Con presencia en más de 80 países del mundo, el sueño de su fundador, San Marcelino Champagnat, sigue vivo en todas sus obras, dándole continuidad a sus palabras: “Para educar a un niño, hay que amarlo y amarlos a todos por igual”. Puerto Rico no ha sido la excepción. Desde 1964, año en que se forma la primera comunidad de religiosos Hermanos Maristas, en Villa de Caparra, hasta el día de hoy, su obra sigue impactando a niños, niñas y jóvenes desde el nivel preescolar hasta duodécimo grado, en dos colegios: Maristas Guaynabo y Maristas El Salvador, en Manatí.

En los Colegios Maristas se promueve una educación integral, iluminada por la fe, a través de un currículo humanista y constructivista. Cuentan con amplias y excelentes instalaciones físicas que les permiten el desarrollo de un estilo propio caracterizado por la pedagogía de la presencia, el espíritu de familia, el amor al trabajo, la solidaridad y la devoción mariana.

Los Colegios Maristas cuentan con amplias y excelentes instalaciones físicas que les permiten el desarrollo de un estilo propio caracterizado por la pedagogía de la presencia.
Los Colegios Maristas cuentan con amplias y excelentes instalaciones físicas que les permiten el desarrollo de un estilo propio caracterizado por la pedagogía de la presencia. (Suministrada)

Con los cambios y retos del siglo XXI, las obras maristas en Puerto Rico apuestan a proyectos de innovación que aporten al desarrollo de competencias importantes de cara a las profesiones del futuro como el desarrollo del pensamiento crítico, la resolución de problemas, la creatividad, la innovación, la investigación, la colaboración y el liderazgo. En el Colegio Marista de Guaynabo se llevan a cabo tres proyectos de innovación que incluyen: la remodelación del teatro, el proyecto de una Biblioteca y Centro de Recursos y el proyecto de cuatro laboratorios de STEAM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería-Robótica y Matemáticas, Artes y Comunicaciones). De igual manera, el Colegio Marista El Salvador, en Manatí, desarrolla un Centro de Investigación Científica y otro de Recursos de Aprendizaje.

La solidez de estas obras permite que se siga fortaleciendo la visión de su fundador y se continúe el legado marista de una educación de calidad, excelencia académica y valores dentro de la ética cristiana y católica.