La industria hospitalaria es esencial, no solo porque es el eje propulsor de la salud de la población y de su calidad de vida, sino también porque, a través de esta, las instituciones que la representan contribuyen al desarrollo de la isla en múltiples frentes. Son las instituciones hospitalarias las que han tomado un rol protagónico ante las situaciones que más han afectado a Puerto Rico. Estas incluyen una histórica recesión que supera ya los 15 años, los embates de los huracanes Irma y María, los temblores en el sur de la isla y la pandemia del COVID-19.

El saldo de estos retos, como industria, ha sido la necesidad de reinventarnos continuamente y mantenernos innovando para que los servicios de salud sean de calidad, seguros y confiables. ¿Qué oportunidades y tendencias observamos localmente? A continuación, hacemos un recuento interesante.

1. Soluciones energéticas para la continuidad de servicios

La inestabilidad del servicio eléctrico interrumpe los servicios críticos de salud y causa daños a sofisticados y costosos equipos médicos, sin considerar el vertiginoso aumento en los costos energéticos. La tendencia se mueve al establecimiento de proyectos energéticos confiables y eficientes en las instalaciones hospitalarias críticas que incluyen la instalación de plantas de cogeneración. Además de ser proyectos cruciales para continuar ofreciendo servicios ininterrumpidos a la población, a su vez, crearán una importante actividad económica y empleos en las regiones donde enclavan las instituciones que los integran.

Por ejemplo, el Hospital Menonita Caguas cuenta con equipos sofisticados que producen suficiente energía para mantener al hospital funcionando sin el servicio de energía eléctrica, agua u oxígeno por períodos prolongados.

Retención de talento ante los dramáticos cambios en la demografía

Vemos una tasa de natalidad extremadamente baja, una sociedad en la que mueren más personas que las que nacen, donde no hay condiciones adecuadas para que los jóvenes obtengan trabajos con paga adecuada y se marchan de Puerto Rico, y donde, para muchos, no hay condiciones de vida atractivas. Esto se traduce en una economía con reducida capacidad productiva y la sobrecarga de una población envejeciente.

En los hospitales, vivimos a diario las consecuencias de estos cambios en demografía. Adultos mayores abandonados sin familiares que los cuiden, hijos ausentes por haberse marchado a otros lugares en búsqueda de mejores condiciones y otros por la falta de recursos para atender sus necesidades mínimas, y retos en el reclutamiento de personal, profesionales y médicos.

Es necesario establecer programas atractivos para mantener el talento médico aquí y, del mismo modo, atraer a los que se han ido. Es imperativo atender la fuga de profesionales con medidas de impacto para mejorar los salarios en general. También se debe enfocar en la creación de programas de residencias para desarrollar profesionales en las especialidades necesarias en Puerto Rico.

Mayor atención a la salud mental

Si ponemos en perspectiva que Puerto Rico ha experimentado eventos de gran impacto, podríamos decir que estamos ante un escenario que nos alerta sobre una crisis de salud mental sin precedentes. Es necesario atender este tema con un esfuerzo multisectorial y de manera integral, donde se maneje el entorno completo de esos pacientes. No es solo atender el paciente una vez.; es entender sus circunstancias, los determinantes sociales que le rodean, darle seguimiento y proveerle alternativas viables que eviten que sus condiciones se compliquen. En esta gestión, la integración en las comunidades es crucial, para además de dar servicios, apoyar en las actividades sociales de su entorno y así facilitar otras alternativas de recuperación.

Uso de la tecnología

En un ambiente donde la tecnología siempre ha tenido un rol primordial, las tendencias nos llevan a integrar nuevas herramientas:

  • La política de atención médica, la manera en que los médicos ofrecen sus servicios y el uso de la tecnología han evolucionado a niveles exponenciales. De cierta manera, la pandemia aceleró la aceptación de la telemedicina, que continúa agilizando la atención del paciente.
  • El acceso a los portales y récords médicos electrónicos ha permitido a los médicos afinar sus estrategias de cuidado del paciente. Además de facilitarles ver y ordenar tratamientos de manera remota, el paciente tiene acceso a su récord en todo momento y hasta puede hacer sus citas de manera electrónica.
  • La internet de las cosas médicas (MIoT, en inglés) se refiere al uso del monitoreo remoto de los pacientes para recolectar información como su pulso cardíaco, sus niveles de glucosa y su flujo sanguíneo, entre otros datos, hasta la cirugía robótica que facilita y simplifica procedimientos quirúrgicos que resultan en una recuperación más rápida y menos dolorosa.
  • La integración de la inteligencia artificial (AI, en inglés) se compone de sensores especiales, dispositivos y programas avanzados que recopilan información sobre el estado de salud del paciente, y hasta crean imágenes de alta calidad para establecer diagnósticos y planes de tratamientos precisos. En nuestro caso, contamos con una plataforma cuyos algoritmos de inteligencia artificial, en conjunto con el uso de equipos de imágenes de alta calidad, evalúa el flujo sanguíneo del cerebro en pacientes que han sufrido accidentes cerebrovasculares (stroke) en tiempo real, lo que facilita las decisiones de tratamiento cuando el tiempo apremia. El Hospital Menonita Caguas es el primer hospital en Puerto Rico y América Latina en implementar esta tecnología.

Las tendencias en la industria hospitalaria de Puerto Rico continúan avanzando y, con el apoyo de las nuevas tecnologías, ayudarán a seguir transformando el cuidado médico que se ofrece a los pacientes.

El autor es director ejecutivo del Sistema de Salud Menonita.