A menudo me preguntan en la clínica: “Doctor, ¿usted sabe cómo se originó mi cáncer?”. Es una pregunta a la que no siempre le tengo una respuesta. El cáncer se origina por cambios en el material genético de una célula y esto va proliferando poco a poco hasta que es capaz de ser detectada.

Hoy día, sabemos que ciertos organismos pueden causar el cáncer, como es el virus del papiloma humano, la hepatitis C, la bacteria Helicobacter pylori y el VIH. En otros casos, es la exposición ambiental a ciertas sustancias como el cigarrillo, el alcohol y la radiación, lo que origina que la célula sea cancerosa. Sin embargo, hay otro gran causante que, en ocasiones, no podemos controlar: el material genético que llevamos desde el momento que nacemos.

En la concepción, heredamos miles de genes de nuestros progenitores. Aún no sabemos exactamente el número, pero se estima que los seres humanos tenemos entre 100,000 y 150,000 genes en el cuerpo. Dentro de este gran número, ya hemos podido identificar ciertos genes que pudieran afectar la predisposición a desarrollar cáncer en el futuro. Un ejemplo son los genes BRCA1 y BRCA2, en inglés conocidos como breast cancer genes (aunque ya sabemos que predisponen a cáncer en otros órganos, además del seno).

Actualmente, según el Instituto Nacional del Cáncer, una mujer promedio tiene un 12 % de riesgo de desarrollar cáncer de seno en algún momento de su vida. Sin embargo, si una mujer nace con el gen de BRCA1, su riesgo aumenta a un 55 a 65 % y con el gen de BRCA2 su riesgo aumenta a un 45 %. Otro ejemplo es el gen de MUTYH, que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de colon a un 90 % a lo largo de la vida. Así hemos identificado varios genes que nos dan una idea de cuál será el aumento en el riesgo para cada órgano.

Esta información es de mucho valor tanto para el médico, como para el paciente afectado y su familia. En algunos casos, se puede recomendar un programa de monitoreo más extenso con el propósito de identificar el cáncer a tiempo y ofrecer tratamiento. En otros casos, podemos ser más agresivos y ofrecer cirugías para remover el órgano que está a riesgo. Incluso podemos recomendar consejería en el ámbito de planificación familiar. Otro caso interesante es que estamos encontrando medicamentos dirigidos para el gen mutado. Esto se conoce como medicina personalizada, donde evaluamos los genes afectados y ofrecemos medicamentos exclusivos para el gen mutado.

Aunque nos queda largo camino por recorrer en la batalla contra el cáncer, hemos hecho muchos avances para tratar la enfermedad. La meta con la detección temprana es evitar que encontremos la enfermedad en estados avanzados. En fin, en ocasiones no podemos prevenir que el cáncer ocurra, pero sí podemos hacernos las pruebas y entender cuál es nuestro riesgo. Habla con tu médico sobre las pruebas y, de tener alguna mutación, entiende que tenemos varias intervenciones para tu ayuda.

El autor es hematólogo oncólogo en Caribbean Cancer Care Services.