Llegaron los meses más calurosos del año y es imprescindible prestar atención a la alimentación, la hidratación, la exposición a los rayos de sol y al descanso. Lograr el equilibrio entre pasarla bien y cuidarse es la clave para un verano saludable que te libere de consecuencias futuras.

Hidrátate más

Es importante que, ante las altas temperaturas, estés consciente de reponer los líquidos corporales, hidratándote correctamente. La nutricionista y dietista Carla De la Torre recomendó que la protagonista sea el agua (mínimo dos litros diarios) y que prestes atención a las señales de sed. A continuación, seis consejos para mantenerte hidratado:

  • Debes beber agua en las comidas y durante el resto del día.
  • Hidrátate antes, durante y después de una actividad física.
  • Lleva siempre contigo una botella de agua.
  • Ingiere, al menos, cinco porciones diarias de frutas y vegetales.
  • Limita la ingesta de comidas ultraprocesadas altas en sal, como las papitas de bolsa.
  • Recuerda que las bebidas alcohólicas obstaculizan la hidratación. La deshidratación resultante contribuye a los síntomas de la resaca.

Refuerza la sana alimentación

Cuando sube la temperatura, la alimentación juega un papel importante en la salud física y emocional. Que tus comidas sean ligeras y refrescantes te ayudará a mantener los niveles de energía óptimos para tus actividades diarias. “Con el calor en su máximo apogeo, tenemos menos apetito y debemos procurar llenarnos menos, debido a que el cuerpo se tiene que ´refrigerar´ más”, explicó De la Torre.

Por consiguiente, la nutricionista aconsejó aumentar el consumo de frutas y verduras, y disminuir las carnes altas en grasa. De igual forma, exhortó a darle rienda a la imaginación, combinando un sinfín de ingredientes para crear ensaladas, más allá de la lechuga y el tomate de siempre.

“Las ensaladas son perfectas para el verano, a través del contenido de agua, los vegetales nos hidratan y permiten recargar energías”, puntualizó.

Sigue estos consejos para cuidar tu alimentación en el verano:

  • Elige alimentos nutritivos, pero no pesados.
  • Consume más pescados que carnes.
  • Evita las comidas copiosas como los embutidos o salsas con mucha grasa.
  • Ingiere las frutas y las verduras en crudo para beneficiarte al máximo de sus nutrientes.

Ejercítate mientras disfrutas

Durante las vacaciones, por lo general, cambian los horarios de comida y se consumen más calorías. Esta es una de las razones por la que la entrenadora física Liraymar Torres aconsejó mantenerse activo.

“Lo primero que recomiendo es establecer un horario, preferiblemente en la mañana, [en el que], antes de empezar las actividades, puedas hacer una rutina, ya sea de ejercicio o una caminata”, informó la presidenta de Balance & Energy. Ciertamente, al controlar el horario, disminuyen las posibilidades de posponerlo porque se te complique el día o te sientas cansado.

La entrenadora sugirió aprovechar los días de playas para hacer actividades familiares como jugar voleibol o con paletas playeras. De igual forma, puedes nadar y hacer ejercicios o juegos acuáticos en las piscinas. “Al incorporar a la familia o a las amistades, mantienes el ejercicio y la actividad física sin verlo como un sacrificio, sino que te diviertes, mientras disfrutas de los beneficios”, expresó Torres.

Por otro lado, si no hay opciones en el lugar que visitas, puedes llevar contigo bandas elásticas, ya que no pesan ni ocupan espacio. “Esto te permite hacer ejercicios con las bandas de resistencia y con el propio peso del cuerpo. Si haces 20 minutos, integrando circuitos cardiovasculares, trabajarás el cuerpo completo y te mantendrásactivo”, destacó Torres. Entre los beneficios de ejercitarte en las vacaciones están:

  • Controla el peso o lo mantiene.
  • Ayuda a mantenerte activo y a sentirte con más energía.
  • Fortalece la salud mental.
  • Mejora el descanso.
  • Evita las consecuencias del dolor, la fatiga y las libras extras, al regresar a las rutinas.

Protege tu piel y prevén el cáncer de la piel

La mejor manera de prevenir el cáncer de la piel es protegerla del sol y de los rayos ultravioletas (UV). Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC en inglés) identifican a los rayos UV como la causa principal del cáncer de la piel. De acuerdo con los CDC, los riesgos varían, según el tipo de piel, pero son más altos en las personas con piel que se quema, enrojece o le salen pecas con facilidad, de tez clara, ojos azules o verdes, cabellos rubios o antecedentes familiares de cáncer de la piel, aunque, claro está, puede afectar a cualquier persona. Por lo tanto, reducir la exposición te ayudará a mantener la piel sana, evitar el envejecimiento prematuro y prevenir el cáncer de piel.

Los CDC recomiendan los siguientes hábitos para reducir los riesgos:

  • Aplica y reaplica cada dos horas un filtro solar con un factor de protección solar (SPF) de 30 o más.
  • Mantente en la sombra y evita el sol entre las 10:00 a.m. y las 4:00 p.m.
  • Limita el tiempo de exposición de 20 a 30 minutos.
  • Utiliza sombreros amplios que te cubran las orejas, el cuello y la cara.
  • Usa gafas de sol con 99 % de protección UVA y UVB.
  • Utiliza ropa protectora.

Cuida tu cabello

“En el verano, el pelo se reseca, pierde brillo y se debilita”, aseguró la estilista profesional Lorena Andino. Por lo tanto, aconsejó utilizar un protector solar exclusivo para el cabello. “Es importante remover de inmediato los residuos de cloro y salitre, [ya que] estos tienen el poder de deshidratar y debilitar las fibras de queratina, eliminando el brillo”, especificó. Además, la especialista recomendó:

  • Evitar decolorar el cabello durante esta época, ya que puede quebrar la hebra capilar.
  • Aplicar una mascarilla hidratante cada dos semanas.
  • Usar un acondicionador nutritivo.
  • Utilizar siempre el acondicionar sin enjuague (conocido como leave-in).