Desde muy pequeños, todos hemos escuchado una pregunta que se repite a través de generaciones: “¿Qué quieres ser cuando seas grande?”. Desde ese momento, comenzamos a pensar y a soñar con todo aquello que admiramos y que nos gustaría ser cuando nos toque el momento de trabajar y ganarnos la vida. Resultan curiosas y hasta simpáticas algunas respuestas de los más chicos: policía, doctor, bombero….

Pero, a medida que vamos creciendo y madurando, entendemos que decidirse por un trabajo, cuando cursamos los años de escuela superior y estamos próximos a graduarnos, puede resultar un tanto complicado y, a la vez, frustrante.

Optar por una carrera universitaria es, sin duda alguna, la mejor manera para prepararnos para entrar al competitivo mundo laboral.

Pero, como todo proyecto, escoger una carrera conlleva una serie de pasos que deben seguirse para que el resultado sea gratificante; al fin y al cabo, será nuestro proyecto de vida y, a través de él, no solo estaremos realizando un trabajo para ganarnos la vida, sino que también estaremos contribuyendo al desarrollo y al futuro de nuestro país: Puerto Rico.

En resumen, aparte de los estudios, una serie de pasos, cual si se tratara de una receta de cocina, nos ayudarán a despejar dudas y a enfocarnos en lo que nos conviene:

1. Identificar nuestros talentos innatos y habilidades. Desde pequeños, presentamos habilidades o aptitudes en diferentes áreas. Cada ser humano posee una o varias habilidades que le hacen destacarse del resto del grupo. Ya sea en los deportes, las artes, las ciencias o cualquier materia escolar, debemos identificar en lo que somos más diestros.

2. Cultivar el intelecto. Una vez identificados nuestros talentos, podemos indagar por nuestra cuenta los diferentes temas de interés, más allá de lo aprendido en las aulas escolares. A través de la lectura, podemos adquirir más conocimientos. Como bien dicen nuestros abuelos: “Todo está en los libros…”.

3. Practicar. Dicen que la práctica lleva a la perfección y a la experiencia. Si dedicamos más tiempo a alguno de nuestros talentos, muy pronto nos daremos cuenta de que estaremos llevando a cabo la tarea con más facilidad y destreza. Un buen ejemplo es el músico que practica con su instrumento musical constantemente hasta dominarlo y logra comunicar su mensaje a través de la música.

4. Hacer buen uso de la tecnología disponible. Afortunadamente, nos ha tocado vivir en la era digital. Tenemos a nuestro alcance computadoras, teléfonos celulares y tabletas que nos pueden ayudar grandemente. Mediante la tecnología, podemos mantenernos a la vanguardia con relación a cualquier tema que nos interese y si lo combinamos con la lectura, ¡el cielo es el límite! Tenemos a la mano miles de publicaciones que nos mantendrán bien informados.

5. Ser conscientes de la realidad que vive nuestro país. Durante nuestro paso por las aulas escolares, debemos observar hacia dónde camina nuestra sociedad puertorriqueña. Es responsabilidad de todo puertorriqueño conocer de primera mano las necesidades que aquejan a nuestro pueblo. La fuga de profesionales al extranjero, luego de los desastres naturales y la pandemia que ha azotado a la sociedad en los pasados años, ha causado un deterioro en la calidad de vida del puertorriqueño, ¡y ese debe ser nuestro motor!: identificar dónde somos útiles y poner a disposición de nuestro país el o los talentos que hemos cultivado a través de los años.

6. Ser felices, haciendo lo que nos gusta. No se trata de escoger la profesión que mejor pague. Se trata de enfocarnos y tener siempre en cuenta que lo que escojamos como carrera profesional sea nuestra vocación, lo que nos gusta hacer, donde nos sintamos útiles y donde podamos aportar y ayudar al prójimo con nuestros talentos.

Si bien estos pasos no están escritos en piedra, son un buen comienzo para cualquier estudiante orientarse y enfocarse en lo que podría ser un buen ejercicio de autoconocimiento. Invitamos al lector a añadir los pasos que considere necesarios para formular un plan que vaya más a tono y en carácter personal.

El autor es estudiante de octavo grado del Colegio Sagrado Corazón de Jesús.