Al momento de redactar este artículo, la tasa de positividad de COVID-19 había alcanzado el 13 %, de acuerdo con el Departamento de Salud (DS). Previamente, publicaciones y comentarios en varios medios locales aseguraban la posibilidad de que el número de 2.2% –que se presentó en el Informe Ejecutivo del 7 de diciembre– habría aumentado significativamente en cuestión de días.

En conversación con el infectólogo Armando Torres Nieves, la presencia de una nueva variante del virus es causa de preocupación, sobre todo porque la historia de la pandemia en Puerto Rico indica, con claridad absoluta, que se producen aumentos de positividad luego de eventos que promueven reuniones familiares y actividades de carácter masivo, con aglomeración de público.

Lo que se sabe de la nueva variante

“Esta variante ómicron tiene 50 mutaciones o cambios en su conformación estructural”, explicó el especialista. “De esas, hay 30 cambios que se producen en la proteína F, que es con la que el virus se ‘pega’ a nosotros. Para que el público tenga una idea, la variante delta –que se consideraba, hasta ahora, como la más contagiosa de todas– tiene apenas unas diez mutaciones en esa proteína. Eso hace que esta variante sea de dos a dos veces y media más contagiosa”, detalla.

“Aparentemente, hasta ahora, ómicron muestra la cualidad de ‘escaparse’ de la protección de la vacuna”, dijo Torres Nieves. Esta afirmación no descalifica la vacunación ni invalida la protección de la vacuna: por el contrario, el infectólogo insistió en la necesidad de vacunarse, mucho más ahora, con esa variante. “Hay que tener bien claro que la vacuna no es garantía de que no nos enfermaremos, si entramos en contacto con el virus, pero sí asegura que pudiéramos experimentar síntomas mucho más leves”, aclaró.

En términos de la virulencia –la capacidad y rapidez con la que el virus se dispersa entre la población– “ómicron no parece aumentar las posibilidades de desarrollar enfermedad severa”, dijo el doctor. “Debemos recordar que hace muy poco que se supo de esta variante, por lo que estamos en un momento de investigación exhaustiva y recuperación de datos procedentes de lo que ha ocurrido en los primeros casos detectados en Sudáfrica”, explicó Torres Nieves.

Los “sí” definitivos ante la proximidad de las fiestas

Desde antes de que iniciaran las fiestas, se observaba en el ambiente un aumento en las actividades con mayor capacidad de público, a las que se le añadió la frase “solo para vacunados”. Por eso, para el doctor Torres Nieves, debe ser un “sí” rotundo ponerse la dosis de refuerzo o completar el ciclo de vacunas, de modo que las personas cuenten con esa protección “ahora, más que nunca”.

De igual manera, mantener las medidas de protección ya conocidas –uso de mascarillas, distanciamiento físico, lavado de manos– es un absoluto “sí”. “Particularmente, con las mascarillas hay que ser bien disciplinado”, recalcó el médico. “Mientras más nos protegemos de la exposición, reducimos las posibilidades de que el virus siga estando en medio de nosotros por más tiempo y continuar su desarrollo”.

En ese aspecto, mencionó el especialista, probablemente se cumpliría la teoría del doctor Anthony Fauci: “lo más peligroso que puede ocurrir con el COVID-19 es que permanezca por más tiempo entre las personas, sin que podamos lograr su erradicación”. Esto significa que, ante la presencia del virus –con una presencia mayor en áreas de gran densidad poblacional– el virus tiene más oportunidades de seguir cambiando.

“Si se convirtiera en algo como el MERS (virus del síndrome respiratorio del Oriente Medio), pudiera aumentar dramáticamente su tasa de mortalidad, al punto de que, de cada tres personas con el virus, una muriera. Sería muy lamentable”, advirtió.

Los absolutos “no” de estos tiempos de jolgorio

A juicio de Torres Nieves, un “no” lamentable es que estamos todavía un tanto lejos de regresar a una normalidad relativa, en la que podemos descartar las medidas individuales de protección. “Ese escenario está un poquito lejos aún”, afirmó. “Mientras esa realidad siga vigente, no podemos arriesgarnos a levantar todas estas medidas porque pudiera haber un efecto rebote en el que la positividad aumentaría de manera drástica y nos crearía un problema severo de salud pública”, recalcó el médico.

Otro “no” muy específico es planificar viajes fuera de Puerto Rico a destinos muy cercanos a donde se han detectado brotes de esta variante o repuntes en los casos. “Todavía no sabemos cómo se comportará la nueva variante en poblaciones susceptibles –entiéndase los inmunosuprimidos, las poblaciones de adultos mayores, y las personas con comorbilidades”, señaló el médico. “Viajar en esas circunstancias de incertidumbre es un asunto muy serio, que cada quién debería ponderar con detenimiento”, recomendó.

Finalmente, un “no” muy puntual para el doctor Torres Nieves es evitar las aglomeraciones, tanto en eventos familiares como en actividades que atraigan a muchas personas. “No debemos subestimar el impacto de esta nueva variante, por lo que mantenerse lo más alejado posible de grupos grandes o de evitar la visita a familiares con visitantes que hayan llegado del extranjero. Es una protección adicional que debemos considerar seriamente”, concluyó el especialista.