Los intereses personales son la principal fuente de motivación en la escuela y el trabajo porque promueven la atención, el esfuerzo, la perseverancia, y la satisfacción (Krapp, 1999).

Por años se pensaba que los intereses de los niños eran caprichosos, basados en información incompleta e inestables, por lo que no se podían integrar a la educación.

Los psicólogos educativos se dedicaron a investigar los intereses grupales de los estudiantes. Descubrieron, por ejemplo, que a los niños pequeños les interesan los dinosaurios, los viajes espaciales y los muñequitos, entre otras cosas. De ahí, el esfuerzo de incluir estos elementos en las lecturas para interesar a los estudiantes. Sin embargo, este enfoque global sobre los intereses no resultó satisfactorio del todo.

La conceptualización de los intereses ha cambiado dramáticamente en la pasada década. Se ha descubierto que los intereses surgen en la niñez temprana como conceptos sobre categorías de actividades y forman parte del desarrollo conceptual de la persona. Inicialmente, estas conceptualizaciones de intereses son pocas y sencillas, pero aumentan en número y complejidad hasta la adultez. Por ejemplo, el interés de los niños de ocho años en actividades de ayuda, incluye dos o tres actividades, mientras que en adultos incluye sobre 10; igualmente, el número de intereses aumenta de cuatro o cinco a cerca de 20 o 30.

También se encontró que los niños desarrollan sentimientos de agrado, indiferencia, o desagrado hacia las categorías de actividades. Si creen poder realizarlas bien, les agradan, de lo contrario, les desagradan. Durante la niñez y hasta la adolescencia, estos sentimientos se fortalecen mediante la identificación con personas modelos. Por ejemplo, esta identificación lleva a experimentar las buenas jugadas de sus jugadores preferidos como si ellos las realizaran. La satisfacción y euforia que experimentan, refuerza el interés.

La identidad incluye la concepción de nuestras habilidades, rasgos de personalidad, valores e intereses. Esto implica que durante el desarrollo de la identidad, los niños necesitan conocer cómo se desarrollan sus intereses. Para evaluar este desarrollo, hemos creado el Inventario Cirino de Intereses (ICI) para niños de ocho años en adelante.

El autor es presidente de Test Innovations.

Referencia: Krapp, 1999. Interest, motivation and learning. European Journal of Psychology of Education, Vol. XXIV, 23-40).