Más de 30 países o estados americanos han aprobado algún tipo de prohibición al uso continuado de automóviles que queman combustibles fósiles. Las fechas para la entrada en vigor varían; la más cercana siendo en Noruega y Corea del Sur —países que prohibirán nuevos vehículos de gasolina para el 2025—; Alemania y el Reino Unido para el 2030; y Japón y California para el 2035.

Aunque el gobierno federal no ha propuesto similar iniciativa, el presidente Joe Biden recientemente anunció, junto a los presidentes de Ford, General Motors y Chrysler, que el 50 % de los vehículos nuevos vendidos en Estados Unidos serán eléctricos para el 2030.

Todo esto apunta a una urgente e importante transición que Puerto Rico tiene que emprender hoy, si queremos estar listos para los cambios inmensos que se avecinan en materia de transportación.

No prepararnos sería un error para nuestra economía, afectando desde la movilidad urbana hasta los concesionarios de automóviles, quienes difícilmente podrían vender vehículos eléctricos ampliamente, si no hay la infraestructura para su adopción.

Más crucial aún, la evolución hacia métodos de transportación que no dependan de combustibles fósiles será una aportación importante de la humanidad, y de los puertorriqueños, para contrarrestar los efectos del cambio climático.

Según las Naciones Unidas, cerca del 35 % de las emisiones globales provienen de la generación de energía y otro 25 % de la transportación. En otras palabras, entre la transformación que ya ha encaminado el Negociado de Energía para que, al 2050 el 100 % de la generación eléctrica en Puerto Rico sea de fuentes renovables, y la transición a vehículos eléctricos, más del 50 % del total de nuestras emisiones podrían ser mitigadas.

A esos fines, y para salvaguardar tanto nuestro futuro económico como ambiental, el Negociado celebró una vista pública para dar comienzo al diálogo sobre las tendencias de adopción de vehículos eléctricos y para fomentar el despliegue de la infraestructura necesaria en nuestra isla. La misma contó con la participación de más de 40 deponentes.

Entre los puntos sobresalientes que se discutieron se destacan asuntos de planificación y zonificación de instalaciones para cargar los vehículos eléctricos, la interconexión al sistema eléctrico, el uso de energía solar, baterías y medición neta, y los ahorros que supondría para los conductores en relación con el costo de un vehículo tradicional.

Con esta iniciativa proactiva, el Negociado de Energía se está anticipando al futuro. Juntos estaremos listos para estos cambios y, si sabemos aprovecharlos, serán motor de innovación, desarrollo económico y de un Puerto Rico más saludable y sostenible.

Costo por milla

A manera de ejemplo, un vehículo de combustión, con el precio de gasolina a $3 por galón, tiene un costo por milla guiada de 12 centavos. Un cargador eléctrico conectado a la red de la Autoridad de Energía Eléctrica, con un costo por kWh de 21 centavos, reduciría el costo de operar un vehículo a solo 5 centavos por milla guiada. Si se supliera de energía renovable, el costo bajaría aún más: a solo 3 centavos por milla guiada. Estos números implican que el costo de guiar 12,000 millas en un año en Puerto Rico se reduciría de $1,445 con un vehículo de combustión, a $630 con cargadores conectados al sistema de la Autoridad y a $360 con cargadores conectados a paneles solares.

El autor es presidente del Negociado de Energía y la Junta Reglamentadora de Servicio Público.