King F. Jusino: El disfrute de la paternidad con propósito
Para King F. Jusino, ser padre no solo cambió su vida personal, sino que le dio un nuevo significado a su labor social en la Fundación CAP
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Hay experiencias que lo cambian todo. En el caso de King F. Jusino, presidente de la Junta de Directores de la Fundación CAP, la paternidad transformó no solo su forma de ver el mundo, sino también el sentido de sus decisiones, acciones y compromisos. Desde entonces, cada paso que da está guiado por el deseo de ser un mejor ejemplo para su hijo: acompañarlo, protegerlo y aprender con él todos los días.
La paternidad le ha enseñado a mirar el mundo desde otra perspectiva, con más empatía, a valorar el tiempo y a comprender que su comportamiento y su energía impactan directamente a quienes lo rodean.
“Para mí, ha sido lo más transformador. Descubrí un amor incondicional y una vulnerabilidad que no sabía ni que existía. Me ha hecho más consciente, más presente, más pendiente a lo que digo y hago”, reflexionó.
Los valores que lo guían como padre de su pequeño de 8 años —Dante Jusino— son los que aprendió en su propio hogar: empatía, responsabilidad y autenticidad. Como tantas veces ocurre una vez que se llega a la adultez, ahora que puede ponerse en los zapatos de sus padres, comprende su entrega y procura emularlos. Porque, gracias a las enseñanzas de ellos, hoy reconoce la importancia de modelar con honestidad, respeto y compasión. Asimismo, está convencido de que la crianza se enseña mejor —y el aprendizaje es más efectivo— con el ejemplo que con discursos.
“Quiero que mi hijo sea alguien que se esfuerza por hacer lo correcto, que reconoce sus errores y que actúa desde el amor y la integridad”, aseguró.
La cotidianidad con Dante está hecha de pequeños rituales y aprendizajes compartidos. Uno de sus momentos favoritos es por las noches, poco antes de dormir, cuando se sientan a ver sus animaciones favoritas. Él, que no es fanático del anime, aprende a disfrutarlo desde la mirada de su niño. También lo escucha con atención cuando le cuenta lo que ha aprendido en los vídeos de datos curiosos que tanto le gustan. Los fines de semana se suman a las actividades del movimiento Boy Scouts, un compromiso que inicialmente pensaron que sería pasajero, pero que ha traído vivencias únicas que la familia entera atesora.
Uno de los recuerdos que está grabado con especial intensidad en la memoria de King es el día que su hijo decidió raparse la cabeza por primera vez para participar en Uniendo Cabezas, el evento anual más importante de la Fundación CAP. Jusino lleva más de una década formando parte del evento y su hijo lo ha presenciado desde muy pequeño.
“Es algo sumamente especial porque no ha sido forzado; ha sido por él, y a mí me llena el corazón. Ese momento [en] que nos están recortando a ambos y mi esposa [está] al frente diciéndonos lo mucho que nos ama… lo atesoro tanto y tanto”, sostuvo.
Conexión poderosa con CAP
La conexión con la Fundación CAP surgió de una experiencia personal dolorosa pero transformadora. Durante su luna de miel, a la ahijada de su esposa —de apenas 21 años— le diagnosticaron cáncer. El pronóstico fue devastador y falleció poco después. Antes de su partida, Jusino le prometió que haría algo por la fundación que atiende a niños con esta enfermedad. En 2018, después de colaborar durante varios años con la organización, recibió un acercamiento para integrarse a la Junta de Directores. Lo consultó con su esposa, quien respondió con lágrimas y apoyo total. Desde entonces, su compromiso no ha hecho más que crecer. Hoy preside la junta. La paternidad le ha dado un nuevo significado a ese trabajo.
“Ser papá me hizo entender mejor el miedo, la esperanza y la necesidad de los padres de los pacientes”, comentó. Le ha permitido acompañar con más sensibilidad y empatía a quienes enfrentan el diagnóstico de un hijo o hija y el enorme reto que esta situación conlleva.
Conciliar sus múltiples roles implica mucha intención. Se organiza lo mejor que puede para estar presente y dar el máximo en todos sus roles. A veces adelanta trabajo mientras acompaña a su hijo a sus prácticas; se levanta más temprano o se acuesta más tarde para ponerse al día y poder disfrutar de tiempo de calidad con sus seres queridos. También ha aprendido a decir que no, algo que antes le costaba mucho, pero hoy sabe que es necesario cuando necesita priorizar.
“El balance no es perfecto, pero la intención es constante”, apuntó.
Nada de eso, aseguró, sería posible sin el respaldo de su esposa, Melissa Maysonet.
“Más allá de ser mi compañera de vida, es mi apoyo incondicional. Sin ella, no sería el padre que soy. Me inspira a ser mejor cada día”, reconoció.
Además, fue por ella que conoció a su ahijada, y por esa experiencia, la Fundación CAP llegó a su vida.
Fundada en 1989, la Fundación CAP trabaja para garantizar tratamiento oncológico de excelencia para niños y niñas sin que tengan que salir de Puerto Rico, en el Hospital Pediátrico Universitario del Centro Médico en Río Piedras. La organización ha adoptado el quinto piso del hospital —la Unidad de Oncología Pediátrica— y allí apoya tanto a los pacientes como a sus cuidadores con terapia física, trabajadores sociales, alimentos, entretenimiento, sala de cine y un programa de voluntarios que hacen más llevadera la estadía hospitalaria.
Para Jusino, ver el sufrimiento de un padre por lo que atraviesa su hijo es una de las vivencias más duras. Por eso, su mayor deseo es que cada paciente pueda recuperarse; “que sean sanados y no recaigan”.
La autora es periodista colaboradora de Suplementos.

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