Los latidos del corazón son las señales de salud más importantes para los seres vivos. Apreciar y proteger este músculo debe ser el objetivo de todo ser humano. Sin embargo, las condiciones cardiovasculares continúan siendo una de las causas de muerte en Puerto Rico.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima para que el año 2030, 23.6 millones de personas morirán por alguna enfermedad cardiovascular, lo que mantiene a estas condiciones como la primera causa de muerte en el mundo. De acuerdo con datos de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Puerto Rico, del 2017 al 2018, hubo 3,200 muertes en Puerto Rico por eventos cardiovasculares.

Esta información es importante para que los pacientes tengan un panorama amplio sobre cómo estas condiciones afectan la salud y tomen las medidas para prevenirlas. “Una enfermedad cardiovascular afecta al corazón, los vasos sanguíneos, provoca problemas en las arterias coronarias, causan irregularidades en los latidos como son las arritmias, los trastornos genéticos o enfermedades de las válvulas del corazón, así como lasa infecciones que pueden causar anomalías”, expresó el doctor Eric Avilés Rivera, MD, cardiólogo en el Centro Médico Menonita Cayey.

El galeno dijo que es importante que las personas se evalúen su nivel de colesterol, añadiendo otros criterios que podrían establecer un panorama en donde el paciente podría desarrollar un evento cardiovascular. “Hay que ser más estricto con la dieta o con los medicamentos como las estatinas, específicamente las de alta intensidad, porque son las que más beneficios van a tener al momento de lograr prevenir un evento cardíaco. Asimismo, el uso de la aspirina, misma que antes se utilizaba en todos los pacientes como preventivo, ahora se utiliza para pacientes con un mayor riesgo. Estos podrían ser los pacientes diabéticos o fumadores. La aspirina que se recomienda es de 81 miligramos”, destacó.

Uno de los aspectos que el cardiólogo recomendó es que el colesterol se controla disminuyendo la ingesta de grasa animal y trans. Según el doctor, consumir una dieta mediterránea, aumentar las grasas buenas que se encuentran en los granos y algunos pescados (salmón salvaje, atún fresco y macarelo), así como los productos de flax seed ayudan a bajar los niveles de colesterol. En ocasiones, este tipo de modificación en la alimentación es tan efectiva que el paciente no necesita los medicamentos.

Los tipos de colesterol son: lipoproteínas de baja densidad o LDL por sus siglas en inglés, o colesterol malo, y lipoproteínas de alta densidad o HDL por sus siglas en inglés, o colesterol bueno.

“El LDL se ha visto como un factor de riesgo si no se medica con la frecuencia adecuada ya que produce aterosclerosis —condición que tapa las arterias. El colesterol de baja densidad es el que se debe mantener con índices favorables. Con una rutina de ejercicios regular, el consumo de omega 3, vino tinto en un consumo moderado (no exceder más de una copa diaria), son algunos de las conductas que pueden adoptar los pacientes”, explicó Avilés.

Por otra parte, la presión arterial es otro detonante para las condiciones cardiovasculares. Rivera aseveró que este tipo de condición tiene más prevalencia luego de los 50 años en varones y 55 en mujeres. Esto ocurre, usualmente, por historial familiar, en pacientes que llevan una dieta alta en sodio, están sobrepeso o padecen de apnea del sueño. Aunque se presenta en el rango de edad de los 50 años entre hombres y mujeres, los jóvenes adultos podrían sufrir problemas con su presión arterial.

“En edades jóvenes se cree que las dietas alta en sodio y la epidemia de la obesidad son las más que afectan a los pacientes entre 30 y 40 años. Cuando la persona está en estrés, llegan al torrente sanguíneo hormonas que lanzan una alerta. Se genera cortisol, lo que aumenta la presión y provoca que las personas aumenten de peso”, expresó el especialista.

Algunas de las estrategias para bajar el colesterol son: modificación en estilos de vida; la dieta DASH, una dieta baja en sal y alta en frutas, vegetales, granos integrales, lácteos bajos en grasos y proteínas magras; e ingerir alimentos ricos en potasio.

“La dieta puertorriqueña es alta en sodio y en grasa. Nuestro consumo en frutas y vegetales es bien bajo. Lo primero que deben tener en su plato es ensalada. Esta debe ser la mitad del plato con una proteína baja en grasa, la porción menor podría ser arroz”, expresó indicando que en el diario vivir de las personas que viven en Puerto Rico esta no es la norma.

De la misma forma, las personas deben buscar o añadir a sus rutinas diarias hábitos saludables como es la actividad física. Algunos ejemplos son: ejercicios aérobicos, isométricos, levantamiento de peso, yoga, caminar, correr, tennis, bicicleta, natación, bailar, zumba, entre otros.

Se aconseja que las personas hagan, al menos, 5 días de ejercicio cardiovascular, preferiblemente por 30 minutos o, si el cuerpo se lo permite, por 50 minutos diarios.

“Cómo médico y cardiólogo recomiendo a los pacientes o personas que están en sus 40 años o más que visiten a su médico primario para hacer las pruebas que lanzarán su puntuación cardiovascular y que visiten a su cardiólogo, también, con ese propósito. Esto hace la diferencia entre tener un evento cardíaco o no. La moderación en el alcohol, llevar una dieta balanceada, el ejercicio son grandes herramientas para que el paciente tome el control de su salud cardiovascular”, concluyó Avilés.