La expectativa de vida ha crecido de forma generalizada desde 1990 según datos comunicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ante mayor longevidad, el adulto mayor debería aspirar también a prolongar un alto nivel en su calidad de vida. Para ello es importante aprender a reconocer riesgos en la salud que pudieran coincidir con su etapa de vida.

La boca seca (conocida también como xerostomía) es común en los adultos mayores y puede ocurrir cuando las glándulas salivales no producen la cantidad y la calidad de saliva necesaria para favorecer la salud y el bienestar oral general. La función de la saliva incluye hidratar y lubricar la boca protegiendo los tejidos orales y asistir en la digestión, el masticar y tragar. Esta también contiene propiedades antimicrobianas importantes y ayuda a mantener el equilibrio del pH oral y la integridad dental. Por tanto, padecer de sequedad bucal pudiera impactar la salud oral y la calidad de vida con:

  • Caries más frecuentes y agresivas
  • Infecciones por hongos en la boca
  • Inflamación y enfermedades de las encías
  • Úlceras bucales
  • Erosión del esmalte
  • Mal aliento
  • Sensación de ardor en la boca
  • Lengua seca y áspera
  • Dificultad para masticar, tragar, saborear e incluso para hablar
  • Inestabilidad e incomodidades con dentaduras postizas

No es cierto que la sequedad bucal sea parte natural del proceso de envejecimiento y que hay que aprender a vivir con ella. Para atenderla, es importante descubrir su origen. Entre los causantes de gran impacto en la sequedad bucal figuran los efectos de ciertas cirugías y tratamientos con radioterapia y quimioterapia. Esta se ha vinculado también al consumo de tabaco, enfermedades como la diabetes y condiciones como la depresión, ansiedad, deficiencias nutricionales y trastornos autoinmunes. Aunque la boca seca no se cataloga como parte del envejecimiento, los adultos mayores son más propensos a las condiciones médicas que la pueden provocar.

También se reconoce que la causa más común de la sequedad bucal es el efecto secundario de muchos medicamentos que toman los adultos mayores para tratar la hipertensión arterial, la depresión, el párkinson, el alzhéimer y hasta de los medicamentos para los problemas de control de la vejiga y para bajar el colesterol. Igual efecto pueden tener los antihistamínicos, descongestionantes, anticonvulsivos, antipsicóticos, sedantes, y relajantes musculares, entre otros.

Es importante visitar con regularidad al médico, dentista e higienista dental. Estos podrían decidir cambiar o ajustar la dosis de un medicamento que pueda ser causante de sequedad bucal preocupante. Probablemente, las sugerencias también incluyan practicar una óptima higiene oral y mantener la boca húmeda, usando saliva artificial que se puede adquirir sin receta. Otras medidas a considerar son:

  • Beber con frecuencia tragos de agua o bebidas sin azúcar.
  • Evitar el tabaco, alcohol y bebidas con cafeína, ya que pueden contribuir a la sequedad bucal.
  • Masticar chicle o chupar dulces sin azúcar para estimular el flujo de saliva.
  • Reducir el consumo de alimentos salados o picantes, que pueden provocar dolor en una boca seca.
  • Evitar los alimentos azucarados y ácidos.

El autor es catedrático asociado en la Escuela de Medicina Dental de la Universidad Ana G. Méndez Recinto de Gurabo.