Para los pacientes de VIH, la pandemia del COVID-19 ha sido doblemente preocupante. Primero, porque han revivido, en muchos aspectos, los inicios de la epidemia del VIH: cómo se margina y se aleja el paciente que sale positivo al COVID-19; que no hay cura cercana y que los costos de los tratamientos son altos y poco disponibles.

Segundo, porque el COVID-19 ha afectado la salud mental de la población. Por eso, es importante que los pacientes sepan que sus proveedores de servicio están disponibles para ellos en todos los aspectos.

El paciente de VIH tiene que continuar con su tratamiento. En la medida en que lo siga, se mantendrá saludable y las defensas tendrán el mismo riesgo de contagio de cualquier persona que no sea seropositiva. Debe asistir a sus citas presenciales o virtuales, y comunicarse con su proveedor de salud.

Los antirretrovirales y el COVID-19

Se ha comentado que los antirretrovirales pueden ayudar a evitar el contagio o pueden usarse como tratamiento para el COVID-19, pero esto aún se encuentra en etapa de investigación.

En la última conferencia CROI 2021 (Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections), efectuada en marzo, se discutieron varios estudios al respecto. Sin embargo, aún no se ha llegado a un consenso sobre su efectividad para evitar el contagio con el virus, aunque hay estudios que concluyeron que, en algunos casos, pueden disminuir el tiempo de contagio y hospitalización.

También se llevaron a cabo estudios sobre la efectividad de las vacunas contra el COVID-19 en los que se observó que la vacuna protege contra las cepas primarias del SARS-CoV 2 en las personas inmunocomprometidas, como las personas con diagnóstico de VIH.

Por qué vacunarse contra el COVID-19

La vacuna es la medida preventiva más importante contra la enfermedad, sumada a las medidas de protección indicadas por el Departamento de Salud.

En estudios realizados con estos pacientes, no se han identificado efectos secundarios diferentes a los que se han visto en la población en general.

Vacunarte reducirá el riesgo de hospitalización y de pasar a intensivo y, sobre todo, recibir tu tercera dosis si fuiste vacunado con una vacuna de m-RNA.

Así que debes cuidarte como cualquier otra persona: no frecuentes lugares llenos de personas, cerrados y que no haya flujo de aire; evita reuniones, usa la mascarilla en todo momento; cumple con el lavado de manos recurrente; hazte los laboratorios de rutina y no abandones tu tratamiento de VIH y de cualquier otra condición que padezcas.

La autora es la presidenta de la Asociación de Médicos Tratantes de VIH de Puerto Rico, subdirectora médica del Concilio de Salud Integral de Loíza, “Chair” en Puerto Rico de la American Academy of HIV Medicine y tiene práctica privada en Carolina.