La celebración de estas fiestas en Puerto Rico se precia de ser “una de las más largas” –comienza con el Día de Acción de Gracias, que es el último jueves de noviembre, y se extiende hasta las Fiestas de la Calle San Sebastián, a mediados de enero.

“Desde la cena del pavo, ya se empiezan a ver aumentos en las visitas a salas de emergencias por muchas razones”, explicó Wanda María Curbelo Rodríguez, nutricionista y dietista licenciada. A su juicio, las consecuencias más comunes que se relacionan con el descontrol en las fiestas navideñas son tres:

1. Depresión, estrés y ansiedad

El pasado año, un artículo publicado por el equipo de la Clínica Mayo daba cuenta del aumento en estos tres síntomas que, como dice la nutricionista, producen los excesos. “Mi teoría es que, como los días son más cortos y las noches son más largas, todos nos afectamos”, señaló la experta. En efecto, otro artículo se refiere a los llamados holiday blues, un término sombrilla que incluye, también, el trastorno afectivo de temporada, que se considera parte de la depresión mayor.

“Este trastorno hace que las personas consuman más alcohol e ingieren más comida durante esta temporada”, apuntó Curbelo Rodríguez. “La nostalgia, la soledad y la falta de sueño –por las amanecidas—también pueden empeorar la situación”, añadió. Por otra parte, la nutricionista recalcó en que puede ocurrir lo contrario: la persona deja de comer porque su estado depresivo no se lo permite. “Eso trae unas consecuencias que, igualmente, son bien dañinas, sobre todo para las personas que viven con condiciones crónicas”.

2. Diabetes y problemas cardiovasculares

“Todas las comidas festivas son bien altas en grasa, calorías y sodio”, recalcó la nutricionista. “Las personas que tienen un régimen dietario por diabetes suelen caer en el hospital después de los excesos durante las fiestas”, explicó Curbelo Rodríguez.

La razón es sencilla: las personas dejan de tomar sus medicamentos para el control de la glucosa en la sangre, o manipulan sus dosis de insulina según “el desarreglo” que vayan a realizar. “Los medicamentos trabajan por saturación de niveles en la sangre. Al dejar o alterar una (o varias) dosis de medicamentos, se rompe el ciclo de acción, particularmente en personas que viven con diabetes”, aseguró la experta. “Hay personas que toman el medicamento y también consumen alcohol. Ahí se descompensa todo el sistema”, insistió.

En cuanto a los problemas cardiovasculares relacionados con los descuidos en la dieta durante la época festiva, un artículo reciente, publicado en la página web de la Asociación Americana del Corazón, da cuenta de los resultados de una encuesta realizada por dicha organización, realizada en conjunto con la Asociación Americana de Diabetes. Según los datos recopilados, un 49% de las personas que viven con diabetes tipo 2 admitieron que el manejo de su condición durante el tiempo navideño se hacía muy difícil por las razones que señaló la licenciada Curbelo Rodríguez.

“El alto consumo de alcohol y las elevaciones súbitas en el nivel de glucosa en la sangre, por el exceso de comidas con altos niveles de azúcar y grasa son dos factores de alto riesgo. Se eleva la presión arterial, y expone a la persona que vive con diabetes a sufrir toda suerte de complicaciones, desde la ansiedad y el estrés, hasta fallos cardíacos congestivos y derrames cerebrales”, dijo la nutricionista.

Aumento de peso y pancreatitis

La página web Healthline presenta un dato sumamente impactante sobre la ganancia de peso durante las fiestas de la época navideña: esta puede ser de una libra diaria cuando se combinan factores como comer en exceso, consumir alimentos con alto contenido de calorías y abandonar el ejercicio.

“Efectivamente, entre la comida en exceso, el consumo desmedido de alcohol y la ‘sensación de vagancia’ que nos produce el aumento de serotonina –ese famoso food coma que ocurre después de un atracón—, hay personas que pueden aumentar hasta 20 libras durante las Navidades”, aseguró Curbelo Rodríguez.

Como ejemplo, la licenciada en nutrición y dietética señaló el famoso coquito que nos encanta consumir en estos días.

Digamos que usted se toma dos onzas de coquito. Eso representa 500 calorías. Si se toma dos vasos diarios por semana, ya ahí tiene mil calorías. Al final de la semana, usted habrá aumentado una libra y todavía no ha comido arroz con gandules, pasteles, pernil y los postres navideños (arroz con dulce, tembleque, majarete, entre otros…). Imagínese lo que viene después: descontrol en sus niveles de glucosa, aumento en la presión arterial por el sobrepeso y, en algunos casos, pancreatitis”, planteó.

La pancreatitis es otra condición que también se asocia con los excesos navideños. “Es una inflamación del páncreas causada por el exceso en el consumo de grasas que puede ser muy peligrosa, si no se atiende a tiempo”, recalcó la nutricionista.

Consejos para celebrar en salud

Es importante enfatizar que, según Curbelo Rodríguez, no hay estadísticas claras sobre las causas de hospitalizaciones relacionadas con las fiestas navideñas. “Sí hay datos sobre los accidentes de tránsito y la pirotecnia, pero, nos hace falta llevar un registro de estos casos porque afectan al país en muchos aspectos”, apuntó.

Para que las celebraciones no se conviertan en motivo de arrepentimiento cuando se apaguen las luces del arbolito, Curbelo Rodríguez presentó sus recomendaciones:

1. Come antes de ir a una fiesta. Llegar con hambre a una invitación para almorzar o cenar en tiempos navideños puede causar problemas tan sencillos como el exceso de sueño o tan complicados como una elevación súbita de los niveles de azúcar en la sangre. “Preferiblemente, come una ensalada alta en fibra, que ayuda a crear una sensación de llenura. También puedes preparar tus propias comidas y llevarlas a la fiesta, para que participes de la celebración sin alterar tu dieta”, apuntó.

2. No abandones ni alteres tu tratamiento: Si padeces de condiciones crónicas o de salud mental, dejar de tomar tus medicamentos o postergarlos para irte de parranda puede tener consecuencias graves. “Las descompensaciones por el abandono del tratamiento son difíciles de manejar y pueden poner en riesgo para asuntos más graves”, subrayó. “Recuerde que el amor propio implica actuar con sensatez ante los retos, incluyendo lo que come y lo que hace durante este período”, enfatizó.

3. Refuerza tu disciplina al comer: Cuando te ofrezcan algo de comer, sugirió la nutricionista, pregúntate si lo necesitas o lo quieres porque sí. “Muchas veces, sucumbimos por insistencia del anfitrión o no ofender a un familiar que preparó un plato especial”, dijo la nutricionista. En ese caso, hay que apelar a la conciencia: “A esa persona insistente, le decimos con amor y firmeza, ‘Si me aprecias mucho, no me ofrezcas lo que no puedo comer, porque puede hacerme daño’. La gente entiende cuando hablamos de esa manera”, resaltó.

4. Mantén tu actividad física y tus períodos de descanso: Durante las fiestas, planifica tus actividades alrededor de tu rutina de ejercicios y autocuidado. “Es bueno darle un descanso al sistema, no solamente con el sueño, sino con alimentos sanos que le ayuden a eliminar las toxinas de una cena de mucho contenido calórico, sodio, azúcar y carbohidratos”, explicó. “Estas prácticas, según la experta, apoyan la adherencia al tratamiento y evitan posibles complicaciones”, resaltó Curbelo Rodríguez.

El envenenamiento por alimentos: otro peligro latente

La licenciada Curbelo Rodríguez enfatizó en la importancia de evitar los envenenamientos por comida. “Son más comunes de lo que creemos”, señaló, mientras ofrece algunos consejos prácticos muy importantes.

1. Protege la integridad del alimento en su preparación: Muchos envenenamientos ocurren por el manejo inadecuado de las carnes que se consumen durante la época festiva. “Nunca deje un alimento fuera de la nevera para descongelarlo y procure que, después de prepararlo con sus debidos condimentos —bajos en sodio, preferiblemente— se guarde en la nevera hasta el momento de la cocción, ya sea en la estufa o en el horno”, recalcó.

2. Mantén la temperatura de los alimentos: “Es una costumbre muy nuestra que las personas comiencen a cocinar temprano y dejen los alimentos ya cocidos en la estufa. Una vez empiezan a enfriarse, empieza a aumentar la posibilidad de riesgo”, dice Curbelo Rodríguez. “Las proteínas –como la carne de cerdo y los huevos, utilizados en las ensaladas de papa—son bien propensas a desarrollar bacterias si no están bien cocidas o se dejan a temperatura ambiente por mucho tiempo”, subrayo.

3. Reduce el tráfico en la cocina: Las cocinas son, por lo general, el lugar preferido para el junte que se produce en los días festivos. “Hablar sobre los alimentos mientras los prepara y sirve no es una práctica saludable”, apunta. “Reduzca la cantidad de gente en la cocina, use mascarilla, siempre mantenga buenos hábitos de limpieza y desinfección y solo hable lo necesario, particularmente cuando esté sirviendo”, insistió.

4. Prepara y sirve porciones individuales: En tiempos de pandemia, servir alimentos en porciones individuales es una recomendación que, desde el año pasado, establecieron los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades para reducir las exposiciones. “Cada persona, incluyendo los niños, deben comer de su plato, ya sea un entremés, una porción de comida (medida, si es posible) o un postre. Y, por supuesto, no olvidemos que, después de comer, nos colocamos la mascarilla para protegernos”, concluyó.