Continuar practicando deporte durante el período de gestación tiene muchos beneficios para la mujer: disminuye el riesgo de sufrir diabetes gestacional, previene la preeclampsia (hipertensión desarrollada durante el embarazo), ayuda a controlar la ganancia de peso, ayuda a mejorar el proceso del parto y su posterior recuperación, y mejora el bienestar psicológico general.

Siempre y cuando el deporte no suponga un riesgo de caída, una lesión grave en el abdomen, o hipertermia (alta temperatura corporal), la mujer puede continuar practicándolo. Es importante recalcar que se debe disminuir la intensidad durante el tercer trimestre y la mujer debe estar bajo supervisión médica.

Requerimientos energéticos

En cuanto a la ingesta calórica adicional por hacer deporte, no hay una recomendación específica respecto a la cantidad. Esta dependerá del tipo de actividad física y la frecuencia e intensidad con que se practique. El mejor indicador que permitirá evaluar si el patrón alimentario es adecuado será el ritmo de ganancia de peso.

Requerimientos de macronutrientes

La glucosa es el principal nutriente utilizado por el feto, por lo cual asegurar una buena ingesta de hidratos de carbono es fundamental para su desarrollo. Del mismo modo, las proteínas son cruciales para sustentar su crecimiento y el de los tejidos maternos que lo apoyan. Los requerimientos de estos dos macronutrientes aumentarán en función de la necesidad por embarazo y por deporte realizado. Para determinar la cantidad que se requiere, es necesario hacer una evaluación completa con un dietista.

Por otra parte, tomar decisiones inteligentes acerca de los alimentos que componen la dieta es la manera más eficiente de asegurar un buen aporte de vitaminas y minerales. Se debe evitar el consumo de productos ultraprocesados y priorizar el consumo de frutas, vegetales, legumbres, tubérculos, cereales de grano entero, frutos secos y semillas. Esto ayudará a abastecer las demandas de micronutrientes, así como de fibra. A su vez, beber suficiente agua ayudará a recuperar las pérdidas hídricas mediante la sudoración, a asegurar una termorregulación adecuada, y a prevenir el estreñimiento y las infecciones urinarias.

La autora es nutricionista dietista miembro del CNDPR.