Cumplir con el tratamiento de la fibrilación auricular reduce el riesgo de derrame cerebral
Recomendaciones para que el paciente tenga calidad de vida y reduzca su riesgo de complicaciones
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Latidos cardíacos irregulares, palpitación cardíaca, falta de aliento, dolor en el pecho, fatiga y mareo son alertas que indican que el corazón necesita atención médica de inmediato. Estos son los síntomas de la fibrilación auricular, informó el vicepresidente de la Sociedad Interamericana de Cardiología, doctor Edmundo Jordán.
“La fibrilación auricular es un desorden del ritmo del corazón. El órgano comienza a latir irregularmente, usualmente, de una manera caótica y, por lo general, la frecuencia cardíaca está a más de 100 latidos por minuto”, explicó el cardiólogo.
Aseguró que la condición es prevalente en Puerto Rico. “Es la arritmia más común del paciente que tiene enfermedad cardiovascular”, dijo. Los factores de riesgo para la fibrilación auricular son los mismos que para las condiciones cardiovasculares. Entre estos, el cardiólogo mencionó: presión arterial alta, diabetes, apnea del sueño, enfermedad cardíaca previa, evento cerebrovascular previo, colesterol alto, fumar, obesidad, hipertiroidismo, uso excesivo de alcohol y tener 65 años o más.
Es importante reconocer, diagnosticar y tratar la fibrilación para disminuir uno de sus mayores riesgos: un accidente cerebrovascular (derrame cerebral o stroke).
“El tratamiento fundamental es el uso de anticoagulantes para que la sangre esté más liviana y reduzca el riesgo de provocar coágulos que pueden migrar del corazón hacia el cerebro y tapar una arteria, causando un derrame cerebral. La adherencia al tratamiento es vital porque, si el paciente abandona el tratamiento, el riesgo de que le pueda ocurrir un derrame cerebral aumenta considerablemente. Por ejemplo, un paciente que tienen fibrilación auricular y tiene alguno de los factores de riesgo asociados, aumenta la probabilidad de sufrir un accidente cerebrovascular de ocho a 10 %, en comparación con la población general”, advirtió el pasado presidente de la Sociedad Puertorriqueña de Cardiología.
Mientras que, según Jordán, el uso de un anticoagulante disminuye el riesgo a menos de 1 % y, si se utilizan los medicamentos que ayudan a controlar el ritmo de los latidos, también se minimiza el riesgo de que el paciente desarrolle fallo cardíaco, otra de las complicaciones de la enfermedad.
Las mujeres con fibrilación auricular tienen mayor riesgo de desarrollar un derrame cerebral que los hombres, al igual que hay pacientes que pueden tener fibrilación auricular y no presentar síntomas. “Puede ser silenciosa, pero, en la evaluación cardíaca se descubre. Lo fundamental es que el paciente utilice anticoagulante, siempre y cuando lo pueda tolerar. Igual de importante es la relación médico paciente, porque, en la medida en que el paciente confíe en el médico, es más riguroso en el cumplimiento de tomarse los medicamentos”, añadió.
El doctor Jordán enfatizó que la prioridad de la Sociedad Interamericana de Cardiología y la Sociedad Puertorriqueña de Cardiología es educar, principalmente, al paciente para que sepa que esta condición es frecuente en las personas que tienen factores de riesgo y que una de sus principales consecuencias es el accidente cerebrovascular.
“Sin educación, no hay prevención. Para prevenir hay que educarse. Queremos que creen conciencia de que esta condición se puede prevenir. Un paciente que tenga un buen manejo de su presión, de la azúcar, que hace ejercicio, se alimenta bien y se trata la apnea del sueño —que está relacionada con la obesidad—, tendrá un menor riesgo de desarrollar la condición. Si, aun con la prevención, es diagnosticado con la afección, el tratamiento con un anticoagulante —el medicamento por excelencia, disminuye el riesgo”, puntualizó.
La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.
Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.