“La madre debe considerarse como el ser más significativo que todos tenemos y tener en tu vida a un ser humano tan especial, debe ser motivo de celebración, mientras dure. La vida es frágil y ligera. Aprovechar la vida lo máximo posible, con la persona que te la dio y te cuidó hasta adulto, siempre será de ensueño”, expresó Carlos Ruiz Cortés, director ejecutivo del Instituto de Cultura Puertorriqueña.

Ruiz recordó su niñez con mucha nostalgia, pues le ayudó a formarse en el hombre que es hoy. Tanto su madre como su padre le inculcaron los valores que dirigen su camino y que incluyen la conciencia social y el amor por la patria, su barrio y su pueblo. Así, el trujillano de origen mencionó cómo las puertas de su casa siempre estaban abiertas para todo aquel que tuviera una necesidad.

La crianza es clave al momento de formar un niño, pero esto va más allá de la disciplina: debe tener una mezcla de humor, historias, cariño y experiencias que formarán al ser. “Siempre recuerdo mi casa llena de gente yendo a visitar o, simplemente, a hablar con mi madre. A su vez, desde que tengo uso de razón, me inscribía en todas las clases fuera de la corriente escolar regular. Desde karate, pelota y baloncesto, la iglesia hasta música; no me daba tiempo para holgazanear. De ahí surge mi interés por las artes. Igualmente, mi madre, Margarita Cortés Figueroa, me inculcó el respeto y la admiración por la figura de la mujer en todos los sectores, niveles sociales, edades y creencias”, mencionó Ruiz .

Para Ruiz, su mamá, con todo y sus diversos apodos [Maggie, Marga, Katita, Marget] ha sido su mayor apoyo. La describió como una mujer de oración, fe y mucho amor. Ha sido una figura en su vida que siempre le hace recordar de dónde viene; su trasfondo. “Salí del barrio Quebrada Negrito de Trujillo Alto, de un linaje de puertorriqueños y puertorriqueñas que se dedicaron a trabajar por la familia, sin hacerle mal a terceros. Son estas memorias las que me dirigen a emular la trayectoria en el servicio público de mi madre, espacio al cual le dedicó más de 30 años en una carrera que comenzó a los 16 años y donde aún la recuerdan con mucho cariño”, sostuvo.

Entre las anécdotas que tiene con su madre, rememoró la dedicación de Margarita en el servicio público (directamente con el municipio de Trujillo Alto y la iglesia) y que le ofrecieron estrategias que hoy en día utiliza. Detalló que, al momento de salir a hacer cualquier trámite, siempre la detenían en la calle o en la plaza para contarle sus problemas o darle las gracias por alguna gestión. Si ella no recordaba a la persona que se le acercaba, la trataba como si supiera, hasta que recordaba su nombre. “Debo decir que ahora lo mismo me sucede y esta última técnica, mencionada, la aprendí muy bien. ¡Gracias, mami!”.

Para Carlos, su madre representa el amor al prójimo en su máxima expresión. Una de las frases que más valor tiene sobre todas las acciones en su vida es que su madre le dice que es su orgullo. “Esta frase tiene mucho peso, ya que me ayuda a ser más juicioso para evitar defraudarla y es una premisa que siempre me perseguirá como credo existencial”, dijo.

Para este amante de las artes y de su patria, el Día de las Madres es una buena excusa para pasar el día con su madre, momento que aprovecha al máximo para estar con ella.

“Gracias por ser el mejor ser humano que he conocido en este mundo imperfecto. ¡Te amo!”, concluyó con mucho cariño.