Se estima que más de seis millones de personas padecen de fibrilación auricular en Estados Unidos y, para el 2030, se espera que esta cifra se duplique.

La fibrilación auricular (AFib) es “un desorden eléctrico del corazón clasificado como una arritmia. Eso quiere decir que el ritmo del corazón es irregular. Puede ocurrir en pacientes que tienen enfermedades como diabetes, problemas de tiroides, obesidad, alta presión, apnea del sueño, enfermedades de las arterias del corazón, insuficiencia cardíaca, alguna enfermedad vascular o valvulopatía”, dijo la cardióloga Karen Rodríguez.

Síntomas

Esta enfermedad puede manifestarse con “palpitaciones, falta de aire en el descanso o al hacer algún esfuerzo o actividad física. El paciente se puede quejar o referir dolor de pecho cuando siente el pulso acelerado, o tener mareos cuando está sentado o trata de caminar. En algunos casos, se puede presentar una pérdida transitoria de visión por un ojo o un hablar diferente. Esto ocurre cuando se liberan trombos del corazón que emigran a través del cuerpo”, expresó la profesional de la salud con práctica privada en Mayagüez.

Complicaciones y tratamiento

Entre las complicaciones que presenta este cuadro clínico, están los infartos, particularmente los cerebrales. “Estos constituyen la quinta causa de muerte en Estados Unidos y ocurren secundarios a una fibrilación auricular. Se le llama infarto a la oclusión completa de una arteria. Estos trombos o coágulos que se pueden formar dentro del corazón, pueden alojarse en cualquier parte del cuerpo. Dependiendo del órgano que afecte, así será la presentación clínica que el paciente tendrá. Si suben a la cabeza, es un infarto en el cerebro; en el intestino, puede ocasionar isquemia en el mesenterio; en los riñones provocaría un fallo renal agudo; en los ojos, un infarto agudo causaría pérdida de visión. Un trombo grande en las piernas o manos puede llevar a la pérdida de la extremidad”, explicó la cardióloga.

La modalidad de tratamiento para la fibrilación auricular consiste en antiarrítmicos que ayudan a que el pulso no se eleve cuando el paciente va a hacer algún tipo de actividad, sino que aumente de una manera controlada. Por su parte, el anticoagulante es indispensable para evitar la formación de coágulos de sangre.

Primordial el seguimiento médico

Visitar regularmente al doctor para monitorear la afección y hacerte las pruebas de rigor es sumamente importante. Mantendrás estable tu arritmia y protegerás tu vida.

La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.