El camino que recorre cada estudiante es único. Tiene giros y vueltas y, en ocasiones, pasa por lugares inesperados, pero también representa una fuente inagotable de oportunidades. Lo importante es saber reconocer las oportunidades que se presentan y utilizarlas para propulsar intereses de aprendizaje y despegar hacia la meta del mundo profesional.

Así fue como dos estudiantes de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, quienes también formaron parte del proyecto PR-CuNaR2, comenzaron en la escuela superior a explorar sus intereses en ingeniería y a maximizar su potencial en las matemáticas.

Wilhem Sánchez, estudiante de Ingeniería de Computadoras; y Héctor González, estudiante de Ingeniería Mecánica, trabajaron en la construcción y el diseño del primer satélite puertorriqueño enviado al espacio. Ambos estudiantes nunca imaginaron que exponerse a cursos de nivel universitario en la escuela superior les ofrecería mejor preparación vocacional y hasta que tendrían la oportunidad de participar en un proyecto para la NASA.

“En la high, mis fuertes siempre fueron las matemáticas y las ciencias”, comentó Wilhem, graduado de la Escuela Dr. Pedro Albizu Campos de Levittown. “Cuando me uní al club de robótica, comencé a conocer sobre construcción y diseño, y me gustó. Después, en cuarto año, me decidí por Ingeniería”.

“Siempre quise estudiar aviación; me gustaban los aviones”, compartió Héctor, graduado de la Escuela Dr. José N. Gándara. “Tuve la suerte de poder participar en un programa de preingeniería que me expuso a varias áreas de especialización, como computadora, industrial y eléctrica”.

Aunque cada uno recorrió su propio camino, ambos coinciden en que haber experimentado clases del Programa de Nivel Avanzado (PNA) mientras estaban en la escuela superior les ayudó a sentirse confiados en su camino a la universidad.

“Las oportunidades hay que aprovecharlas. Gracias al maestro que me invitó, ahora me doy cuenta de lo beneficioso que fue pasar por el curso de nivel avanzado de Precálculo y cómo se aplicaba directamente a lo que estábamos haciendo en el programa de preingeniería”.

Para Wilhem representó un beneficio adicional porque no solo adelantó clases de su programa y acortó su tiempo de estudio en la universidad, sino que adquirió autoconfianza. “La clase que me ayudó grandemente fue Precálculo porque me convalidaron la puntuación de la prueba y entré directo a Cálculo, pero, más que nada, porque me sentí mejor preparado para las clases en la universidad”.

Estos jóvenes muestran que cualquiera que sea tu meta, ya sea estudiar el espacio y el universo, o ser el primero en tu familia en completar una carrera universitaria, debes reconocer lo que te mueve, lo que te inspira. “Descubre lo que te apasiona”, comentó con satisfacción Héctor. “A mí me gusta lo que estudio y lo que hago, y eso es lo que me motiva”.

“Ver a mi padre trabajar y esforzarse duro y dar siempre el máximo es lo que me motiva a dar siempre lo mejor de mí”, dijo con orgullo Wilhem.

Seguir el ejemplo de estos jóvenes es una inspiración para que todo estudiante aproveche las oportunidades que se le presenten durante su escuela superior y encuentre la motivación que lo llevará a hacer realidad sus sueños.

Anímate a conocer más sobre el Programa de Nivel Avanzado y a tomar las pruebas para que, como Héctor y Wilhem, tú también puedas crear tus historias de éxito.

Para información del PNA, accede a latam.collegeboard.org. La autora es directora en el College Board Puerto Rico y Latinoamerica. Ha trabajado por más de 15 años facilitando a los directores, consejeros, padres y estudiantes la información que necesitan sobre los programas del College Board. Actualmente, dirige la planificación de las actividades especiales e iniciativas del College Board en beneficio de la comunidad educativa.