La protuberancia en los ojos, conocida comúnmente como “ojos saltones”, es causada por la enfermedad de Graves, un trastorno autoinmune que es una de las principales causantes del hipertiroidismo.

“La oftalmopatía de Graves, también conocida como orbitopatía de Graves o enfermedad tiroidea de los ojos, es una inflamación en los tejidos que rodean los ojos que causa lo que se conoce como ojos saltones o exoftalmos”, explicó la endocrinóloga Milliette Alvarado-Santiago, catedrática auxiliar del Departamento de Medicina en la Sección de Endocrinología del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR).

La especialista asegura que esta condición ocular aparece en aproximadamente una tercera parte de los pacientes con hipertiroidismo por Graves. Sin embargo, solo el 5% de los pacientes con hipertiroidismo por Graves tienen enfermedad ocular tiroidea de moderada a severa.

Esta condición puede presentarse en pacientes que ya tienen una afección en la tiroides o, en otros casos, es el primer problema que lleva a descubrir la enfermedad. No obstante, según la endocrinóloga, “algunos pacientes con síntomas en los ojos nunca desarrollan hipertiroidismo y, muy rara vez, pudiera presentarse con hipotiroidismo. Igualmente, es importante recalcar que la severidad de los síntomas oculares no tiene relación con la severidad del hipertiroidismo”, expuso la doctora en medicina.

Pero, ¿qué es lo que ocurre en los ojos de estos pacientes que parecen estar saliéndose de su lugar? Sucede que la oftalmopatía de Graves provoca la hinchazón del tejido situado detrás y alrededor del ojo, lo que empuja el globo ocular hacia delante.

“En los pacientes con enfermedad de Graves, los anticuerpos que se crean al igual que se fijan a la superficie de las células tiroides, también se fijan a receptores en la superficie de las células que están detrás de los ojos. Entonces, se da una inflamación de los músculos extraoculares, la grasa orbital y los tejidos conectivos causando ojos prominentes, problemas en la función de los músculos de los ojos e hinchazón en el área alrededor de los ojos y conjuntiva (en la parte blanca de los ojos)”, explicó la catedrática auxiliar del RCM.

Además de esta protuberancia ocular, otros síntomas que suelen presentarse con esta condición son: sensación de irritación en los ojos, enrojecimiento o inflamación de la conjuntiva, lagrimeo excesivo o, por el contrario, resequedad en los ojos. También, hinchazón de los párpados, sensibilidad a la luz y desplazamiento de los ojos.

“En algunos casos, puede haber disminución del movimiento de los ojos y párpados, visión doble, cierre incompleto del ojo provocando ulceraciones en la córnea y en algunas ocasiones, hasta pérdida de visión”, estableció la doctora.

Varios factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar enfermedad tiroidea de los ojos en ciertos pacientes, entre los que se encuentran: el factor genético, su género, una edad avanzada y altos niveles de estrés.

“Un componente genético parece jugar un rol importante, así como el sexo de la persona. Al igual que el hipertiroidismo, los ojos saltones son más comunes en las mujeres. No obstante, los hombres presentan una enfermedad más severa”.

“También es factor de riesgo un paciente con hipertiroidismo pobremente controlado. El tipo de tratamiento para el hipertiroidismo por Graves también puede ser un factor de riesgo, en particular la terapia con yodo radioactivo. Y, está confirmado que los fumadores corren alto riesgo por el efecto tóxico que tiene el humo en el ojo inflamado”, detalló Alvarado-Santiago,

Dado a que el historial natural de la orbitopatía de Graves es variable, la especialista afirma que en algunos pacientes la enfermedad tiroidea ocular “cambia muy poco y se mantiene estable por muchos años”. Mientras que, en otros casos, esta “puede empeorar o mejorar, y algunos pacientes muestran episodios de exacerbaciones y remisiones”.

“En algunos casos, las manifestaciones de inflamación como irritación del ojo e hinchazón de la conjuntiva y del tejido alrededor del ojo mejoran. Sin embargo, la protrusión y disfunción de los músculos tienden a persistir”, confirmó la catedrática auxiliar del Departamento de Medicina de Ciencias Médicas.

Existen ciertos tratamientos que pueden ayudar a aliviar los síntomas de la oftalmopatía de Graves y a mejorar la visión.

“Entre estos, se describe la utilización de compresas frías, usar lentes de sol y gotas lubricantes de ojos, elevar la cabeza de la cama para aliviar la presión de los ojos, y utilizar lentes con prismas en aquellos casos de visión doble”, indicó.

La doctora afirmó que, en algunos casos, estas medidas no son suficientes y, entonces, el médico pudiera “recomendar una cirugía de los párpados para reposicionarlos y no dejar el ojo tan expuesto”.

En casos más severos, la doctora sostiene que puede ser necesario realizar “una cirugía de los músculos de los ojos o cirugía de descompresión de la órbita para crear más espacio en el ojo y permitir que el ojo vuelva a su posición”.

La recomendación de la especialista es que los pacientes de oftalmopatía de Graves “mantengan sus niveles de hormonas tiroideas en el rango normal para no exacerbar la condición” y, en aquellos pacientes que sean fumadores, esta enfatizó que es importante de dejar de fumar.

“No obstante, hay que recalcar que la mayoría de los síntomas de la enfermedad de Graves, incluyendo los síntomas oculares, pueden ser tratados con éxito”, concluyó la doctora Alvarado-Santiago.

Referencia: Asociación Americana de Tiroides. www.thyroid.org.