Guía práctica para entender y disminuir tu huella de carbono diaria
Te ayudará a proteger el medioambiente

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Cada individuo marca su huella de carbono a través de la manera en que utiliza la energía en sus actividades diarias, entre estas, alimentación, compra de productos, manejo de desperdicios sólidos y transportación.
Esto incide en la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera que, en las pasadas décadas, ha reflejado cifras históricas que inciden en el calentamiento global.
Por eso es necesario que las personas conozcan qué es la huella de carbono y cómo se calcula, en vías de contribuir al cambio climático, mediante la concienciación individual y colectiva de cómo sus quehaceres afectan la calidad de vida, tanto en su entorno como a nivel global.
De acuerdo con Wilmer Omar Rivera de Jesús, catedrático auxiliar del Departamento de Ciencias Naturales y Tecnología del Recinto de Gurabo de la Universidad Ana G. Méndez, “la huella de carbono es una estimación de cuánto carbono emitimos las personas, desde el punto de vista individual o colectivo”.
“El problema que estamos teniendo es que, en las últimas décadas, sobre todo a partir de la Revolución Industrial, estos tipos de gases (de efecto invernadero) se han estado generando a una mayor concentración. Son concentraciones históricas y ya estamos por 432 o 433 partes por millón de carbono”, apuntó.
“El problema es que, mientras más gases de efecto invernadero se sigan acumulando en la atmósfera, mayor es la temperatura y eso es lo que hace que tengamos un calentamiento anormal de la atmósfera y en los océanos”, lamentó.
El profesor de ecología y botánica destacó que, fuera del aspecto biológico, las actividades diarias efectuadas por los seres humanos “generan una mayor huella de carbono”.
Explicó que, “en los ciclos biológicos, la huella de carbono tiende a ser baja porque los sistemas vivos compensan. Por un lado, respiro oxígeno y exhalo CO₂ y, por otro lado, tengo las plantas de la tierra y tengo organismos acuáticos como el plancton marino, que, entonces, hacen el proceso al revés; ellas utilizan el CO₂”, sostuvo.
“De ahí viene la idea de por qué tenemos que reforestar, por qué debemos mantener estas especies, por qué debemos preocuparnos por el calentamiento de los océanos. Estos organismos crean un balance y, la tierra, como sistema vivo, tiene un balance. Cuando el desbalance entra, entonces tenemos el problema”, apuntó.
Asimismo, mencionó que hay actividades que generan una mayor huella de carbono, principalmente aquellas que están asociadas al uso de energía.
“Las formas en que utilizamos la energía de la quema de carbono y de los derivados de carbono son las que, en este momento, se consideran como las actividades que mayor huella de carbono estamos generando. Aparte de que, ahí entran también los medios de transporte, cómo estamos utilizando la transportación: el transporte colectivo y el transporte individual”, detalló.
“La mayoría de estos vehículos funcionan con quema de combustible y, al final del día, lo que se genera a través de ese mofle son deshechos de monóxido de carbono que también van a la atmósfera, incrementando la huella de carbono”, agregó.
Otras actividades que generan huella de carbono están relacionadas con el manejo de los desperdicios sólidos.
“Uno de los problemas que estamos enfrentando y para el cual la EPA (Agencia de Protección Ambiental) ha estado trabajando son propuestas sobre cómo reducir el desperdicio de alimentos. Esto, porque el alimento, cuando se desecha, no se puede reutilizar en forma de reciclaje, sino que se puede cambiar a otras formas que pueden ser, por ejemplo, composta”, explicó.
“Pero muchas personas desechan esos alimentos que van directamente a los vertederos y la descomposición de ese alimento genera metano, que es otro tipo de gas de efecto invernadero que se incluye como parte de la huella de carbono”, reveló.
Cómo calcular la huella de carbono
Para conocer cómo se mide la huella de carbono, hay que acceder a algunas plataformas gratuitas, entre estas, carbonfootprint.com, que analiza las actividades diarias del individuo.
El catedrático señaló que, “a nivel general, se conocen como productos de estas actividades humanas estimados de cuánto se genera de carbono por cierta actividad. Por ejemplo, los renglones de energía, transportación, alimento. Cada uno de estos tiene unos estándares de cuánto carbono, más o menos, generan. A partir de esos estándares, se mide. Esto, por lo general, se expresa en toneladas de CO₂ equivalentes a gases de efecto invernadero. Hay unas organizaciones, por ejemplo, la ONU, que han desarrollado calculadoras digitales de acceso gratuito”.
En este tipo de calculadora, la persona llena un cuestionario que se enfoca en cómo utiliza la energía, en transporte y, sobre todo, en sus estilos de vida, entiéndase, alimentación, compra de productos y manejo de desperdicios sólidos. Con base en cómo la persona va contestando ese cuestionario, y con estos estimados que ya están estandarizados, al final, recibe un valor expresado en toneladas de carbono que genera de manera diaria en promedio, como consecuencia de esas actividades.
Ese valor, dijo, ayuda a tomar conciencia de cuáles son nuestras actividades actuales y cuáles deben minimizar, de tal manera que esa huella de carbono se pueda reducir. “No se puede mejorar lo que no se mide y lo que no se conoce. Estas calculadoras se pueden utilizar y son gratuitas. Se pueden usar a nivel grupal, en organizaciones, comunidades y empresas. Es tan potente esa herramienta que países de la Unión Europea tienen una métrica y una meta a nivel de país. Se fomenta que cada persona, a nivel individual y en grupos comunitarios, haga esta reflexión”.
Explicó que ‘’eso nos ayuda a reflexionar sobre cómo estamos viviendo el día a día y cómo estas acciones, algunas de ellas con modificaciones sencillas, pueden reducir ese impacto en la huella de carbono. Quizás, dos veces al año, al principio y al final, es una buena recomendación para ver cómo las modificaciones que se hacen en los estilos de vida han reducido la huella de carbono. Vamos a hacerlo de manera individual: cómo utilizo el agua y los recursos en el hogar, el transporte, cómo puedo integrar nuevas conductas en el diario vivir y, al final del año, puedes ver una reducción en lo que se genera. Es una manera de autoevaluarse".
La autora es periodista colaboradora de Suplementos.

Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.