“La medicina del futuro es la medicina individualizada y personalizada”, enfatizó el reumatólogo y director Médico de Mindful Rheumatix y del centro de investigación clínica Mindful Medical Research, doctor Oscar Soto Raíces. Según indicó, en la actualidad, los especialistas buscan evaluar y tratar a la persona, con el objetivo de encontrar la remisión de la enfermedad. Para esto, necesitan examinar las manifestaciones particulares de cada persona.

“Las nuevas guías presentadas en el Congreso Europeo de Reumatología 2023 enfatizan que tratemos el paciente con un objetivo particular en mente, que debe ser la remisión o disminuir la actividad de la condición. Ya no estamos tratando para que ese paciente nos diga: ‘me siento bien’, queremos que ese paciente esté en remisión o cerca de lograr la remisión”, manifestó el presidente y fundador de la Fundación Puertorriqueña de Enfermedades Reumáticas (FER).

La artritis psoriásica es una artritis inflamatoria que puede ser sistémica, quiere decir, que va más allá de las articulaciones, pero, lo básico es que ocurre en pacientes con psoriasis (otra condición inflamatoria autoinmune que se manifiesta en la piel) y también se puede manifestar en las articulaciones.

“La manifestación de la artritis psoriásica no es tan simétrica como la artritis reumatoide; puede ocurrir en una mano, en un brazo, no necesariamente en los dos a la vez, y viene acompañada de otros cambios que no se ven”, explicó el especialista, quien añadió que estas son las razones por la cual es una condición muy subdiagnosticada y pasa inadvertida.

Incluso, se estima que, a veces, puede tomar hasta nueve años en lo que se alcanza el diagnóstico. Dentro de las manifestaciones que no se ven o que las personas pueden creer que no se relacionan con la condición, Soto Raíces mencionó los dolores de espalda baja, ya que se inflama el área donde se une la pelvis con la columna o incluso se puede involucrar la columna completa.

“El dolor de espalda es muy común, pero el dolor de espalda inflamatorio no mejora con el descanso; al contrario, se activa, a diferencia de cuando uno se lastima la espalda por mala fuerza, disco herniado, o nervio pinchado”, aclaró.

Además, la confunden con la seborrea y la caspa, o con alguna llaga dentro o detrás de la oreja, pensando que es un rash inusual. Por eso, el llamado del especialista es a prestarle atención a todas esas lesiones. Al ser una condición bastante heterogénea, difiere en las partes donde se presenta, puede incluir que las uñas se caigan o se rompan, inflamación de la articulación y los tendones de los dedos de las manos y los pies (conocida como dactilitis o dedos en salchicha) y la entesitis (inflamación de la región que une los tendones a los huesos). Según el reumatólogo, estas son características de la artritis psoriásica y otro grupo de artritis inflamatorias conocidas como las espolondiloartropatías.

Hay pacientes que pueden tener artritis y después manifestar la psoriasis o tener manifestaciones que no se han descubierto. Por eso, es importante que se revise el historial familiar de psoriasis, ya que es un factor que predispone. “Una de las cosas importantes que resaltan estas nuevas guías es que miremos y tratemos al paciente de forma bien individualizada. Cada dominio (axial, periférica, entesitis) requiere tratamientos distintos, lo que, a veces, funciona para un dominio, tal vez, no funciona para el otro. Lo primero que se va mirando es que siempre estemos muy conscientes de cuáles son las manifestaciones particulares del paciente y vayamos escogiendo el tratamiento, dependiendo de cuáles son esas manifestaciones [para ofrecer] un tratamiento efectivo para el tipo de artritis psoriásica que el paciente está presentando”, puntualizó.

Además, las nuevas recomendaciones modificaron las guías de los antiinflamatorios no esteroidales, que son los que, típicamente, se pueden comprar sin recetas. “En el manejo inicial de la condición, se modificó que no se consideren como un tratamiento principal, sino como una terapia complementaria, porque no es el que va a llevar a paciente a la remisión. Tenemos que observar los factores que le añaden una prognosis pobre o los que nos dicen que ese paciente puede tener una mayor severidad como una proteína C reactiva (CRP), o pacientes con poliartritis, dactilitis o con involucramiento de las uñas. Usualmente, estos pacientes tienen una condición más agresiva y tenemos que ser más agresivos en el tratamiento, es decir [tenemos que] enfocarnos en el objetivo de lograr esa remisión y cambiar el tratamiento hasta que lo logremos”, detalló.

A modo de ejemplo, el reumatólogo mencionó que, cuando es un caso que incluye la columna vertebral, se tiene que usar un medicamento biológico de primera línea. “Eso es importante recordarlo, porque, muchas veces, se empezaba con algo que modificara la condición, que fuera oral, pero, para la zona lumbar, tenemos que irnos directamente a un biológico u orales nuevos, pues están dirigidos a bloquear el sistema inmune. Lo que hacemos es utilizar tratamientos más dirigidos a bloquear la parte del sistema inmune que perdió regulación para poder controlar la condición completa”, explicó.

Soto Raíces destacó que se está empezando a ver a la psoriasis y la artritis psoriásica como un todo. También, las nuevas guías repasaron otras manifestaciones que incluyen el involucramiento del intestino o la uveítis (inflamación dentro del ojo) y se recordó que está probado que los tratamientos biológicos, actualmente, funcionan mejor.

“Es bueno tener estas guías que indican, directamente, qué tratamientos, como reumatólogos, podemos utilizar para lograr esa remisión, mirando no solo la artritis, sino también las demás comorbilidades y las demás cosas que ocurren. Eso añade mucho, porque hay muchas proteínas del sistema inmune que han resultado ser exitosas. Tenemos varias alternativas, pero, lo importante, es escoger la alternativa adecuada para el paciente adecuado, dependiendo de lo que el paciente esté presentando. Es complicado y, a la vez, interesante y beneficioso para el paciente”, sostuvo.

El llamado del especialista es a que las personas estén conscientes de que esto ocurre y que, si tienen lesiones en la piel que no saben de dónde vienen, consulten siempre a su médico. Igualmente, los casos de inflamación o dolor en las articulaciones que se vuelven crónicos o duran varias semanas deben indicarle al paciente que debe buscar ayuda.

De otra parte, le hizo un llamado a los médicos primarios para que, cuando tengan la sospecha de psoriasis o artritis, lo identifiquen en el historial médico y, aun cuando solo sea una sospecha, refieran al paciente para una evaluación. “Busquen ayuda porque se pueden crear daños a la articulación que son irreversibles, sino los tratamos a tiempo”, puntualizó.

La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.