La hepatitis C está aumentando drásticamente en Estados Unidos, particularmente entre los adultos más jóvenes. De hecho, 4 de cada 10 personas ni siquiera saben que la tienen.

La hepatitis C generalmente se transmite a través de la sangre, a menudo por el uso de drogas inyectables. Con menos frecuencia, la hepatitis C se transmite a través del sexo o de una madre infectada a su bebé durante el embarazo o el parto.

Una infección aguda se desarrolla cuando alguien se infecta por primera vez. Algunas personas eliminan el virus, pero la mayoría de las personas con hepatitis C aguda desarrollarán una infección a largo plazo (crónica). Si no se trata, la hepatitis C crónica puede causar daño hepático severo, cáncer de hígado e incluso la muerte. Pero la hepatitis C es curable. El primer paso para curarse es hacerse un análisis de sangre para la hepatitis C.

Las recomendaciones de los CDC incluyen hacerle la prueba a:

  • cada adulto al menos una vez;
  • mujeres embarazadas durante cada embarazo; y
  • a todas las personas con factores de riesgo continuos con regularidad.

Varias generaciones están en riesgo de contraer hepatitis C

  • El porcentaje de infecciones crónicas reportadas recientemente en 2018 fue igual entre los baby boomers (nacidos entre 1945 y 1965) y los millennials (nacidos entre 1981 y 1996), ambos alrededor del 36 %, mientras que la generación X (nacidos entre 1966 y 1980) representó el 23 %.
  • El aumento de las tasas de hepatitis C aguda entre las personas en edad reproductiva está poniendo en riesgo, incluso, a las generaciones más jóvenes.

Los CDC recomiendan hacerse la prueba de hepatitis C si:

  • tienes 18 años de edad o más;
  • estás embarazada (hazte la prueba durante cada embarazo);
  • actualmente te inyectas drogas (hazte la prueba con regularidad);
  • alguna vez te has inyectado drogas, incluso si fue solo una vez o hace muchos años;
  • tienes VIH;
  • tienes pruebas hepáticas anormales o enfermedad hepática;
  • estás en hemodiálisis;
  • recibiste sangre u órganos donados antes de julio de 1992;
  • recibiste concentrados de factor de coagulación antes de 1987;
  • has estado expuesto a sangre de una persona que tiene hepatitis C; y
  • si naciste de una madre con hepatitis C.

Hacerte la prueba es la única forma de saber si tienes hepatitis C

Un análisis de sangre llamado prueba de anticuerpos contra la hepatitis C puede indicar si te has infectado con el virus de la hepatitis C, ya sea recientemente o en el pasado.

Si tienes una prueba de anticuerpos positiva, se necesita otro análisis de sangre para saber si todavía estás infectado o si te infectaste en el pasado y se eliminó el virus por su cuenta.

La hepatitis C se puede curar

Hacerte la prueba de la hepatitis C es importante para saber si estás infectado y recibir un tratamiento que te salve la vida. Hay tratamientos disponibles que pueden curar a la mayoría de las personas con hepatitis C en 8 a 12 semanas.

Los puertorriqueños deben pensar en su historial de posible exposición a la hepatitis C y dar el siguiente paso para hacerse la prueba. De esta manera, podrán tomar las mejores decisiones para su salud. Juntos, tenemos el poder de detener la hepatitis C en su camino. Si tienes dudas sobre si has estado expuesto o no, consulta a tu médico cuanto antes y pídele la prueba de la hepatitis C.

Fuente: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (cdc.gov)