El cáncer del seno es el más diagnosticado en las mujeres y la segunda causa de muerte por cáncer en este grupo. El 30 % de todos los tipos de cáncer diagnosticados en las mujeres son del seno.

Es de vasto conocimiento que hacer la mamografía de cernimiento reduce la mortalidad en cáncer del seno. Pero, es importante señalar que cada mujer es diferente y su riesgo para desarrollar cáncer de seno depende de muchos factores. Una de cada ocho mujeres, es decir el 12 % de las mujeres, está a riesgo de desarrollar cáncer de seno. El riesgo mayor es ser mujer y la edad.

En una mujer de riesgo bajo para el desarrollo de cáncer del seno su mamografía de cernimiento debe comenzar a los 40 años.

Otros factores que aumentan el riesgo para desarrollo de cáncer de seno son: historial familiar de cáncer de seno u ovario, mutación genética BRCA, biopsia de seno con un resultado de patología como células atípicas (ductales o lobulares) o carcinoma lobular in situ; menarquía (primera menstruación) temprana, menopausia tardía, no tener hijos, tratamiento de estrógeno y progesterona en la menopausia, mujeres que no pudieron lactar, aumento en la edad, ciertos grupos étnicos (mayor riesgo de mutación BRCA en mujeres judías, askenazíes), índice de masa corporal más alto, consumo de alcohol, fumar, senos densos (la imagen sale blanca en mamografía) y exposición previa a radiación al pecho cuando joven (10 a 30 años).

El cernimiento en las pacientes de mayor riesgo es diferente. Además de la mamografía, se debe incluir otros estudios adicionales como el ultrasonido y la resonancia magnética del seno. El médico de estas pacientes, en conjunto con las recomendaciones del radiólogo experto en senos, debe ordenar los estudios necesarios, siguiendo una metodología balanceada y de acuerdo con el riesgo de cada una. Se personalizan los estudios que se utilizan, cuándo se comienzan a realizar y la frecuencia de estos. Toda esta información de debe dialogar con la paciente, a través de una comunicación efectiva. Esta debe ser orientada en cuanto a que es una decisión compartida entre ella y su proveedor de servicio de salud.

Existen herramientas que nos ayudan a determinar el riesgo de desarrollar cáncer del seno. Estas toman en consideración la edad, el historial familiar, el peso y la raza, entre otros factores. Algunas de estas herramientas son: Gail, Tyrer-Cuzick. Estas las debe utilizar el paciente en conjunto con su médico para poder interpretar adecuadamente el resultado de su evaluación. Si su resultado es de 20 a 25 %, su riesgo es mayor.

Una mujer de bajo riesgo de desarrollar cáncer de seno y que no presenta ningún factor de riesgo adicional mencionado en este artículo, debe seguir las pautas recomendadas para la detección temprana de esta enfermedad:

  • Se recomienda que inicie sus mamografías anuales entre la edad de 40 a 44 años; en la edad de 45 a 50 años, la frecuencia de las mamografías debe ser anual; de 55 años en adelante puede continuar con su mamografía anual o cada dos años.

Estas mamografías regulares son una parte crucial de la atención preventiva y pueden ayudar en la detección temprana de cualquier anomalía en el tejido mamario, lo que aumenta las posibilidades de un diagnóstico y tratamiento efectivo, en caso de que se detecte un cáncer de seno.

Además de las mamografías, es importante que las mujeres realicen autoexámenes mamarios mensuales. Estas prácticas ayudan a mantener una vigilancia activa y promover la salud mamaria.

Para información, llama al 787-727-5381 o al 787-641-1616, hospitalpaviapr.com, Facebook/HospitalPaviaSanturce.

La directora médica Pavia Breast and Imaging Center Hospital Pavia Santurce.