios, nos sentamos a ver un programa en el que participaba como editor. Ya no podía comunicarse bien, debido a su condición, pero me miraba de una manera especial”, recordó. “Fue un momento muy tierno, en el que reconoció, de alguna forma, que estaba siguiendo su legado”, destacó.

Mónica Muñiz López

La hermana de Pedro Javier admitió que la razón por la cual, desde muy pequeña, aspiraba a trabajar en la televisión, fue ver a su “abuelito Tommy” en el Canal 7.

“Tuve la dicha y el privilegio de formar parte de (la comedia de situación) ‘’Maripili’'. Aunque eso vino acompañado de algunas dificultades, fueron unos años muy formativos en mi vida que siempre atesoraré”, explicó la joven, quien encarnaba a “Trixie”, la vecina y confidente de “Maripily”, personaje que interpretó Alfonsina Molinary.

Muñiz-López reconoció todo lo que don Tommy logró hacer y crear a lo largo de su vida. “Lo admiré mucho desde niña, no solo por el hecho de verlo en la televisión todos los días, sino más bien por el amor y respeto que veía que todo el país le tenía”, señaló. “Recuerdo las muchas veces que salimos a cenar o a pasear y sentir el calor con el que siempre era recibido en todas partes. Cualquiera que lo reconocía no fallaba en expresarle su cariño y gran admiración”, explicó.

Con la adultez, Muñiz-López pudo entender muchas situaciones del medio televisivo que, en sus principio, no comprendía. Por eso, ahora puede apreciar cuán importante es el legado que dejó don Tommy en nuestra cultura popular. “Son tantos los artistas y escritores (incluyendo a mi mamá Elsa López), que han expresado la gran influencia (de) abuelo, y lo consideraban un mentor”, indicó.

“Algo que siempre llevo conmigo es su sensibilidad y su sencillez. Nunca lo vi hacerse aires de grandeza o tratar a nadie como menos, y ese es el mejor ejemplo que nos dio a todos”, elogió Muñiz-López, quien continuó su vida profesional en otros ámbitos distintos a la televisión.

Joaquín Belgodere-Muñiz

Joaquín es hijo de Luzie Muñiz, que sigue colaborando con sus hermanos en diversos proyectos para proteger y promover el patrimonio cultural que dejó don Tommy. El padre de Joaquín es el director de televisión Joaquín (Gurin) Belgodere, quien igualmente colaboró con don Tommy en diversos proyectos televisivos.

El recuerdo de abuelo Tommy que guarda este joven se vincula, de igual manera, con su sencillez y familiaridad.

“Le gustaba tener a la familia junta todo el tiempo y éramos —seguimos siendo— una familia inmensa”, comentó Belgodere-Muñiz, quien estudió Leyes. “Eso ayudó a que todos los veintidós primos pudiéramos tener hoy día una relación bastante cercana y muy buena”.

“Parte de ese sentido de familia que tengo se lo debo a él”, aseguró el joven. “Mi mamá era muy cercana a él así que tuve la oportunidad de escuchar sus historias, y también las de mi abuela Luz María. Por él, pude ver las diferentes posibilidades que presenta la vida porque todo el mundo lo conoce por su trabajo en la televisión, pero él hacía otras mil cosas”, recalcó.

A esa diversidad de oportunidades que la vida ofrece, y que aprendió escuchando las anécdotas de don Tommy como empresario, Belgodere-Muñiz también ha incursionado, como emprendedor, en un negocio de comidas. Conoce, además, los aspectos técnicos de la producción televisiva, gracias a la experiencia que aprendió con su papá. Sin embargo, el joven reconoció que los cambios en el contenido y el consumo de la programación han cambiado.

“Ya no se ve tanto la televisión que hacía abuelo Tommy, por la manera en que ha evolucionado la televisión, tanto por la manera que se hace como por el contenido que el público prefiere”, indicó Belgodere-Muñiz. “Él fue uno de los pioneros, junto con un grupo de colaboradores, que abrió las puertas para apoyar el trabajo de actores y técnicos… Incluso, algunos de ellos han tenido ofertas de trabajo con productores del exterior por lo que aprendieron trabajando con Abuelo”, finalizó.