Carlos Arroyo regresa al BSN y le trae otro campeonato a Bayamón: “Se cumplió la meta”
El coapoderado de los Vaqueros construyó un superequipo que dominó el torneo de principio a fin.

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Bayamón. Carlos Arroyo no negó que, al sonar la chicharra que indicó la conclusión del quinto juego de la final del Baloncesto Superior Nacional (BSN), le dieron ganas de saltar al tabloncillo y ponerse el uniforme de los Vaqueros de Bayamón.
Después de todo, el exarmador ganó cinco campeonatos, incluyendo cuatro consecutivos a finales de los 90 y principios de los 2000 con los Cangrejeros de Santurce, en las 12 temporadas que jugó en la denominada “Liga Más Dura”.
Esta vez, le tocó celebrar desde otra faceta. Arroyo regresó al BSN como coapoderado de los Vaqueros, luego de que el productor de música urbana Eric “Duars” Pérez comprara la franquicia en diciembre pasado de manos del exgrandes Yadier Molina.
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Como la mano derecha de Duars, el también gerente general de la Selección Nacional se encargó de armar un superequipo que fue considerado el favorito a ganarlo todo desde mucho antes que empezara el torneo. Firmó a los exenebeístas Chris Duarte, Danilo Gallinari y JaVale McGee, y construyó un cuerpo técnico encabezado por Christian Dalmau, con Larry Ayuso y Jorge Rincón como asistentes.
Arroyo no estuvo el lunes en cancha robándose el espectáculo como cuando llevaba el número siete en su espalda, pero sí se sentó junto a Duars detrás de una pantalla publicitaria al lado del banco de Bayamón para observar cómo el trabajo de meses dio frutos.
Comprobó que su fórmula era ganadora tras la victoria de los Vaqueros, 82-68, sobre los Leones de Ponce para capturar el decimoséptimo campeonato de la franquicia.

“Increíble, increíble… se trabajó para esto y se cumplió la meta. Estoy bien orgulloso de los muchachos. Pasaron tantas cosas durante la temporada y se mantuvieron juntos como equipo. Eso hay que aplaudirlo”, dijo Arroyo a preguntas de Primera Hora en medio de la celebración en el Coliseo Rubén Rodríguez. “Me gustaría estar vistiendo un uniforme ahora mismo, pero estoy bien contento”, agregó en tono de broma.
“Sinceramente, nosotros sentimos como si hubiera sido una temporada de un año. Pasaron tantas cosas. Grandes retos, muchas lesiones, perdimos a Duarte al final inesperadamente, la situación de Gallinari y su esposa, pero el equipo se mantuvo unido”, abundó.
Los Vaqueros terminaron la temporada regular con el mejor récord del torneo (24-10) y dominaron a la competencia en los playoffs. Barrieron a los Gigantes de Carolina-Canóvanas en los cuartos de final, sobrevivieron una serie de siete partidos con los Cangrejeros de Santurce en la final de la Conferencia A y doblegaron a los Leones en cinco encuentros en el baile de coronación.
Sin embargo, el camino fue uno atropellado, especialmente antes de empezar la gran final. La esposa de Gallinari, Eleonora Boi, fue mordida en su muslo derecho por un animal acuático en el balneario de Carolina a solo días de la serie contra Ponce. Boi, que también está embarazada, tuvo que ser operada y Gallinari se perdió el primer juego de la final.
Esa noche, Duarte sufrió una lesión en la espalda baja que lo dejó fuera por el resto de la serie. Bayamón tuvo que contratar a Rayjon Tucker como sustituto del dominicano a última hora. Para Arroyo, la clave para que este equipo tuviera éxito fue el compromiso que tuvieron todos los jugadores con la organización, incluyendo a sus tres importados de renombre.
“El compromiso entre ellos mismos. Entender que están entrando en edad. No son jóvenes. Tener a jugadores como Gallinari, McGee y Duarte en una primera temporada siempre fue la meta”, opinó el coapoderado.
Los tres refuerzos de los Vaqueros jugaron desde la primera jornada, con excepción de Duarte que debutó en el sexto partido de la campaña mientras esperaba la aprobación de un visado de cambio de patrono.
El trío de importados lideró la ofensiva de Bayamón durante toda la competencia, pero el lunes, con un McGee que estaba presentando síntomas de virus, figuras del elenco nativo como Javier Mojica y Gary Browne dieron un paso al frente.

“Hay que darle mucho crédito al trabajo de los nativos. Empezando con Mojica. A su edad (40 años), mantener el nivel que tuvo toda la temporada, lo perdimos por seis semanas, se recuperó y volvió a un alto nivel. Eso es digno de admirar a su edad. El trabajo que (Renaldo) Balkman también hizo a su edad (41 años) fue increíble. Stephen Thompson haciendo lo que él sabe hacer en el ‘Rancho’. También el crecimiento de Gary (Browne) en estos playoffs, especialmente en la final. Estoy bien contento con él porque es su primer campeonato y hacerlo aquí en Bayamón yo sé que es algo que él se lo está gozando”, manifestó.
Christian Dalmau entra a los libros de historia
Arroyo también reconoció el trabajo de Dalmau como dirigente de los Vaqueros esta temporada. El otrora asistente fue traído este año por el coapoderado a la ciudad donde ganó un cetro en 2009.
Dalmau entró el lunes a los libros de historia del BSN como el sexto técnico en conquistar el título con la misma franquicia con la que lo logró como jugador. Los otros cinco son Armando Torres Ramírez, padre; Raúl “Aniceto” González; Luis Sambolín; Julio Toro; y Rafael “Pachy” Cruz.

“Creo que todo empieza con Christian, Larry, Jorgito y Gaby. Hicieron un trabajo excelente llevando a un grupo de veteranos con mucha experiencia y muchos nombres. Pudieron trabajar con esos egos, los mantuvieron unidos y crearon una cultura ganadora. Hay que darle mucho crédito a ellos porque es algo bien difícil de hacer cuando tienes a jugadores que vienen de distintos ámbitos”, sostuvo.
Lo cierto es que lo que se vivió este año en Bayamón fue una temporada especial. La desastrosa campaña anterior en la que los máximos campeones ni siquiera clasificaron a los playoffs con el peor récord (10-24) de la liga quedó atrás. Arroyo debe estar ya pensando en cómo repetir esta hazaña la próxima temporada, pero no quiso entrar en detalles. “Vamos a ver cómo lo vamos a hacer. Estos tipos están viejos ya”, comentó entre carcajadas cuando se le preguntó.