El amor por la educación lo traen en sus venas, al ser parte de tres generaciones de educadoras. Ambas con doctorado en Educación, la doctora Carmen Zoraida Claudio se ha destacado en el nivel postsecundario universitario por sobre 40 años, además de su preparación formal en Métodos Cuantitativos, Gerencia y Salud Pública. La doctora Carolyn Collazo Claudio, por su parte, tiene sobre 25 años en el nivel PPK-12 además de su preparación formal en psicología escolar y educación.

Para ambas, el modelaje muy positivo e impactante que tuvieron de educadoras de excelencia en sus madres y abuela, les llevó a incursionar en la educación desde su rol de educadoras y administradoras educativas hasta ser las líderes en Thomas Alva Edison School en Caguas, una como presidenta, la otra como directora escolar.

Su visión de la responsabilidad de los líderes educativos va más allá de que se ofrezca una educación de alta calidad. Según la doctora Claudio, “el líder educativo actual debe primero asegurar que se visualiza como un servidor cuya responsabilidad trasciende lo académico. Es aglutinar las fuerzas del equipo escolar completo hacia la creación de un ambiente colaborativo, con un propósito común, en el cual el estudiante se convierta en un individuo completo, logrando así la misión de Thomas Alva Edison School de desarrollar individuos productivos y mejores ciudadanos, capaces de enfrentar exitosamente los retos y cambios de la sociedad”.

La doctora Collazo indicó que una empresa familiar tiene sus retos. Sin embargo, sostuvo que el éxito estriba en reconocer que debe existir una clara distinción entre los roles de madre e hija y los de colegas de trabajo. El respeto mutuo, la claridad en las responsabilidades de cada cual y “no pisarse los talones” deben ser un continuo en su relación.

Tratar de distinguir sus roles profesionales de los personales no es tarea fácil, pero la satisfacción de tener unos derroteros comunes, un gran sentido de ética y un amor profundo por la educación de las generaciones actuales les ha llevado a elevar a Thomas Alva Edison a su posición actual de excelencia académica, y de un ambiente escolar digno de elogios por los visitantes y comprobado por sus agencias acreditadoras.

Reconocen que “quitarse el sombrero profesional” una vez salen de Edison no es tarea fácil, pero balancean la gran satisfacción de educar, de ser colegas y de asumir el hermoso rol de madres y abuela.

Estas dos educadoras y madres ejemplifican a la mujer líder y trabajadora de nuestros tiempos actuales de grandes desafíos que potencian a la mujer.